martes, 3 de diciembre de 2019

Congreso Iberoamericano de Pedagogía: por una cultura de la innovación pedagógica basada en investigación educativa (Primera Parte)


En este nuevo año escolar/académico en el que esperamos seguir reflexionando, seguir discutiendo y seguir (trans)formándonos como docentes (cada vez) más facilitadores de aprendizajes (cada vez) más significativos en nuestres estudiantes (cada vez) más autónomes; tendremos una entrada nueva el último Martes de cada mes y, para no aburrirnos entre una y otra, nos invitamos a (re)leer, cada día, una de las entradas publicadas los años anteriores. Para quienes no las leyeron, éstas podrán ser un (nuevo) disparador para la reflexión y el análisis y para quienes sí, es probable que las (re)pensemos desde otro lugar y nos inviten a, (nuevamente) pero de otra manera, reflexionar sobre nuestras prácticas y los aprendizajes.

La siguiente entrada fue publicada el Martes 21 de Agosto de 2018:


Los días 14, 15, 16 y 17 de Agosto se llevó a cabo en la ciudad de Buenos Aires el Congreso Iberoamericano de Pedagogía, organizado por la Universidad de Tres de Febrero (UNTREF) y la Sociedad Española de Pedagogía, con la colaboración de UNESCO, OEI, REDAPES, UBA y el Ministerio de Educación de la Nación.

A priori la idea del Congreso, las actividades propuestas, la enorme cantidad de ponencias y simposios, y la presentación de conferencistas de la talla de Adriana Puigrós, Margarita Poggi, Carlos Cullen, Mariana Maggio o María Teresa Sirvent (entre otros), nos permitían imaginar un escenario fértil para la (trans)formación individual y colectiva, sobre la que tanto insistimos desde este (intento de) espacio de comunicación.



El objetivo de esta entrada (en dos partes para que no sea tan larga) es contarles algunas ideas (por supuesto sesgadas y recortadas según nuestros intereses, nuestras trayectorias y nuestros posicionamientos) sobre las que se reflexionó en (por razones obvias) sólo algunas de las muchas actividades (paneles, sesiones de comunicaciones orales, simposios, posters, presentaciones de libros y revistas) que, agrupadas en 13 ejes temáticos, ocurrían simultáneamente (durante casi 11 horas al día) tanto en aulas del edificio nuevo como del viejo edificio de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, en las cuáles la disposición de los bancos (y su carácter casi confesional, de bancos de Iglesias Católicas) daba pie para una humorada o un comentario en cada presentación.

Claro que no todas son rozas. Probablemente por la cantidad de asistentes y ponentes (y por la impuntualidad e irresponsabilidad de much@s de ell@s), la organización dejó mucho que desear. Rara vez las presentaciones empezaban en horario, en varias ocasiones no se presentaba el moderador, no había computadora y cañón (o los traían tarde o andaban mal) y en la mayoría de las sesiones de comunicaciones orales vari@s expositores estuvieron, increíblemente, ausentes. Además, si bien en todas las mesas o simposios proponían dejar un buen tiempo de intercambio (al final), luego l@s expositores se pasaban del tiempo asignado (además de que las sesiones arrancaban tarde) y no quedaba ni un minuto para preguntas, comentarios o conversaciones.

Respecto a las presentaciones lo primero que aparece como reflexión es la alegría de saber que hay mucha gente haciendo muchas cosas. Por supuesto, algunas mejores y otras peores, algunas con mayor rigor científico y otras con menor rigor científico, algunas planteadas desde posicionamientos que un@ comparte más y otras planteadas desde posicionamientos que un@ comparte menos. Pero es grato saber que son much@s l@s docentes (por supuesto no tod@s los asistentes al Congreso ni mucho menos) que están reflexionando e investigando sobre su prácticas.

También es interesante romper un poco con esa lógica de docentes que nos juntamos en Congresos de Educación a reflexionar sobre “lo mal que está la Educación”. En la mayoría de los Congresos de las demás disciplinas se juntan para mostrar sus éxitos y sus logros y ni se les ocurriría presentar todas las experiencias que no resultaron como esperaban. Si bien tenemos nuestros reparos sobre el hecho de pensar en la Educación como la causa y la solución (vaya paradoja) de todos los problemas de la sociedad y a pesar de ver con buenos ojos nuestra “clásica autocrítica docente”, celebramos que en estos encuentros también nos hagamos lugar para compartir aquello que sí nos está funcionando para cumplir con determinados objetivos o para reflexionar sobre los supuestos que subyacen a nuestras prácticas.

La segunda reflexión es que muchas de las “innovaciones” e investigaciones presentadas en el Congreso atrasan 15 o 20 años, probablemente porque la falta de actualización y formación docente constante haga que much@s docentes bien-intencionad@s estén intentando “descubrir la rueda”, por no haber leído la bibliografía actual sobre las ventajas y desventajas de las ruedas.

Párrafo aparte merece la situación actual que los sistemas de Educación, Ciencia y Tecnología están atravesando tanto en Brasil como en Argentina. Esta situación fue mencionada en casi todas las presentaciones del evento y en algunos casos profundizada (con datos, estadísticas y análisis) evidenciando la terrible crisis actual, consecuencia del retorno de las políticas neoliberales y del ajuste que los actuales gobiernos de la mayoría de los países de la región están realizando en materia educativa. En este sentido, y por mencionar sólo algunos ejemplos, José Romao (de Brasil) nos remarcó “la importancia de recuperar el pensamiento de Paulo Freire para enfrentar la ola conservadora que arrasa el mundo” y María Teresa Sirvent (de Argentina) definió la actual política pública como “un movimiento de política científica anticientífica”.

Ahora sí, nos metemos con las reflexiones más interesantes o más “radiales”, en términos de haber sido abordadas en varios espacios desde diferentes lugares, indicando que son cuestiones centrales del debate actual. La palabra más repetida a lo largo del Congreso Iberoamericano de Pedagogía no fue “Educación”, ni fue “aprendizajes”, ni fue “docente”, ni fue “docencia”, ni fue (aunque sorprenda) “pedagogía”. La palabra más repetida fue: “innovación”. Desde este humilde espacio, que pretende semanalmente invitar a la problematización, nos alegramos de esto (ya que consideramos central la reflexión sobre las innovaciones pedagógicas y su impacto en los aprendizajes) aunque confirma que Congresos tan masivos y “generalistas” terminan sin profundizar los aspectos supuestamente prioritarios y cayendo en relatos de experiencias (más o menos) innovadoras e “investigaciones” (o, mejor dicho, reflexiones sin ningún rigor científico) sobre esas experiencias supuestamente innovadoras.

La idea es profundizar estas (y otras) cuestiones y contarles algunos ejemplos de lo discutido en el evento pero para eso habrá que esperar a la entrega de la semana que viene porque esta reseña…

CONTINUARA…

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