En esta primera parte de
este nuevo año
escolar/académico en el que esperamos seguir
reflexionando, seguir discutiendo
y seguir (trans)formándonos como
docentes (cada vez) más facilitadores de aprendizajes (cada vez) más
significativos en nuestr@s estudiantes (cada vez) más autónomos; nos invitamos a releer, cada día, una
de las entradas publicadas los años anteriores,
como forma de volver a “ponernos” en tema. Para l@s que no las leyeron, éstas
podrán ser un (nuevo) disparador para la reflexión y el análisis y para los que
sí, es probable que las (re)pensemos desde otro lugar y nos inviten a,
(nuevamente) pero de otra manera, reflexionar sobre nuestras prácticas y los
aprendizajes.
La siguiente entrada fue publicada el Martes 29 de Noviembre de 2016:
* Agustina Frias (@roja_artificial) es estudiante de la Escuela Técnico Profesional en Producción Agropecuaria y Agroalimentaria de la UBA. Se considera una persona insaciablemente curiosa. Disfruta de aprender y conocer cosas nuevas y de vivir experiencias y enriquecerse como individuo. No sabe qué le deparará el mañana. Cree que el mundo está lleno de posibilidades, y simplemente le gusta explorar. El día de mañana le gustaría ser más libre de lo que es hoy.
En sus primeras reflexiones, Agus relativiza la “mera transmisión de conocimientos académicos” y pone el foco en la empatía, en el placer por participar del crecimiento personal de l@s estudiantes y en el recordar(se) en su rol (más o menos lejano)“del otro lado del pupitre”.
- Agus, ¿Qué es para vos “ser docente”?
- Es un concepto muy amplio: en mi opinión, no es sólo aquel que se enfoca en transmitirle los conocimientos académicos a los alumnos, y ya. Si su única meta es esa, para mí, ha fracasado. Es alguien que disfruta presenciando y participando en el crecimiento de sus alumnos, como personas, principalmente. Un ejemplo claro se ve en aquellos docentes que empatizan con sus estudiantes: los escuchan, observan, reaccionan si los ven tristes, angustiados. El mejor docente es aquel que recuerda que ha sido alumno, que también ha estado del otro lado del pupitre, que ha sentido, sufrido, reído y también estudiado. El que entiende el valor de los recuerdos que nos llevaremos del aula.
- Si tuvieras que recomendarle a l@s docentes un libro, una canción o una película que considerás “relevante” para mejorar la práctica docente, ¿qué nos recomendarías y por qué?
- El documental “la educación prohibida” me pareció muy interesante. También las películas “detrás de la pizarra” y “al frente de la clase” las cuales son realmente muy emotivas.
A la hora de pensar en las características que debería tener un buen docente para ser mejor facilitador de los aprendizajes de sus estudiantes, Agus reflexiona sobre la importancia de transmitir confianza (y no temor), de comprender al Otro, de habilitar (el espacio para) la pregunta y de valorar el esfuerzo, más allá de una nota.
- ¿Qué características creés que debería tener un docente para ser mejor como facilitador de los aprendizajes de l@s estudiantes?
- Un docente que transmite confianza y no temor, el que tiene empatía, es aquel que mejor enseña. Es la figura de autoridad, sí, pero no de miedo. Debe ser alguien formado, claramente. Que sepa de lo que habla, sí. Que sea comprensible, también. Pero que sea alguien a quien no se tema preguntar, confesar alguna inquietud, alguien que no te lleve a la desesperación. He visto y he vivido en carne propia la desesperanza de saber que reprobarías todo el año por 0,50, de saber que no habría forma de obtener algo más para aprobar, de llorar con sólo verlo entrar al salón, de sentir rencor y desdén al pasar de año. ¿Eso es lo que quiere transmitirles un docente a sus alumnos? ¿El miedo al error? ¿Cuál es el sentido de condenar a un alumno cuando trata aunque le cueste? Claro que desde nuestro lugar, el compromiso con la materia es fundamental para aprobar. No voy a negarlo. Pero si un alumno se esfuerza y no se le da la oportunidad, o se le reprocha el “no llegar” todo es inútil. No se valorará lo aprendido. Se recordará que fallaste.
- ¿Podrías relatar un episodio significativo de tu experiencia como estudiante en relación a algún docente o a alguna práctica docente?
- Lo que más puedo valorar, entre todas las experiencias vividas a lo largo de mis años de secundaria, es el haber podido contar con varios de mis docentes durante una etapa difícil de mi vida personal. Muchas veces me avergonzaba en el aula de mi situación, y muchas veces simplemente el docente daba su clase y ya. Pero hubo algunos que se acercaron a preguntar, a escuchar. Me sentí contenida muchas veces. Si bien no lo apreciaba en ese entonces, hoy en día lo valoro, y por sobre todo, valoro la segunda oportunidad. El no ser vista como “la chica con problemas”, sino como una faceta de la vida que se supera. Y lo siento de verdad. Eso es algo muy importante para mí, porque se fijaron en la persona, sin importar si su materia estaba aprobada con 10, con 6 o aplazada con 3. Era una persona con sentimientos, a la cual escucharon y contuvieron. Hoy en día, ellos son los que más aprecio, de otra manera. Eso es algo que voy a recordar siempre, y no sé cómo agradecer.
Cerrando la entrevista, Agus nos propone pensar la Educación como un ámbito (trans)formador de las personas y destaca la relevancia y la necesidad de una Educación Pública de calidad y para tod@s.
- ¿Cuáles son y cuáles “deberían ser”, en tu opinión, los objetivos de la Educación?
- Instruir personas, desde un aspecto más “básico” o “formal”. Analizándolo más profundamente, diría que es el formar buenas personas; fuertes, para proponer, debatir, luchar por lo que deseen. Decididas, para descubrir por sí mismas quiénes son, qué desean en la vida. Por sobre todo, buenas. Educar es formar buenas personas. Con valores que les permitan vivir en sociedad, con ojos escépticos que les permitan ver lo que esté mal y cambiarlo, no mirar para otro lado. Un pueblo educado es un pueblo fuerte. Uno de los peores males es la falta de educación. Personas manipulables, fácilmente engañadas. Quien conoce sus posibilidades puede elegir. Otorga el beneficio de la duda. Crea ambición. Ayuda a crear un “yo” una personalidad, una voz, una opinión, un voto. Es algo más allá de aulas, exámenes y promedios. Es saber dónde y cómo se vive. Es el poder para cambiarlo. La educación pública es, en mi opinión, una de las mejores cosas que puede tener un país, porque ve a todos igual. No importa la condición económica o el origen. No es limitante para crecer, conocer y mejorar. Creo que la educación es el mejor regalo que puede hacer un estado a su pueblo.
* Agustina Frias (@roja_artificial) es estudiante de la Escuela Técnico Profesional en Producción Agropecuaria y Agroalimentaria de la UBA. Se considera una persona insaciablemente curiosa. Disfruta de aprender y conocer cosas nuevas y de vivir experiencias y enriquecerse como individuo. No sabe qué le deparará el mañana. Cree que el mundo está lleno de posibilidades, y simplemente le gusta explorar. El día de mañana le gustaría ser más libre de lo que es hoy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario