Como les contamos en la entrada anterior, el día
Viernes 24 de Junio de este año, Carlos
Skliar se presentó en la Facultad de
Ciencias Veterinarias de la Universidad
de Buenos Aires (UBA) en el marco del ciclo de charlas “Inclusión, Educación y Futuro”, que organizamos con el equipo
de apoyo escolar y acompañamiento educativo de la UBA, en un evento que convocó a docentes de todos los niveles
educativos (inicial, primario, secundario y universitario), directivos de
escuelas, especialistas en educación especial, estudiantes de escuela media y
Universidad y, por supuesto, una gran cantidad de voluntari@s de nuestro equipo.
Para esta ocasión, el Dr. Carlos Skliar preparó una presentación denominada “La Educación y la Fragilidad entre los que
enseñan y los que aprenden”, que una de las asistentes definió en Twitter (donde utilizamos el hashtag #SkliarEnVete) con la hermosa metáfora
de “un Skliar en estado puro”. En
esta charla Skliar nos invitó a
pensar el concepto de “fragilidad”,
desde muchos sentidos, tomándolo parcialmente de una conceptualización de Gilles Deleuze pero reconstruyéndolo,
transformándolo y usándolo para (una vez más) repensar la Educación, repensar el rol
docente, repensar el vínculo que se
construye entre l@s que enseñamos y l@s que aprendemos y repensar las maneras en que construimos la otredad
y así, el lugar que “le damos a” (o que “dejamos que tomen”) los Otros.
Ya en el inicio de la charla, Skliar aclaró que realizaría “un planteo lateral que no busca ocupar el centro de
gravedad de la Educación” y nos invitó a repensar (y separar) los
términos “Mundo” y “Vida” ya que, según él, muchas veces
confundimos esos términos y los consideramos una “unidad transparente” que no
es tal. En ese sentido, sembró algunas dudas sobre “las Educaciones” que no
contemplen esta cuestión y se preguntó por “Una Educación
que sólo intenta explicar el ‘Mundo’ abandonando la ‘Vida’ y una Educación que
intenta defender la ‘Vida’ pero que deja de pretender explicar el ‘Mundo’”.
Rápidamente (y advirtiendo que no se andaría con
vueltas ni “guardaría” el secreto “para el final”), nos advirtió que pretendía
hacer resonar una palabra: fragilidad.
Un poco de eso se trató su “invitación”: de repensarnos y repensar la tarea docente desde la fragilidad. A la
hora de situar o contextualizar esa propuesta, en un sentido “temporal”,
mencionó “una infancia
frágil y un mundo adulto que envejece y que se va fragilizando”.
En el medio, entre esas dos “fragilidades”, “un carácter adulto en el que sostenemos
nuestras polémicas”, al que caracterizó como “el tiempo más absurdo”.
A la luz de
esta idea de “fragilidad”, se
resignifica la idea de “Vida”, en
tanto, la transforma en “una Vida de existencia, no de acción, una Vida ‘puesta a
prueba’, que tiene que ver con nuestras incapacidades y nuestra impotencia”.
Esta fragilidad que “está” en l@s
que aprenden pero (y, fundamentalmente) en l@s que enseñan, ya que “para aprender, estamos tod@s en una condición de
fragilidad” y entones, “pensar
al sujeto frágil nos reposiciona como docentes”.
Se trata de buscar “una fragilidad común”.
Profundizando
la idea y aclarando que no hay que confundir “fragilidad” con “vulnerabilidad
social”, Skliar leyó dos historias (de las más 270 que ya tiene) que serán parte de un libro con “historias sobre la
fragilidad”, que conmovieron, interpelaron y emocionaron enormemente al
auditorio. Finalmente, la idea de la “fragilidad”
se corporizó en el vínculo entre l@s que
enseñan y l@s que aprenden, invitándonos a realizar algo así como una “autobiografía
pedagógica de nuestra formación, con elementos de ternura y de humillación”
que desemboque necesariamente en un cambio de posicionamiento respecto a la
manera en que construimos la relación educativa, que probablemente implique “abuelizar y
ennietizar la Educación”. Como el mismo Carlos Skiar lo explicitó durante su presentación “no se trata de
algo sobre el Mundo moral sino sobre la Vida ética.”
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