Bienvenid@s de vuelta al
Blog!
Mientras iniciamos un nuevo año
escolar/académico en el que esperamos seguir
reflexionando, seguir discutiendo
y seguir (trans)formándonos como
docentes (cada vez) más facilitadores de aprendizajes (cada vez) más
significativos en nuestr@s estudiantes (cada vez) más autónomos; nos invitamos a releer, cada día, una
de las entradas publicadas los años anteriores,
como forma de volver a “ponernos” en tema. Para l@s que no las leyeron, éstas
podrán ser un (nuevo) disparador para la reflexión y el análisis y para los que
sí, es probable que las (re)pensemos desde otro lugar y nos inviten a,
(nuevamente) pero de otra manera, reflexionar sobre nuestras prácticas y los
aprendizajes.
La siguiente entrada fue publicada el Martes 29 de Mayo de 2012:
Somos
investigadores-docentes, queremos investigar la docencia!
La mayoría de l@s docentes de la Universidad de
Buenos Aires, como la mayoría de l@s docentes de las demás Universidades
Nacionales, cumplimos el doble rol de docente
e investigador. Sí, ya sé que (de
acuerdo al Estatuto Universitario y al modelo de Universidad que soñamos)
deberíamos cumplir el triple rol de docente-investigador-extensionista
pero a los fines de estas líneas, eso ya es mucho pedir. Se podrán imaginar,
viendo lo poco valoradas que están nuestras actividades docentes en relación a
las actividades de investigación, lo aún menos valoradas que están nuestras
actividades de extensión. Pero eso lo dejo para una futura entrada ya que creo
que amerita un análisis más detallado.
Pero volvamos a lo que me gustaría plantear hoy:
la mayoría de nosotr@s tenemos actividades docentes y actividades de
investigación. Quedan excluid@s de este análisis, por razones obvias, aquell@s
en los que éstas coinciden por tratarse de (l@s poc@s) docentes universitari@s
cuyas líneas de investigación son propias del campo educativo. En nuestras actividades de investigación
(sobre las temáticas más diversas) integramos equipos en los que diseñamos
investigaciones, planteamos objetivos (de mejora de algo o de construcción de
conocimiento), leemos bibliografía, nos mantenemos actualizados, nos
contactamos con otros grupos de investigadores, nos hacemos preguntas, dudamos,
pedimos ayuda, cuestionamos, planteamos hipótesis, diseñamos instrumentos para
validar o refutar esas hipótesis, realizamos experiencias, reflexionamos sobre
el curso de las experiencias, nos equivocamos, cambiamos las estrategias,
discutimos resultados, presentamos esos resultados en Seminarios Internos,
Congresos o Jornadas, publicamos los resultados; en fin pensamos como investigadores e investigamos.
Ahora bien, en determinados momentos de la semana,
cambiamos el chip, somos “solo” docentes
y pensamos “solo” como docentes.
¿Qué quiero decir con esto? Que nos corremos completamente del lugar de
investigadores y nos ubicamos en un perverso lugar de reproductores de
prácticas instituidas (“Esto siempre se hizo así”), sin cuestionarlas, sin
dudar de ellas, sin plantearnos objetivos (alguien ya se los habla planteado
antes, no?), sin leer más bibliografía que la específica del tema de la
materia, sin mantenernos “pedagógicamente” actualizados (por ejemplo, en
términos de teorías del aprendizaje), sin contactarnos con otr@s docentes que
tengan problemáticas (y/o soluciones) similares o diferentes a las nuestras,
sin plantear hipótesis sobre lo que ocurre dentro del aula o fuera de ella, sin
diseñar instrumentos para validar o refutar esas hipótesis, sin reflexionar
sobre nuestra actividad docente, sin pedir ayuda, sin cambiar las estrategias
cuando éstas no cumplen (de la mejor manera posible) con los objetivos
planteados, sin discutir dentro del equipo sobre nuestros resultados, sin
publicar nuestros resultados o presentarlos en Seminarios Internos, Congresos o
Jornadas. En fin, sin investigar ni reflexionar sobre nuestra propia práctica
docente o en el mejor de los casos, haciendo alguna de estas cosas de una
manera tan intuitiva y tan carente del siempre sobrevalorado rigor científico,
que horrorizaría a cualquier “reviewer”.
Pero si somos investigadores es porque estamos
familiarizados con la idea de investigar,
de dudar, de reflexionar y si somos docentes es porque estamos (o deberíamos
estar) preocupados por buscar las
mejores maneras de facilitar los aprendizajes de nuestr@s estudiantes.
Entonces no me parece tan loco ni complicado que dejemos de disociar
esquizofrénicamente nuestras prácticas y seamos,
de verdad, docentes-investigadores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario