martes, 27 de octubre de 2020

Una escucha atenta que invita a cuestionarse para mejorar. (Entrevista a Catalina Eslava)



Al igual que en los años anteriores, este año seguiremos con la publicación de entrevistas realizadas a docentes y a estudiantes, como insumos para la reflexión sobre nuestras prácticas y sobre los aprendizajes. Las respuestas de docentes y estudiantes, sujetes directamente involucrades en las prácticas sobre las cuales nos proponemos reflexionar en este Blog resultan fundamentales para profundizar el grado de análisis. Claro que podemos estar de acuerdo o no, claro que podemos disentir con determinadas apreciaciones y reconocer en las respuestas (y en las preguntas) posicionamientos pedagógicos e ideológicos compartidos o no pero de cualquier manera, los relatos en primera persona son siempre insumos de gran valor para construir y (re)pensar nuestros propios posicionamientos. En este caso es un placer publicar la entrevista que gentilmente respondió Catalina Eslava *.

En sus primeras reflexiones, Cata nos invita a pensar la figura de le docente “GPS” pero rápidamente la encuentra insuficiente e intenta complejizarla con otras cuestiones que en su opinión, también, hacen a la tarea docente, como fomentar la autonomía y la emancipación de les estudiantes.

  • Cata, ¿Qué es para vos “ser docente”?
  • Empezamos con una pregunta complicada. Diría que es como ser una especie de “guía”. Para ser más clara, es como un GPS, te manda por el camino que cree que es mejor (o quizás el que esté programado/a para darte) aunque no necesariamente sea el mejor. Un docente, generalmente, intenta desde la experiencia mostrarte la “mejor” manera de llegar (llegar a aprobar el curso, un parcial, un final, etc). Ahora si hablamos de lo que un “buen” docente debería ser, diría que tiene que poder ser más que un GPS. Tiene que poder adaptarse a la necesidad y a la situación de cada alumno/a. Tiene que poder entender que los caminos cambian y los destinos también, que cada alumno tiene su forma de hacer las cosas, ni buena ni mala, simplemente distinta. Definitivamente el único objetivo de un docente no puede ser sólo “llegar a destino” (supongamos aprobar el curso). En realidad debería tratar de ser lo “menos GPS posible” e intentar salir de ese rol de “sin mí te perdés” ¿De qué sirve que un alumno apruebe la cursada siguiendo cada indicación del docente? ¿Qué pasa cuando no hay un docente? Para mí se trata de poder dar “herramientas universales” en el sentido de que sean útiles más allá de la materia que dé el/la docente. Lo ideal para mí, sería poder llegar al “destino” que uno se proponga sin depender de ningún “GPS”.

  • ¿Cuáles son tus objetivos/propósitos/expectativas de logros cuando comenzás una cursada?
  • No puedo negar que suele ser aprobar el curso, y si puede ser con una buena nota, mejor (aunque sé que es sólo un número y a veces bastante arbitrario). En cuanto a los docentes espero que sean simpáticos y comprensivos. La falta de cualquiera de esas dos cualidades es medio un bajón: si es muy comprensivo pero las clases son un plomazo o si es muy divertido pero no le interesa en lo más mínimo qué es lo que te pasa. Ambas situaciones te quitan un poco las ganas de ir a cursar.  Otro de mis objetivos siempre que curso cualquier materia es engancharme con los temas, encontrarles sentido dentro de lo que estoy estudiando (para qué me sirve o me va a servir, porqué es importante, etc), y disfrutar lo más que se pueda tener que estudiarlos.

A la hora de pensar en las prácticas, herramientas o estrategias que usaron sus docentes y que ella encuentra exitosas o interesantes como facilitadoras de los aprendizajes de les estudiantes, Cata destaca la posibilidad de contactarse con les docentes fuera de la cursada (fundamentalmente de manera virtual), la importancia de la manera en que les docentes realizan la “devolución” a las producciones de les estudiantes y el uso de analogías en las explicaciones.

  • ¿Cuáles de las prácticas, herramientas, estrategias de tus docentes actuales o pasados, resultan o resultaron más exitosas como instrumentos facilitadores de tus aprendizajes?
  • Una de mis cosas favoritas es poder contactarme con el docente fuera del horario de cursada (tan simple como tener el mail). Aunque termine no preguntando nada me tranquiliza saber que ante la duda, puedo ir consultando sin tener que esperar hasta la próxima clase, siento que agiliza las cosas. Otra cosa importante es que le dedique tiempo a las correcciones y su devolución (de tps, parcialitos, parciales o lo que sea), me parece importantísimo saber si algo está “mal o bien” y por qué (está mal el concepto, me expresé mal, por qué es así y no de otra forma etc.). A la hora de explicar los temas, me gusta cuando usan analogías con cosas que ya conozco porque me ayuda a entender los conceptos nuevos, también me gustan las reglas mnemotécnicas (cuando algo no se puede razonar por lo menos tener alguna herramienta para acordarme de lo importante). Como ejemplo de una herramienta no tan convencional puedo comentar la vez que un profesor de Química Biológica (ya sospecharán de quién hablo) nos hizo un Drive con las preguntas del cuestionario de la materia. En el Drive los grupos íbamos contestando las preguntas y él nos iba comentando que le parecía lo que habíamos puesto. A mí me sirvió muchísimo (y por lo que hablé con el resto del grupo a ellos también), a tal punto que me acuerdo que cuando tuve que rendir el parcial, fue la primera vez en mi vida que no estuve nerviosa antes de rendir.

  • Si tuvieras que recomendarle a les docentes un libro, una canción o una película que considerás “relevante” para mejorar la práctica docente, ¿qué libro, canción o película nos recomendarías y por qué?
  • Definitivamente recomendaría “El Aprendizaje Pleno” de David Perkins. Creo que es sumamente interesante, no sólo para docentes, sino también para los alumnos. Yo me sentí identificada con un montón de cosas, desde mi experiencia como alumna como también en mi experiencia como ayudante de cátedra.

Cerrando la entrevista, Cata vuelve sobre la importancia de algunas características de les docentes, como la capacidad de escucha, la atención a les estudiantes (y a sus particularidades), el vínculo que construye con elles y su disposición para la constante formación (disciplinar) y (trans)formación docente y reflexiona sobre cuáles son y cuáles deberían ser “los objetivos de la Educación”.

  • ¿Qué características creés que debería tener une docente para ser mejor como facilitadore de los aprendizajes?
  • Primero que nada tiene que saber escuchar, un docente que sólo hable durante cuatro horas seguidas es lo mismo que leer un libro sobre el tema. Un buen docente rompe con “el miedo a preguntar”, pero no sólo respecto a las preguntas de su área si no sobre cualquier cosa, quizás que se le pueda pedir algún consejo sobre la carrera o qué opina sobre determinados temas. La relación entre un alumno y un docente no tiene porqué terminar en la materia que comparten, entender de dónde viene cada uno es fundamental para entender la dinámica del curso. Poder preguntar es clave para comprender mejor los temas y quizás incluso, despertar interés sobre determinadas áreas, tanto para el docente como para el alumno. Supongamos que un alumno pregunta algo y el docente responde “no sé pero te averiguo” y luego en la próxima clase le responde. Ahí el alumno no solo obtiene una respuesta sino que también se siente escuchado, y el docente no solo ganó un poco más de confianza con el alumno sino que aprendió sobre un tema que desconocía. Tiene que ser una persona empática, dispuesta a comprender que no todos sus alumnos están en las misma condiciones, ni tienen las mismas oportunidades. Frustrarse con un alumno porque “no cumple” no le sirve ni al alumno ni al docente. Entender porqué “no cumple” y ayudarlo o intentar buscar una solución es la manera de facilitar el aprendizaje. A nivel profesional tiene que saber que la formación es constante, nunca va a terminar de aprender a ser docente. Los contextos cambian, la tecnología cambia, los contenidos y los alumnos cambian, y para poder seguir el ritmo es necesario que esté dispuesto a revisar constantemente su trabajo (cómo lo hace, por qué, para qué, etc.). Del mismo modo que dar un contenido viejo que ya no es relevante no sirve para nada, enseñar de un “modo viejo” tampoco sirve. Por último diría que para mí no es tan importante que el docente sea un experto en su área sino que esté dispuesto a actualizarse todo el tiempo (en lo que enseña y cómo lo enseña).

  • ¿Cuáles son y cuáles “deberían ser”, en tu opinión, los objetivos de la Educación?
  • Hoy en día creo que el principal objetivo es formar profesionales que sean rentables. Garantizar igualdad de condiciones lo más que se pueda. Si queremos un mundo más justo no podemos dejar de lado la educación. Si queremos más y mejores profesionales no podemos dejar de lado cómo se los educa. No sólo importa la calidad de la formación académica, también importa la formación social de estos profesionales ¿De qué sirve un médico que no se preocupa ni se ocupa de sus pacientes? ¿De qué sirve un docente que no se preocupa ni se ocupa de sus alumnos? Por otro lado, la educación no puede tener como objetivo memorizar datos que perfectamente se pueden googlear… La educación tiene que tener como objetivo brindar las herramientas necesarias para aprender, para cuestionar, para indagar, para mejorar ¿De qué me sirve saber la fecha exacta en la que comenzó la Segunda Guerra Mundial si no sé qué factores fueron claves para que sucediera? ¿De qué me sirve saber cuántos mg de una droga tengo que aplicar si no sé para qué sirve esa droga o sus efectos secundarios? Aprender datos sin contexto los hace completamente inútiles. No sólo es necesario transmitir información sobre un tema, poder entender cómo se obtuvo esa información, para qué sirve y cómo se puede aplicar es igual de importante. También me parece fundamental fomentar la curiosidad, el cuestionamiento ¿Por qué esto es así? Creo que no hay peores respuestas posibles que “porque siempre fue así” o “porque es así y punto”. Un profesional que no esté dispuesto a revisar constantemente sus métodos, no es un buen profesional. Lo mismo se puede aplicar a la educación (o a cualquier área): porque siempre se haya explicado de la misma manera no garantiza que sea la mejor forma de hacerlo, e incluso si se encontrara la “mejor” forma de explicar, nada garantiza que sea así para siempre. Si queremos formar profesionales dispuestos a cuestionarse a sí mismos, hay que empezar por cuestionar su formación.

* Catalina Eslava (sí, como la nacionalidad) es estudiante de veterinaria, ayudante de segunda y concurrente de investigación en la cátedra de Física Biológica. También es técnica agropecuaria y agroalimentaria (larguísimo el título) y espera algún día ser veterinaria y docente de la UBA. Poden seguirla en Twitter como @CatyEslava y si tienen muchas ganas, en Instagram como @eslavacatalina (muy original el nombre). Recomienda que la sigan en Twitter porque cree que es más divertido.


NdR: Esta entrevista fue realizada (y editada) antes de la pandemia de covid-19, su publicación fue postergada por la situación sanitaria y, por eso, no hace referencias a la misma. Tal vez hoy sería respondida de otra forma y diría otras cosas.

martes, 13 de octubre de 2020

Un viaje sensual y sensorial que, con perspectiva de género y con la ley de Educación Sexual Integral como proyecto pedagógico y político, recorre la lucha histórica de los feminismos hacia una sociedad más igualitaria, más abierta y más inclusiva, en un acto de unión de ideas que se instala en un cuerpo y retumba en les demás. “Los 5 libros para tu (trans)formación” de Mariela Franzosi.



En este 2020, el Blog #AsíFuimosAprendiendo mantiene esta “sección” en la que referentes del campo educativo, docentes y estudiantes nos invitan a leer 5 ó 6 libros que les (trans)formaron, les conmovieron, les ayudaron a repensar sus prácticas o que, por algún motivo, creen que estaría bueno que otres docentes (y otres estudiantes) preocupades por “la Educación” y los aprendizajes, los leamos.
En esta entrada es un placer publicar “los 6 libros para tu (trans)formación” de Mariela Franzosi *.


“Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria”, de Silvia Federici (2004, 2010 en español).
Este libro de la filósofa italiana Silvia Federici fue uno de los primeros que leí de una escritora y académica feminista, por lo que lo considero uno de los pilares en mi propia formación dentro de la perspectiva de género. Ella analiza los orígenes de la acumulación originaria, esa parte de la historia del medioevo de transición entre el sistema feudalista y el capitalista, donde un tipo de vida fue “aniquilado” para instalar uno nuevo. En este proceso, las mujeres fueron uno de los principales objetivos. Acusadas de “brujas” y de “herejes” fueron quemadas en forma masiva con la meta de expropiar sus saberes, sus tierras, sus cuerpos, su capacidad de reproducción. Para quienes están interesades en la historia y sus procesos, aporta una muy necesaria mirada sobre los orígenes de la organización socio económica actual y ayuda a comprender por qué los Estados modernos necesitan tener el control sobre los cuerpos de las mujeres y por qué hay tanta resistencia a la legalización del aborto.

“¡Que sea ley! La lucha de los feminismos por el aborto legal”, de María Florencia Alcaraz (2019).
La joven periodista feminista María Florencia Alcaraz relata con una escritura exquisita el desarrollo del debate que se dio en las Cámaras de Diputados y Diputadas, y Senadores y Senadoras de la Argentina en torno a la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) durante los meses de mayo, junio y agosto de 2018. Pero no solo eso. También narra la lucha histórica que en nuestro país existe en torno a esta temática, los antecedentes (historias de mujeres, niñas, adolescentes, travestis y trans que abortaron y murieron, o abortaron y las encarcelaron, o fueron forzadas a ser madres, o abortaron y cuentan los motivos que las llevaron a hacerlo), los fallos judiciales y protocolos que no se cumplen, las desigualdades entre provincias, las redes de apoyo que existen para lograr que las muertes por abortar en la clandestinidad sean cada vez menos. Reconstruye en este libro la historia de la lucha de los feminismos por conseguir el derecho al aborto para todas las personas gestantes y la importancia que la Educación Sexual Integral (ESI) tiene tanto para evitar embarazos no deseados como para conocer nuestros derechos y lograr nuestra autonomía. 
 
“Las aventuras de la China Iron”, de Gabriela Cabezón Cámara (2017).
Esta novela de Gabriela Cabezón Cámara es de principio a fin un viaje sensual y sensorial que te transporta a un desierto pampeano argentino del siglo XIX que nunca imaginé que podía existir. No solo es un placer y un hallazgo el hecho de poner voz y decisión a las mujeres (“las chinas”) de la época, siempre retratadas como meras “cebadoras de mate” de gauchos y militares, sino que es una maravilla como logra pintar un desierto lleno de vida, de sensaciones y de aventura. Y a pesar de que es una novela, es una forma muy interesante de mirar la historia argentina con perspectiva de género, a través de los ojos de esos personajes “secundarios” que la historia oficial no suele destacar. 

“Educación Sexual Integral con perspectiva de género. La lupa de la ESI en el aula”, de Graciela Morgade –coordinadora- (2016).
Me resultaron muy interesantes todos los libros de esta colección editada por Homo Sapiens, formada por este título junto a Educación para la salud y género. Escenas del curriculum en acción, de Paula Fainsod y Marta Busca; “Generizando” la lengua y la literatura desde la cotidianeidad del aula, de Jesica Baez, Andrés Malizia y Mónica Melo; Más allá del sistema reproductor. Aportes para la enseñanza de la biología desde la perspectiva de género, de Catalina González del Cerro y Marta Busca, y Formación ética y ciudadana con justicia de género e igualdad social, de Susana Zattara. El primer libro analiza desde una mirada más “general” el estado de situación de la educación sexual integral, los aportes que realiza la perspectiva de géneros y derechos que propone la Ley como proyecto pedagógico, los debates epistemológicos y metodológicos y la intervención educativa en ESI, los límites y posibilidades de la transversalidad, y propone algunos recursos para trabajar la ESI en el aula. Los otros títulos, desde cada disciplina en particular, también proponen desarrollos y reflexiones para aplicar la ESI desde la perspectiva de géneros y derechos que establece la Ley. 

“#NiUnaMenos desde los primeros años. Educación en géneros para infancias más libres”, de Cecilia Merchán y Nadia Fink –compiladoras- (2016).
Este libro es una excelente propuesta para abordar a partir de una lectura rigurosa pero sencilla diferentes aspectos relacionados con la perspectiva de géneros y los feminismos. Si bien por el título parece que está dirigido a un público joven, en realidad brinda a les adultes herramientas para poder transmitir este conocimiento a les jóvenes o simplemente para comprender procesos sin prejuicios ni patologizaciones. Tiene artículos de autoras y autores diversos muy interesantes sobre las infancias trans, sobre la construcción de la identidad de género, sobre los prejuicios y estereotipos, sobre los juegos y juguetes generizados, sobre la literatura y el cine destinado a las infancias y sobre la educación sexual. Se plantea buscar respuestas y encontrar propuestas para avanzar en la creación de una sociedad más igualitaria a partir de la intervención en los primeros años de vida, quitando prejuicios y estereotipos que rodean la idea de los vínculos familiares, los de género y los roles que se nos atribuyen desde el momento en que nacemos. Ciertamente la educación es fundamental para poder pensar en una sociedad futura más abierta e inclusiva. 

“Lecturas Feministas. Escritos desde el siglo V a.C. hasta el presente”, de Gabriela Borrelli Azara (2018).
Sumo este libro porque en un punto creo que tiene la esencia de esta sección y porque lo considero una joya en dos sentidos. En primer lugar, y siguiendo con la idea que plantea que “feminista no se nace, sino que se hace”, la autora con mucha generosidad realiza un catálogo con las escritoras y lecturas que la fueron convirtiendo a ella misma en feminista. “En nuestras lecturas personales resuenan todas las lecturas y ese es el producto colectivo de la literatura y el pensamiento. La lectura no es un acto privado y solitario, sino un acto de unión de ideas que se instala en un cuerpo y retumba en los demás”. Así lo define la autora en el Prólogo. En estos escritos ella encontró la resistencia y la esencia feminista a través de diferentes épocas y los comparte con les otres. Y en segundo lugar, porque a la par de la obra rescata las historias y los contextos en que vivieron estas mujeres artistas, que muchas veces fueron discriminadas y desvaloradas por el simple hecho de ser mujeres. Mujeres de diferentes épocas y lugares, con luchas personales y logros colectivos. Mujeres que fueron abriendo caminos para muchas otras que vinieron detrás. Mujeres necesarias que debemos conocer y que muchas veces no son fáciles de encontrar. 

* Mariela Franzosi es periodista especializada en temática de géneros, docente de Perspectiva de Género (Instituto Facultar) y tutora de formaciones virtuales relacionadas con la temática (UBA).


NdR: Esta entrada fue escrita (y editada) antes de la pandemia de covid-19, su publicación fue postergada por la situación sanitaria y, por eso, no hace referencias a la misma. Tal vez hoy sería escrita de otra forma y diría otras cosas.