En este nuevo año escolar/académico en el
que esperamos seguir reflexionando, seguir discutiendo y seguir (trans)formándonos como docentes
(cada vez) más facilitadores de aprendizajes (cada vez) más significativos en
nuestres estudiantes (cada vez) más autónomes; tendremos una entrada nueva el último Martes de cada mes y, para no
aburrirnos entre una y otra, nos
invitamos a (re)leer, cada día, una de las
entradas publicadas los años anteriores. Para quienes no las leyeron, éstas
podrán ser un (nuevo) disparador para la reflexión y el análisis y para quienes
sí, es probable que las (re)pensemos desde otro lugar y nos inviten a,
(nuevamente) pero de otra manera, reflexionar sobre nuestras prácticas y los
aprendizajes.
La siguiente entrada fue publicada el Martes 27 de Noviembre de 2018:
Para empezar, Sofi nos cuenta la metodología que sigue a la hora de estudiar contenidos escolares, que incluye la confección de un prolijo resumen que relee hasta “aprenderlo”: “el método que uso creo yo que es el más usual, y el que me facilita el estudio a mí. Primero lo que hago es leer la bibliografía, en caso de que sean textos lo que tengo que estudiar; una vez que los leo, resalto las ideas más importantes, para luego pasarlas a una hoja, donde hago el resumen. Este resumen, lo hago lo más prolijo y ordenado posible, para facilitarme el estudio del mismo; por ejemplo en el caso de los resúmenes de anatomía que tuve que hacer para el cuatrimestre anterior, hice dibujos de las diferentes parte del cuerpo, como para hacerlo más llamativo también. Este resumen después lo leo varias veces, hasta que logro aprendérmelo”. En línea con la idea de que no se aprenden igual contenidos diferentes y pensando en los aprendizajes de las materias más “prácticas”, Sofi agrega “hago los ejercicios que dan lxs profesorxs y/o busco en internet”.
Cuando reflexiona sobre la manera en que aprende fuera de la Escuela, Sofi destaca la importancia de (mirar, escuchar y) “copiar” a otras personas y se le vienen a la memoria las “caídas” y los tropiezos lógicos de cualquier aprendizaje: “aprender las cosas cotidianas, las cosas que no hay un libro que te diga lo tenés que hacer, o no haya una serie de pasos estrictos que seguir, las he aprendido y sigo aprendiendo mirando a las demás personas y escuchándolas. A andar en bicicleta, me ensañaron mis papás, un día me subieron a una bicicleta con dos rueditas, y era practicar y practicar, después me sacaron una de las rueditas de apoyo y así hasta que me sacaron ambas rueditas de ayuda, y era caerse y levantarse y mirar a como lo hacían los demás. Después a atarme los cordones, si mal no recuerdo aprendí con un cuento, de un conejo. Y a patinar, que es el deporte que actualmente hago, aprendí cuando tenía más o menos cinco años, al principio también me caía todo el tiempo, estaba llena de moretones en las piernas, hasta que logré tener el equilibrio para deslizar sin caerme, y a saltar y hacer trompos, aprendí mirando a mis compañeras, con ayuda de mis entrenadoras, sin tener miedo a caerme (que es lo más importante) y como todo aprendiendo de cada caída. También para aprender a bailar, mire a otrxs personas, vi videos y aprendí de muy chica, lo cual hace que tenga mayor facilidad, si se podría decir, para bailar”.
Al relacionar o comparar aprendizajes académicos y no académicos, Sofi vuelve sobre la importancia de “otras personas”, de los ensayos (“prueba y error”) y de la necesidad de explorar, investigar y aventurarse en esos nuevos aprendizajes: “yo creo que ambos aprendizajes tienen algo similar: para hacer la mayoría de las cosas uno se basa en lo que anteriormente hizo otra persona o ha visto que haya hecho otra persona. Es natural del ser humano y también de los animales copiar lo del otro. También se pueden realizar acciones por instinto, como por ejemplo todos los seres vivos saben cómo cuidar a sus hijos o como reproducirse, entre otros. Después de haber visto lo que hizo el otro, uno puede sacar sus propias conclusiones y ver cuáles son las actitudes que le conviene tomar de acuerdo con lo que quiera conseguir o a lo que quiera llegar. Y también todo se trata de prueba y error, si intentaste algo y te salió mal, ver por qué te salió mal, intentar cambiar eso y seguir con lo mismo o ver si podes llegar a lo mismo de otra forma, por ejemplo en el caso de estudiar, si no te sirve una manera de estudiar tenés miles de opciones para estudiar y no te tenés que cerrar en una sola opción, porque alguien te dijo o porque viste a alguien estudiar así, también se trata de aventurar, investigar por tus propios medios, y así ver de qué manera te resulta más fácil, que método y qué forma”.
Finalmente, Sofi nos recuerda que podemos olvidarnos las cosas que “aprendimos” de memoria (o que aprendimos “sólo para una prueba”) pero que aquellas cosas que “aprendimos” de manera significativa quedan para siempre y que “aprender” (sea lo que sea) requiere de tiempo, práctica y esfuerzo: “algunas cosas que uno aprende para una prueba, las más irrelevantes, la mayoría de las personas se lo olvidan, las cosas que son más de leer una bibliografía. Pero las cosas que unos aprende con práctica, ya sea desde aprender a andar en bicicleta, atarse los cordones o aprender a bailar una coreo, como hacer algo con animales o plantas, uno a medida que lo hace y práctica, se acuerda y no te lo olvidas. La mayoría de las cosas igualmente nunca van a salir de un instante al otro, siempre requieren su práctica, la cual va a llevar mayor o menor tiempo, dependiendo de la facilidad de cada unx para hacer determinada cosa”.
* Sofía Mangini (@sofi_mangini) es estudiante en la Escuela Agropecuaria de la UBA, va a cuarto año. Va todos los días al colegio y cuando no, está en patín. Ama ir al campo, estar con animales, familia y amigos. Piensa estudiar Veterinaria y tener su propia clínica veterinaria para animales grandes en provincia de Bs. As.
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