martes, 27 de junio de 2017

Que clase más larga!



¿Qué es una clase larga? ¿Qué es una clase corta? ¿Cuándo una clase “se hace larga”? ¿Cuándo una clase “se hace corta”?

Es bastante común escuchar a l@s estudiantes quejarse de lo largas (y tediosas) que “se les hacen” (o, mejor dicho, les hacemos) ciertas clases. También nos puede pasar (si las planificamos y desarrollamos adecuadamente) que escuchemos a estudiantes decir que la clase “se pasó volando”. Tod@s entendemos qué quiere decir tanto una cosa como la otra y si bien no deberíamos dejar de reflexionar sobre los motivos por los para l@s estudiantes (y para l@s docentes) determinadas clases se (nos) pasan volando y otras se (nos) hacen eternas, ese no el objetivo de esta entrada.

Esta entrada pretende invitar(nos) a reflexionar sobre otra serie de expresiones también relacionadas con la “longitud” (sí, como una cuestión bien “métrica”) de las clases y habitualmente pronunciadas por l@s docentes como “tal clase es relarga”. No “se hace relarga” (ni recorta) por lo que hagamos (o dejemos de hacer) sino que l@s docentes dicen que, efectivamente, “es larga”. O corta. Sigamos.

Hace poco se “perdió” una clase (podríamos armar algo así como un “Missing Children” para las “Missing Classes”, no sea cosa que l@s estudiantes “se pierdan” de escucharnos hablar de algo) por un paro nacional (que incluía un paro de transportes) y la cátedra sugirió “recuperar” los contenidos de esa clase (otra vez, no sea cosa que l@s estudiantes aprendan algo sin que nosotr@s se lo “expliquemos”), no en cualquier clase sino en una puntual porque esa clase “es más corta”. Me quedé pensando. ¿Acaso todas las clases de nuestra materia no duran tres horas y media? Sí, sí, ya sé que es muchísimo pero dejemos eso para otra entrada. ¿Acaso (casi) todas las clases de (casi) todas las materias no duran lo mismo? ¿Qué quería decir que esa clase es “más corta”? ¿Que hay menos “para dar”? ¿Que los temas (o lo que l@s docentes sabemos/decimos/recortamos de los temas) de ese día son menos extensos? Cuando un docente dice que tal clase “es relarga”, ¿qué querrá decir? ¿Que hay más “para dar”? ¿Que los temas (o lo que l@s docentes sabemos/decimos/recortamos de los temas) de ese día son más extensos?

No deja de llamarme la atención lo fácil que se asocia “clase” con contenidos y “contenidos” con “exposiciones” orales de l@s docentes. No deja de sorprenderme la concepción del conocimiento (y de los modos de construir conocimiento) que hay que tener para creer que un tema es “largo” o “corto”, midiéndolo en función de lo que dice el programa de contenidos de una materia, de lo que sabe (o cree saber) el docente o, peor aún, de lo que el docente “dice” en una clase, como una verdad revelada, única, incuestionable, acabada y finita. Independientemente de lo inútil que puede resultar (en no pocos casos) la (mera) exposición oral de un tema, ¿alguien cree que en una clase podría “decirse todo” de algún tema? Si siempre es un recorte, ¿no podríamos recortar más o menos (lo que decimos, no lo que se aprende!) en función del tiempo de clase que querramos dedicarle al “momento expositivo”, si es que lo hubiera?

No tenemos dudas de que (en función de lo que hagamos l@s docentes y de lo que les propongamos hacer a l@s estudiantes) hay clases que se (nos) pasan volando y otras que se (nos) hacen eternas pero, si aceptamos que el conocimiento no es limitado, no es “abarcable” en ningún caprichoso recorte académico, es dinámico y se construye social y constantemente, no podemos pensar la clase en función de una “longitud” que no existe y que niega (o, al menos, desconoce) la posibilidad de que l@s estudiantes aprendan más (o menos) que lo que l@s docentes sabemos o creemos saber.

Empiezo a pensar que esta entrada se está “haciendo muy larga”, no porque no tengamos más cosas por decir sino porque creemos que es hora de que este texto (si cumple su objetivo) l@s haga decir algunas cosas a ustedes, l@s haga pensar cosas que no han pensado, escribir cosas que no han escrito y, si así fuera, seguramente cosas que nosotr@s ni pensamos, ni escribimos, ni imaginamos. Y, tal vez, (ahora sí) ses sí sea el objetivo de esta entrada.


martes, 20 de junio de 2017

Raísa y “la Educación”: de Ciudades, Filosofías y Otredades.


En esta primera parte de este nuevo año escolar/académico en el que esperamos seguir reflexionando, seguir discutiendo y seguir (trans)formándonos como docentes (cada vez) más facilitadores de aprendizajes (cada vez) más significativos en nuestr@s estudiantes (cada vez) más autónomos; nos invitamos a releer, cada día, una de las entradas publicadas los años anteriores, como forma de volver a “ponernos” en tema. Para l@s que no las leyeron, éstas podrán ser un (nuevo) disparador para la reflexión y el análisis y para los que sí, es probable que las (re)pensemos desde otro lugar y nos inviten a, (nuevamente) pero de otra manera, reflexionar sobre nuestras prácticas y los aprendizajes.

La siguiente entrada fue publicada el Martes 6 de Diciembre de 2016:


Hace unos meses recibí una interesante propuesta: la colega Marian Ferrarelli (@FerrarelliM), a quien “conozco” a través de Twitter, me propuso participar de la #TransmediaWeek en su proyecto “Visible Cities by Italo Calvino”. La #TransmediaWeekes una plataforma global de eventos comunitarios interconectados que se centran en los aspectos culturales, sociales, políticos, tecnológicos, legales, académicos y comerciales de las narrativas transmedia. La invitación era por demás interesante: escribir un texto sobre algún aspecto de la Educación que me interesara (como la construcción de la otredad) que pudiera ser parte de este proyecto que de alguna manera “visibiliza” las invisibles ciudades de Italo Calvino en tono transmedia.

La propuesta de Marian me motivó y me “convocó” desde varios lugares: primero desdemi pasión por la Educación y por la reflexión sobre la Educación, segundo desde mi profunda admiración por Italo Calvino y por su apasionante libro “Las Ciudades Invisibles” y tercero desde mi convencimiento de la necesidad de escribir(nos), leer(nos) y conectar(nos) para (re)pensar(nos) y (trans)formarnos de manera colectiva.

Así que acepté.

Y me propuse pensar alguna de las ciudades del libro desde mi percepción sobre la manera en que construimos a “los Otros” en el hecho educativo. La primera ciudad en“aparecer” en mi cabeza fue Zenobiapero el excelente “uso” que hizo de ella Lila Pinto, en una inspiradora presentación que recomiendo, me hizo descartarla. Luego de releer (una vez más) esta maravillosa obra, consideré a Ottavia,Olivia y Perinzia. Empecé a escribir sobre ellas pero no me convencían. Hasta que apareció Raísa y las reflexiones que me generó dieron origen al texto que le mandé a Marian, que se publicó en el sitio de su proyecto y que, magníficamente, musicalizó (en “Raísa, una canción”) Stephanie Macchi.

La idea de esta entrada es compartir con l@s lectores de #AsiFuimosAprendiendo, el texto que significó mi humilde aporte a la #TransmediaWeekde este año, titulado Raísa y “la Educación”: de Ciudades, Filosofías y Otredades:

Personalmente estoy un poco cansado de escuchar lamentos sobre “lo mal que está la Educación”. No sólo llueven críticas desde los sectores más diversos (medios de “incomunicación”,organismos de Gobierno, representantes del “mundo del trabajo”, “expertos” en casi cualquier cosa y “opinólogos” en general) sino también desde l@s propi@s docentes (actores fundamentales del “hecho educativo”) que simplifican un problema (evidentemente) complejo con afirmaciones como “los estudiantes no estudian”,“a los estudiantes no les interesa nada” o “los estudiantes no comprenden las consignas”, por citar las menos ofensivas. Para l@s que olvidaron el verdadero sentido de la tarea docente, en la Educación “todo está mal”, porque esa tarea (trans)formadora y emancipadora se volvió una rutina de reproducción de prácticas embrutecedoras, de reproducción de desigualdades y de reproducción de“saberes indiscutidos”, conocimientos estancos, descontextualizados y carentes de significación o relevancia.

Algo parecido ocurría en la ciudad de Raísa, donde “la Vida no es feliz”. En su increíble libro, “Las ciudades invisibles” (título parafraseado en el nombre de esta propuesta Transmedia), Italo Calvino describe a Raísa diciendo que “En las calles la gente camina torciéndose las manos, regaña a los niños que lloran, se apoya en los parapetos del río con las sienes entre los puños, por la mañana despierta de un mal sueño y empieza otro. En los talleres donde a cada rato alguien se machaca los dedos con el martillo o se pincha con la aguja, o mira las torcidas columnas de números en los libros de los comerciantes y los banqueros, o tienen delante las filas de vasos sobre el zinc de las tabernas, menos mal que las cabezas gachas te ahorran miradas torvas. Dentro de las casas es peor, y no hace falta entrar para saberlo: en verano sale por las ventanas el estruendo de peleas y los platos rotos.”

Casi, casi, como lo que (lamentablemente) much@s opinan de “la Educación”: en las escuelas la gente camina torciéndose las manos, docentes regañan a estudiantes que “no cumplen”(y estudiantes –en silencio- regañan a docentes que “no motivan”). Cada mañana (y cada tarde) empieza otro tedioso mal sueño, sabiendo que al día siguiente será igual. Dentro de las aulas es (aún) peor y no hace falta entrar para saberlo: en verano (y en invierno) sale por las ventanas el estruendo de los momentos de “descontrol total” o el horrible silencio de los momentos de “control total”. Como en aquella viñeta del siempre lúcido Francesco Tonucci (en la que le preguntaban a un estudiante ¿qué había “visto” hoy en la escuela? y él respondía “la nuca de mi compañero de adelante”), menos mal que las cabezas gachas (y la nefasta disposición espacial de muchas “estructuras escolares”),te ahorran miradas torvas.

Sin embargo, cuenta Calvino, en Raísa “hay en todo momento un niño que desde una ventana ríe a un perro que ha saltado sobre un cobertizo para comer un poco de polenta que ha dejado caer un albañil que desde lo alto del andamio exclama: ‘¡Prenda mía, déjame probar!’ a una joven posadera que levanta bajo la pérgola un plato de guiso, contenta de servirlo al paragüero que festeja un buen negocio, una sombrilla de encaje blanco que ha comprado para pavonearse en las carreras una gran señora, enamorada de un oficial que le ha sonreído al saltar la última valla, feliz él pero más feliz todavía su caballo que volaba sobre los obstáculos viendo volar en el cielo a un francolín, pájaro feliz liberado de la jaula por un pintor feliz de haber pintado pluma por pluma, salpicado de rojo y de amarillo, en la miniatura de aquel libro en que el filósofo dice: ‘También en Raísa, ciudad triste, corre un hilo invisible que une por un instante un ser vivo a otro y se destruye, después vuelve a tenderse entre puntos en movimiento dibujando nuevas, rápidas figuras de modo que en cada segundo la ciudad infeliz contiene una ciudad feliz que ni siquiera sabe que existe.”

Afortunadamente, en “la Educación”ocurre algo parecido: hay en todo momento un chic@ que desde un banco ríe a un docente que ha preparado cuidadosamente su clase contemplando la individualidad de una estudiante que disfrutó aprender el tema en estudio viendo un interesante video casero que realizó un grupo de entusiastas estudiantes de otra escuela y lo subieron a un blog, motivad@s por una docente que se los propuso luego de hacer un curso virtual de (trans)formación docente, coordinado por una especialista en producción de contenidos multimedia, que lo diseñó junto con un docente preocupado por la construcción de la Otredad en la Educación, que se dio cuenta de que debía involucrarse en su propia (trans)formación y en la de sus colegas docentes, luego de leer (y quedar impactado por) aquel libro de Filosofía de la Educación que dice “También en‘la Educación’, hecho triste, corre un hilo invisible que une por un instante un ser vivo con Otro y se destruye, después vuelve a tenderse entre puntos en movimiento dibujando nuevas, rápidas figuras de modo que cada segundo ‘la Educación infeliz’ contiene una ‘Educación feliz’ que ni siquiera sabe que existe.”

lunes, 19 de junio de 2017

Educar es formar buenas personas. Entrevista a Agustina Frías *


En esta primera parte de este nuevo año escolar/académico en el que esperamos seguir reflexionando, seguir discutiendo y seguir (trans)formándonos como docentes (cada vez) más facilitadores de aprendizajes (cada vez) más significativos en nuestr@s estudiantes (cada vez) más autónomos; nos invitamos a releer, cada día, una de las entradas publicadas los años anteriores, como forma de volver a “ponernos” en tema. Para l@s que no las leyeron, éstas podrán ser un (nuevo) disparador para la reflexión y el análisis y para los que sí, es probable que las (re)pensemos desde otro lugar y nos inviten a, (nuevamente) pero de otra manera, reflexionar sobre nuestras prácticas y los aprendizajes.

La siguiente entrada fue publicada el Martes 29 de Noviembre de 2016:


En sus primeras reflexiones, Agus relativiza la “mera transmisión de conocimientos académicos” y pone el foco en la empatía, en el placer por participar del crecimiento personal de l@s estudiantes y en el recordar(se) en su rol (más o menos lejano)“del otro lado del pupitre”.

  • Agus, ¿Qué es para vos “ser docente”?
  • Es un concepto muy amplio: en mi opinión, no es sólo aquel que se enfoca en transmitirle los conocimientos académicos a los alumnos, y ya. Si su única meta es esa, para mí, ha fracasado. Es alguien que disfruta presenciando y participando en el crecimiento de sus alumnos, como personas, principalmente. Un ejemplo claro se ve en aquellos docentes que empatizan con sus estudiantes: los escuchan, observan, reaccionan si los ven tristes, angustiados. El mejor docente es aquel que recuerda que ha sido alumno, que también ha estado del otro lado del pupitre, que ha sentido, sufrido, reído y también estudiado. El que entiende el valor de los recuerdos que nos llevaremos del aula.

  • Si tuvieras que recomendarle a l@s docentes un libro, una canción o una película que considerás “relevante” para mejorar la práctica docente, ¿qué nos recomendarías y por qué?
  • El documental “la educación prohibida” me pareció muy interesante. También las películas “detrás de la pizarra” y “al frente de la clase” las cuales son realmente muy emotivas.

A la hora de pensar en las características que debería tener un buen docente para ser mejor facilitador de los aprendizajes de sus estudiantes, Agus reflexiona sobre la importancia de transmitir confianza (y no temor), de comprender al Otro, de habilitar (el espacio para) la pregunta y de valorar el esfuerzo, más allá de una nota.


  • ¿Qué características creés que debería tener un docente para ser mejor como facilitador de los aprendizajes de l@s estudiantes?
  • Un docente que transmite confianza y no temor, el que tiene empatía, es aquel que mejor enseña. Es la figura de autoridad, sí, pero no de miedo. Debe ser alguien formado, claramente. Que sepa de lo que habla, sí. Que sea comprensible, también. Pero que sea alguien a quien no se tema preguntar, confesar alguna inquietud, alguien que no te lleve a la desesperación. He visto y he vivido en carne propia la desesperanza de saber que reprobarías todo el año por 0,50, de saber que no habría forma de obtener algo más para aprobar, de llorar con sólo verlo entrar al salón, de sentir rencor y desdén al pasar de año. ¿Eso es lo que quiere transmitirles un docente a sus alumnos? ¿El miedo al error? ¿Cuál es el sentido de condenar a un alumno cuando trata aunque le cueste? Claro que desde nuestro lugar, el compromiso con la materia es fundamental para aprobar. No voy a negarlo. Pero si un alumno se esfuerza y no se le da la oportunidad, o se le reprocha el “no llegar” todo es inútil. No se valorará lo aprendido. Se recordará que fallaste.

  • ¿Podrías relatar un episodio significativo de tu experiencia como estudiante en relación a algún docente o a alguna práctica docente?
  • Lo que más puedo valorar, entre todas las experiencias vividas a lo largo de mis años de secundaria, es el haber podido contar con varios de mis docentes durante una etapa difícil de mi vida personal. Muchas veces me avergonzaba en el aula de mi situación, y muchas veces simplemente el docente daba su clase y ya. Pero hubo algunos que se acercaron a preguntar, a escuchar. Me sentí contenida muchas veces. Si bien no lo apreciaba en ese entonces, hoy en día lo valoro, y por sobre todo, valoro la segunda oportunidad. El no ser vista como “la chica con problemas”, sino como una faceta de la vida que se supera. Y lo siento de verdad. Eso es algo muy importante para mí, porque se fijaron en la persona, sin importar si su materia estaba aprobada con 10, con 6 o aplazada con 3. Era una persona con sentimientos, a la cual escucharon y contuvieron. Hoy en día, ellos son los que más aprecio, de otra manera. Eso es algo que voy a recordar siempre, y no sé cómo agradecer.

Cerrando la entrevista, Agus nos propone pensar la Educación como un ámbito (trans)formador de las personas y destaca la relevancia y la necesidad de una Educación Pública de calidad y para tod@s.

  • ¿Cuáles son y cuáles “deberían ser”, en tu opinión, los objetivos de la Educación?
  • Instruir personas, desde un aspecto más “básico” o “formal”. Analizándolo más profundamente, diría que es el formar buenas personas; fuertes, para proponer, debatir, luchar por lo que deseen. Decididas, para descubrir por sí mismas quiénes son, qué desean en la vida. Por sobre todo, buenas. Educar es formar buenas personas. Con valores que les permitan vivir en sociedad, con ojos escépticos que les permitan ver lo que esté mal y cambiarlo, no mirar para otro lado. Un pueblo educado es un pueblo fuerte. Uno de los peores males es la falta de educación. Personas manipulables, fácilmente engañadas. Quien conoce sus posibilidades puede elegir. Otorga el beneficio de la duda. Crea ambición. Ayuda a crear un “yo” una personalidad, una voz, una opinión, un voto. Es algo más allá de aulas, exámenes y promedios. Es saber dónde y cómo se vive. Es el poder para cambiarlo. La educación pública es, en mi opinión, una de las mejores cosas que puede tener un país, porque ve a todos igual. No importa la condición económica o el origen. No es limitante para crecer, conocer y mejorar. Creo que la educación es el mejor regalo que puede hacer un estado a su pueblo.

* Agustina Frias (@roja_artificial) es estudiante de la Escuela Técnico Profesional en Producción Agropecuaria y Agroalimentaria de la UBA. Se considera una persona insaciablemente curiosa. Disfruta de aprender y conocer cosas nuevas y de vivir experiencias y enriquecerse como individuo. No sabe qué le deparará el mañana. Cree que el mundo está lleno de posibilidades, y simplemente le gusta explorar. El día de mañana le gustaría ser más libre de lo que es hoy.

domingo, 18 de junio de 2017

Paciencia, carisma, disponibilidad y dedicación para crecer juntos. Entrevista a Sofía Andaur *


En esta primera parte de este nuevo año escolar/académico en el que esperamos seguir reflexionando, seguir discutiendo y seguir (trans)formándonos como docentes (cada vez) más facilitadores de aprendizajes (cada vez) más significativos en nuestr@s estudiantes (cada vez) más autónomos; nos invitamos a releer, cada día, una de las entradas publicadas los años anteriores, como forma de volver a “ponernos” en tema. Para l@s que no las leyeron, éstas podrán ser un (nuevo) disparador para la reflexión y el análisis y para los que sí, es probable que las (re)pensemos desde otro lugar y nos inviten a, (nuevamente) pero de otra manera, reflexionar sobre nuestras prácticas y los aprendizajes.

La siguiente entrada fue publicada el Martes 15 de Noviembre de 2016:


En sus primeras reflexiones, Sofía plantea la necesidad de que l@s docentes seamos personas generosas, dedicadas y pacientes, que estemos dispuest@s a escuchar (y responder) sus dudas e inquietudes y “disponibles” más allá del aula, por ejemplo de manera virtual.

  • Sofía, ¿Qué es para vos “ser docente”?
  • Para mí un docente es una persona que tiene la capacidad de entregar su conocimiento, sus valores y sus enseñanzas de vida a otras personas con dedicación y paciencia.

  • ¿Qué condiciones institucionales facilitan o complican tus aprendizajes?
  • Las condiciones institucionales que facilitan mi tarea como estudiante son las clases de consulta, de repaso, los correos, cualquier medio de contacto que tengamos con ayudantes o profesores que al momento de estar estudiando te sacan de dudas. Yo al momento de estudiar, necesito constantemente la aclaración de todas mis dudas, para poder seguir avanzando. Las condiciones institucionales que complican mi tarea como estudiante son la poco voluntad y pocas ganas de responder dudas e inquietudes a los alumnos por parte de los docentes, me ha pasado que o no me saben explicar o no tienen la paciencia para poder explicarte correctamente.

A la hora de pensar en las caraterísticas de l@s docentes que facilitan sus aprendizajes, Sofía destaca la vocación, el carisma y la sociabilidad.

  • ¿Qué características creés que debería tener un docente para ser mejor como facilitador de los aprendizajes de l@s estudiantes?
  • Las características principales que tiene que tener el docente es la vocación, el carisma y ser sociable, tener ganas de enseñar. La vocación, es lo fundamental, ya que sin ella no creo que tenga sentido ejercer como docente. El carisma y ser sociable facilitan un montón los aprendizajes, ya que se pueden hacer las clases más amenas y divertidas y así el contenido es mejor entendido por el alumno.

Cerrando la entrevista, Sofía resalta el valor que tiene el “contexto” y el lugar en que se aprende algo (por ejemplo, fuera del aula) a la hora de recordarlo y le asigna a la Educación un papel central en el crecimiento y en la (trans)formación constante de las personas.

  • ¿Cuáles de las prácticas, herramientas, estrategias de tus docentes resultaron más exitosas como instrumentos facilitadores de tus aprendizajes?
  • Una de las que mejor me acuerdo, porque me quedo todo muy claro cuando me dieron una clase, dando un recorrido por la facultad. Me acuerdo que estábamos en clases de Química Biológica donde nos fueron contando el ciclo de Krebs y la cadena respiratoria. También hay otra que era más cotidiana, en la misma materia, que era salir al parque que rodea la facultad a resolver dudas y a conversar sobre los cuestionarios pedidos. Eso me ayudó mucho a fijar mejor el contenido y entender mucho mejor el contenido al momento de estudiar, porque me acordaba lo que había pasado ese día.

  • ¿Cuáles son y cuáles “deberían ser”, en tu opinión, los objetivos de la Educación?
  • Para mí, el principal objetivo de la educación es crecer. Crecer como persona, crecer intelectualmente, expandir tu conocimiento, que te ayuda a entender mejor tu vida y tu entorno, conocer gente que tiene los mismos objetivos que tú. Más allá que la educación está impuesta por la sociedad como un derecho, el poder educarte, el poder aprender, en mi opinión es muy gratificante ya que me sorprendo de cada cosa que voy entiendo y lo voy asimilando ya en mi diario vivir.

* Sofía Andaures estudiante de Veterinaria en la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Buenos Aires. Tiene 25 añosy es de nacionalidad Chilena. En estos momentos está cursando la escuela de ayudantes de la cátedra de Química Biológica de la misma facultad.

sábado, 17 de junio de 2017

“Enganchar” para aprender… y aprobar! Entrevista a María del Pilar Mayer *


En esta primera parte de este nuevo año escolar/académico en el que esperamos seguir reflexionando, seguir discutiendo y seguir (trans)formándonos como docentes (cada vez) más facilitadores de aprendizajes (cada vez) más significativos en nuestr@s estudiantes (cada vez) más autónomos; nos invitamos a releer, cada día, una de las entradas publicadas los años anteriores, como forma de volver a “ponernos” en tema. Para l@s que no las leyeron, éstas podrán ser un (nuevo) disparador para la reflexión y el análisis y para los que sí, es probable que las (re)pensemos desde otro lugar y nos inviten a, (nuevamente) pero de otra manera, reflexionar sobre nuestras prácticas y los aprendizajes.

La siguiente entrada fue publicada el Martes 8 de Noviembre de 2016:


En sus primeras reflexiones, Pilar plantea lo importante que es que l@s docentes sean capaces de motivar (de“enganchar”) a l@s estudiantes y, pensando en sus objetivos al iniciar una cursada, nos recuerda esas dos caras de la misma moneda que l@s docentes no debemos perder de vista: el aprender y el aprobar!


  • Pilar, ¿Qué es para vos “ser docente”?
  • Para mi, ser docente es aquel que se dedica a enseñar acerca de algún área de la que no sólo esté en tema, sino que también le apasiona enseñar y transmitir a los demás. Si bien ser docente requiere un título, para mi es mucho más que eso. Es algo que se va aprendiendo con los años. No cualquier persona puede lograr “enganchar” a los alumnos al tema al que se dedica, y que además les quede conocimiento.

  • ¿Cuáles son tus objetivos o expectativas de logros cuando comenzás una cursada?
  • Mi objetivo no sólo es el de cursar la materia para aprobarla, sino también poder aprender, y lograr que me interese. Mi expectativa es que, al final de la cursada pueda integrar temas, no solo en la materia que estoy cursando, sino además con temas de materias que ya he cursado. Otra expectativa es poder formar un grupo, en el cual pueda sentirme cómoda y con quienes pueda estudiar, y por supuesto, aprobar la materia para poder avanzar en la carrera.


A la hora de relatar un episodio que haya sido significativo en su trayectoria educativa, Pilar elige una de las primeras cursadas de su carrera en la que una docente la ayudó, la orientó, la motivó, la “enganchó”, la invitó a participar, a debatir y a comprometerse con la clase y con su propio proceso de aprendizaje.


  • ¿Podrías relatar un episodio significativo de tu experiencia como estudiante en relación a algún docente o a alguna práctica docente?
  • La cursada en Química Orgánica. Era mi primer cuatrimestre, por lo que no sabía bien cómo guiarme, por dónde empezar a estudiar. Tuvimos una profesora que, para mi, era excelente. Ella nos ayudó a orientarnos, tanto en la materia, como en las demás. Las clases que preparaba eran casi siempre en donde había debates o en donde nos hacía participar, ya sea pasando a hacer ejercicios al pizarrón, como en un laboratorio a pasar a explicar algún procedimiento. Fue una linda experiencia. Creo que es clave que el docente que esté dando la materia pueda lograr que los alumnos puedan encontrarle la parte “linda” de la materia, o, aunque sea, ayudarte a cómo estudiarla. En la carrera hay materias que nos van a gustar más, y otras materias que menos. Pero si toca un buen docente, a veces ayuda mucho si él/ella logra “engancharte”.


Cerrando la entrevista, Pilar reflexiona sobre las (correctas e incorrectas) maneras de utilizar herramientas como el power point o los videos, sobre el impacto (positivo o negativo) que éstas pueden tener en los aprendizajes de l@s estudiantes y sobre los objetivos que tiene (o debería tener) la Educación.


  • ¿Cuáles de las prácticas, herramientas, estrategias de tus docentes resultaron más exitosas como instrumentos facilitadores de tus aprendizajes?
  • Una herramienta que creo importante es de la correcta utilización de los power points. Hay una de las materias que estoy cursando actualmente, en la que el docente dice literalmente lo que menciona en el power; y éstos están llenos de información, lo cual nos “tienta” a copiar tal cual lo que dice el power, y no podemos darle tanta atención al docente que está explicando el tema. Creo que otra herramienta muy práctica es la de mostrar un video acerca del tema dado, antes de finalizar la clase. Creo que es útil ya que es una forma de que el alumno pueda “unir” los conceptos que se dieron, o de terminar de entenderlos. La utilización de un “foro” está bueno, ya que es un espacio en el cual el alumno puede realizar consultas que por ahí no se anima a hacerlas directamente en la clase, o una duda que tuvo al leer sobre algún tema en la casa. Es una forma de “acercarse” un poco más a la materia, y a la clase.

  • ¿Cuáles son y cuáles “deberían ser”, en tu opinión, los objetivos de la Educación?
  • Poder incentivar el proceso de estructuración del pensamiento, de la imaginación, de las formas de expresión personal y de comunicación verbal y expresiva, favorecer el proceso de maduración, lograr que la persona pueda comunicarse, formar grupos, tomar decisiones en la vida cotidiana.

* María del Pilar Mayer (@PiliMayer) realizó el secundario en la Escuela de Educación Técnico Profesional de nivel medio en Producción Agropecuaria y Agroalimentaria (UBA). Es estudiante de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UBA. Actualmente trabaja como preceptora en la Escuela de Educación Técnico Profesional de nivel medio en Producción Agropecuaria y Agroalimentaria (UBA).

viernes, 16 de junio de 2017

¿Cómo aprende Vera? Interés por aprender, observación y práctica.


En esta primera parte de este nuevo año escolar/académico en el que esperamos seguir reflexionando, seguir discutiendo y seguir (trans)formándonos como docentes (cada vez) más facilitadores de aprendizajes (cada vez) más significativos en nuestr@s estudiantes (cada vez) más autónomos; nos invitamos a releer, cada día, una de las entradas publicadas los años anteriores, como forma de volver a “ponernos” en tema. Para l@s que no las leyeron, éstas podrán ser un (nuevo) disparador para la reflexión y el análisis y para los que sí, es probable que las (re)pensemos desde otro lugar y nos inviten a, (nuevamente) pero de otra manera, reflexionar sobre nuestras prácticas y los aprendizajes.

La siguiente entrada fue publicada el Martes 1 de Noviembre de 2016:


En este 2016 el Blog espera, una vez más, incorporar nuevas maneras de reflexionar sobre la Educación y los aprendizajes. Además de las (ya habituales) notas de opinión, de las entrevistas (a docentes y estudiantes) y de los textos escritos en colaboración, queremos seguir (re)pensándonos a partir de textos que reflexionen sobre “cómo aprendemos”.

Como dijimos en entradas anteriores, pareciera ser que much@s docentes creemos (con las mejores intenciones) que debemos ser facilitadores de los aprendizajes y obramos o creemos que obramos (en consecuencia) con el objetivo de que nuestr@s estudiantes aprendan.

Sin embargo, no tenemos muy en claro“cómo se aprende”, qué hacen nuestr@s estudiantes para aprender, cómo hacen nuestr@s estudiantes para aprender en nuestras materias.

Es por eso que nos proponemos darle una vuelta de tuerca a esta reflexión a partir de relatos, en primera persona, que den cuenta de cómo aprendemos o cómo aprenden l@s estudiantes, con el objetivo de ser mejores facilitadores de esos aprendizajes (cada vez más significativos) en nuestr@as estudiantes, cada vez más autónomos. En este caso la reflexión es a partir del relato que gentilmente escribió Vera Zoppi *.


Para empezar, Vera contradice a much@s anteriores “colaboradores del Blog” (y a esa idea de que no se aprenden igual contenidos diferentes) y, al hacerlo, confirma que cada un@ aprende a su manera, pero en su caso son centrales la observaciòn y la jerarquización durante las clases: “la verdad es que cuando me pregunté cómo aprendía las materias de la escuela, me di cuenta que aprendo todas de la misma forma, o al menos de forma similar. Aprendo y entiendo los contenidos en clase, observando y escuchando lo que el profesor me transmite. Esto para mi es lo más importante, ya que el docente no solo te entrega el contenido, sino que también te marca lo importante, lo relaciona con otras cosas y, sobretodo, fomenta tu interés en lo que está enseñando. Generalmente durante las clases pienso mucho cuando vemos algo nuevo y lo que hago es anotar contenidos ‘teóricos’ y anotar mis razonamientos al lado, o una explicación simple, porque de esta manera recuerdo todo lo que pienso durante la clase. Esto también es como una ayuda para la Vera del futuro que luego se va a sentar a estudiar”.

Cuando reflexiona sobre sus aprendizajes “no académicas”, Vera reivindica el valor de la práctica e insiste en la relevancia de la observación: “desde que tengo seis años que toco el piano, y aprendí música mediante escuchar y observar. También para aprender un instrumento se necesita práctica, mucha práctica. Yo creo que en mi experiencia con el piano tuve diferentes formas de aprendizaje. Primero, tuve que aprender a tocar el piano, aprender a mover mis manos o a usarlas al mismo tiempo. En esta etapa sobre todo necesite mucho de la guía de mis profesores, ellos me mostraron como se hacía y con práctica constante todo puede lograrse. Actualmente yo ya sé cómo tocar el piano, y como pianista a lo que me dedico ahora es a aprender canciones que me gustan. En esta parte para mí es clave la observación, porque no leo fluidamente partituras. Sin embargo, mediante observar y escuchar atentamente como alguien toca algo puedo aprenderlo tan bien como si tuviese una partitura. Ahora mismo estoy aprendiendo igualmente a leer partituras, pero porque lo considero una herramienta, no porque realmente me interese. Esto es algo que me gustaría remarcar, porque demuestra que no siempre hay una forma de aprender algo, y de formas diferentes se puede aprender lo mismo. La observación es el punto clave de aprendizaje en lo que se refiere en cosas prácticas. En mi caso, la forma en la que aprendo música es en cierta manera muy parecida a como aprendo matemática o física. Observación y práctica”.

Vera nos recuerda el valor que tiene la motivación y el interés y lo importante que resulta que l@s docentes logren motivar a l@s estudiantes (transmitirles la pasión por lo que enseñan) y éstos le encuentren sentido a lo que aprenden y se comprometan con sus propios aprendizajes. También nos recuerda que muchas veces, lamentablemente, no hay un correlato entre aprender y aprobar ya que muchas evaluaciones parecen más enfocadas en “verificar” el estudio que el aprendizaje: “creo que el aprendizaje (o por lo menos, mi aprendizaje) depende del interés que tenga por lo que me están enseñando. Si es algo que me interesa mucho, probablemente lo entienda más rápido, o si no lo entiendo, me esfuerzo mucho más por entenderlo y aprenderlo. Por otro lado, no solo depende de mí interés, si no del interés del docente por lo que hace y de la forma en que lo haga para captar la atención de los alumnos. Por lo menos a mí me pasa que si veo a alguien interesado o emocionado por lo que quiere enseñar me transmite ese interés y quiero saber porque le gusta tanto lo que hace, por más que el tema no sea uno que particularmente me interese. Esta cuestión de interés en mi opinión es lo que causa que no todos los alumnos aprendamos todas las materias. Además, muchas veces uno no se esfuerza en buscarle el interés a algo, porque la escuela no siempre nos exige aprender, pero en cambio nos exige estudiar. Y estudiar algo que no aprendí ni entendí o algo de memoria es fácil en mi caso, por eso personalmente nunca tuve muchos problemas con las materias. Pero no a todos les pasa lo mismo y debido a que generalmente no nos exigen aprender, muchas veces uno aprende, entiende y está súper interesado por una materia y sin embargo no la “aprueba”. ¿Por qué ocurre esto si uno tiene el interés y el conocimiento ya adquirido? Tal vez no estudiaste, tal vez no te llevas bien con la forma de evaluación de un profesor, pero no por eso significa que no aprendiste y muchas veces estamos obligados como alumnos a demostrar nuestro conocimiento de formas que tal vez no nos sirven para expresarnos”.

Finalmente, Vera nos deja una reflexión que le generó la propuesta de colaborar con el Blog (y de contarnos #Cómo aprende), plantea su desacuerdo con algunas (clásicas) definiciones de“aprendizaje” e insiste con la centralidad del interés por (y para) aprender: “esta propuesta me hizo pensar mucho sobre el aprendizaje en general, ya que al principio antes de escribir los textos me pregunté ¿qué es aprender? y lo primero que se me ocurrió fue buscarlo en google. Al buscar esa definición me aparecieron dos significados, el primero es ‘adquirir el conocimiento de algo por medio del estudio, el ejercicio o la experiencia’ y el segundo ‘retener una cosa en la memoria’. Y luego de escribir todo esto me di cuenta que tal vez no estoy tan de acuerdo con esas definiciones. Yo creo que, al menos en mi caso, aprender está más relacionado con las palabras entender, relacionar, razonar y expresar que con las palabras estudiar y memorizar. También me acordé de todas las veces que aprendí algo que me gusta, o de las veces que me encontré con profesores que me gustaba su forma de enseñar y me di cuenta que es realmente placentero aprender cosas cuando uno tiene interés y el docente también. Si me preguntan ¿cómo aprendemos?, yo diría que todos aprendemos de diferentes formas así que muchas respuestas serían válidas, pero vuelvo a nombrar el tema del interés acá, ya que pienso que justamente el interés es lo que nos incita a todos a querer aprender”.


* Vera Zoppi (@verazoppi) es estudiante de la Escuela de Educación Técnico Profesional de nivel medio en Producción Agropecuaria y Agroalimentaria (UBA). Le gusta la política, las series, los juegos de la computadoray considera que casi todo en la vida es bizarro y gracioso. Ama a su pianotanto como ama cantar. Sigue viendo dibujitos aunque tenga 16 años.