viernes, 29 de abril de 2016

No a la normalidad!!!


En esta primera parte de este nuevo año escolar/académico en el que esperamos seguir reflexionando, seguir discutiendo y seguir (trans)formándonos como docentes (cada vez) más facilitadores de aprendizajes (cada vez) más significativos en nuestr@s estudiantes (cada vez) más autónomos; nos invitamos a releer, cada día, una de las entradas publicadas los años anteriores, como forma de volver a “ponernos” en tema. Para l@s que no las leyeron, éstas podrán ser un (nuevo) disparador para la reflexión y el análisis y para los que sí, es probable que las (re)pensemos desde otro lugar y nos inviten a, (nuevamente) pero de otra manera, reflexionar sobre nuestras prácticas y los aprendizajes.

La siguiente entrada fue publicada el Martes 3 de Diciembre de 2013:

Este texto es un grito.

Es un grito desesperado, un grito desde el dolor, desde la angustia, desde la bronca.

Pero para empezarlo de una manera más superficial (ya habrá tiempo -y espacio- para intentar dotarlo de profundidad y de sentido)arranquemos con un viejo y conocido chiste:

Un médico español recibe a un paciente de unos 75 años que le trae los resultados de sus últimos estudios. El médico le dice que los resultados están más que bien y empieza con las preguntas de rigor, que el paciente va contestando una a una.

- ¿Duerme bien? ¿Cuántas horas?
- Lo normal.
- Bueno, pero ¿qué es “lo normal”?
- Y, unas 6, 7, 8 horas diarias.
- Está muy bien. Y ¿hace ejercicios?
- Lo normal.
- Bueno, pero ¿qué es “lo normal”?
- Y, salgo a caminar una hora unas 2 o 3 veces por semana.
- Está muy bien. Y ¿se le cansa la vista? ¿cuánto lee?
- Lo normal.
- Bueno, pero ¿qué es “lo normal”?
- Y, media hora todas las noches y casi un libro por fin de semana sin ningún problema en la visión.
- Está muy bien. Y ¿mantiene relaciones sexuales?
- Lo normal.
- Bueno, pero ¿qué es “lo normal”?
- Y, unas 2 o 3 veces por año.
- Bueno, la verdad es que por su edad no está tan mal pero para un hombre como usted, con estos resultados en sus estudios, con su vitalidad y con todo lo que me dijo, 2 o 3 veces por año no parece ser “lo normal”. “Lo normal” sería hacerlo bastante más que eso.
- Sí para usted que es médico en Madrid pero no para mí que soy Obispo en Cataluña.

Como dijimos al principio, este texto viene a gritar: “No, a la normalidad!!!

Viene a relativizar la idea de normalidad, que sería deseable extirpar de nuestro vocabulario.

Como dice Zygmunt Bauman:

“Normalidad”es un sustantivo ideológicamente procesado para designar a la mayoría. El“procesado ideológico” se refiere a una superposición del “debería ser” sobre el “es”. Cuando se superpone una diferencia de calidad sobre una diferencia de cantidad, y esto se aplica a las relaciones humanas, las diferencias del número se reciclan y convierten en un fenómeno (que, a la vez, se presume y se practica) de “desigualdad social”.

Este texto viene a proponer(nos) pensar una Educación que, definitivamente, rompa con esa idea de normalidad.

Ocurre que en Educación nos hemos metido, tal vez sin querer (y tal vez con las mejores intenciones originales) en un problema “de lenguaje”. Y sí, probablemente todos los problemas sean, en el fondo, un problema “de lenguaje”pero en este caso, parece ser más que evidente. Resulta ser que “somos tod@s iguales” (aunque como dice Inés Dussel -parafraseando a Orson Wells- “algún@s seamos más iguales que otr@s”), pero al mismo tiempo, repetimos hasta el cansancio que “somos tod@s diferentes” o “diversos”. Sin embrago, cuando “conviene”, celebramos esa diversidad, esa diferencia y cuando “conviene”, invocamos “la igualdad” (idea que, tal vez, retomemos más adelante en otro texto).

Ahora bien (o mal), aún con las “resoluciones” que no compartimos pero que “la Educación” cree darle a este problema “de lenguaje”, algo no parece querer moverse o cambiarse: la idea de normalidad y, por oposición, la falta (curiosamente es la misma palabra que usamos como sinónimo de “infracción” o “error”) de normalidad.

Una de las cuestiones en que coinciden vari@s de l@s que más han estudiado el tema es la centralidad que ha tenido en sus trayectorias y en sus (trans)formaciones, el momento en que alguien le preguntó (angustiosamente, casi como un suplicio) a algún “experto en normalidad” (como l@s médic@s, l@s psicólog@s o los sacerdotes, por citar algunos ejemplos) si algo o alguien “era normal”.

Es casi imposible, en el espacio que brinda una entrada de Blog, profundizar sobre las implicancias que esto tiene para l@s considerad@s (a)normales. Dejamos esa tarea para cada un@ de l@s lectores y avanzamos en la idea que pretendemos utilizar como disparador para la reflexión sobre nuestras prácticas.

Es probable que a esta altura much@s de l@s lectores estén pensando en los mal llamados “casos extremos”, cuyas historias nos conmueven (y nos interpelan) y sobre l@s que much@s creen (equivocadamente), que habría un límite (siempre caprichoso) más claro pero nos proponemos quedarnos “más acá”, sí, más cerca, para hacerlo más difícil, más desafiante.

Aún en l@s que supuestamente somos “más iguales”, como dice el título de ese gran programa de canal EncuentroIguales pero diferentes”,(re)aparece la idea de normalidad y con ella, otra vez, su contracara: la falta de normalidad.

Lamentamos desilusionar a aquell@s docentes a quienes esta idea les proporcionaba algún tipo de seguridad a la hora de tomar (ciertas) decisiones, que la normalidad no existe, más que como una (mal)intencionada construcción político ideológica de dominación,y que es hora de que eliminemos este concepto de nuestros principios pedagógicos, de nuestros objetivos, de los fundamentos de nuestras prácticas docentes y, fundamentalmente, de los fundamentos y los criterios de nuestras evaluaciones.

Este texto es un grito que nos invita a (re)pensarnos como docentes (y estudiantes) rompiendo con la idea de normalidad, de normalidad "como norma", como igualdad (en términos de resultado y no de principios), como regla, como homogeneidad.

Este texto es un grito que espera ser escuchado: “No a la normalidad!!!

jueves, 28 de abril de 2016

¿Se puede investigar en las aulas? Por Lionel Alfie *


En esta primera parte de este nuevo año escolar/académico en el que esperamos seguir reflexionando, seguir discutiendo y seguir (trans)formándonos como docentes (cada vez) más facilitadores de aprendizajes (cada vez) más significativos en nuestr@s estudiantes (cada vez) más autónomos; nos invitamos a releer, cada día, una de las entradas publicadas los años anteriores, como forma de volver a “ponernos” en tema. Para l@s que no las leyeron, éstas podrán ser un (nuevo) disparador para la reflexión y el análisis y para los que sí, es probable que las (re)pensemos desde otro lugar y nos inviten a, (nuevamente) pero de otra manera, reflexionar sobre nuestras prácticas y los aprendizajes.

La siguiente entrada fue publicada el Martes 26 de Noviembre de 2013:


¿Qué es investigar en las aulas? Existen diversos enfoques de investigación didáctica: las investigaciones naturalistas, las intervencionistas y las experimentales, ente otras.

En todos los casos, el rol de los docentes en los grupos de investigación es clave, ya que son ellos (y las instituciones) los que abren las puertas de sus aulas, posibilitando hacer visible lo mucho que se hace y lo que a veces suele quedar“oculto”.

Investigar nunca es una tarea fácil pero podemos pensar algunas condiciones que lo hacen posible: tiempo, financiamiento, ayudas institucionales. Sin embargo, muchos docentes investigan y reflexionan sobre sus prácticas a pesar de carecer de ellos. Por lo tanto, la vocación pasa a ser un elemento central: ganas de cambiar las cosas, de transformar la enseñanza desde adentro. La investigación y publicación de resultados y experiencias debe servir para que no queden ocultos estos esfuerzos, y que sirvan para transformar la enseñanza mas allá de las cuatro paredes del aula. En ese sentido las TIC y este blog son un ejemplo de ello, ofrecen la oportunidad de divulgar y compartir experiencias. Fundamentalmente, y lo más importante a nuestro criterio, es que permiten generar intercambios con los alumnos, permitiendo extender los límites del aula y que los alumnos se constituyan en productores más que en reproductores de información.

Por último, quisiéramos destacar la importancia del trabajo conjunto entre docentes e investigadores: la mirada “académica” no debe alejarse de lo que pasa en las aulas. Resulta necesario ampliar los trabajos que permiten acortar la brecha entre la teoría y la práctica, de esta manera las investigaciones podrán contribuir al objetivo que todos compartimos, transformar la enseñanza para favorecer más y mejores aprendizajes cada vez más significativos.

Ahora bien, esto nos conduce a otras preguntas: ¿Qué es transformar la enseñanza? ¿Cómo favorecer aprendizajes significativos? ¿Vale la innovación en si misma?

En nuestra opinión resulta necesario recoger experiencias y resultados de investigaciones previas. Lo “nuevo” no representa un aporte en sí mismo. Es valioso cuando se entrama con resultados previos y genera una continuidad en el campo de la investigación didáctica. Conocer lo que hacen e hicieron otros, permite retroalimentar nuestras propias prácticas. ¿Estamos dispuestos a abrir las puertas de nuestras aulas, a aprender de lo que hacen otros y a comunicar (o contar) lo que hacemos?

*Lionel Alfie (lionelalfie@gmail.com) es Licenciado en Biología (UBA), Diplomado en Comunicación Científica, Médica y Ambiental (Pompeu Fabra). Docente de Biología del CBC. Doctorando en Educación, Becario CONICET en el GICEOLEM (https://sites.google.com/site/giceolem2010/), dirigido por la Dra. Paula Carlino. Investiga en el campo de la lectura, la escritura y las Tecnologías de la Información y la Comunicación en la enseñanza de la Biología.

miércoles, 27 de abril de 2016

Un ámbito de confianza y (pre)ocupación. Entrevista a Mariana Kliewer *


En esta primera parte de este nuevo año escolar/académico en el que esperamos seguir reflexionando, seguir discutiendo y seguir (trans)formándonos como docentes (cada vez) más facilitadores de aprendizajes (cada vez) más significativos en nuestr@s estudiantes (cada vez) más autónomos; nos invitamos a releer, cada día, una de las entradas publicadas los años anteriores, como forma de volver a “ponernos” en tema. Para l@s que no las leyeron, éstas podrán ser un (nuevo) disparador para la reflexión y el análisis y para los que sí, es probable que las (re)pensemos desde otro lugar y nos inviten a, (nuevamente) pero de otra manera, reflexionar sobre nuestras prácticas y los aprendizajes.

La siguiente entrada fue publicada el Martes 12 de Noviembre de 2013:

En su primera reflexión, Mariana pone el énfasis en la capacitación docente pero reconoce la importancia de la construcción de un vínculo basado en la confianza, en el que l@s estudiantes se sientan cómod@s y segur@s como para participar, preguntar y discutir en clase. También resalta el valor de cuestiones como la preocupación, la motivación, el incentivo, la repregunta y la dedicación como factores claves a la hora de facilitar los aprendizajes.

  • Mariana, ¿Qué es para vos “ser docente”?
  • Docente es aquel que, además de explicarte conceptos y teoría, explica algo más de la profesión, no solo lo que se puede leer de un libro. Explica la importancia de lo que estás entendiendo para un futuro, para otras materias, o también para ser un buen profesional. La primera característica que debe tener un docente, más allá de estar capacitado para dar los temas a explicar, es transmitirle al alumno la confianza de poder preguntar. Creo que muchos alumnos, incluyéndome, cuando no consideramos que el docente está predispuesto a explicar, no preguntamos. Creo que un docente, que no puede responder las dudas, solo porque no sabe la existencia de éstas, no debe estar frente a ningún curso, sea universitario o escolar. Además en un aula, donde exista esta confianza y el docente muestre preocupación por sus alumnos, incentiva al alumno a estudiar y a dedicarle tiempo al aprendizaje de la materia. Una herramienta que considero adecuada en estos casos, es cuando el docente repregunta al alumnado sobre el tema visto. Creo que es una buena forma de que el docente se dé cuenta si quedo el tema claro o no, y en caso de que no, retomarlo.

A la hora de pensar en los objetivos que se plantea cuando comienza una cursada (y dando una pequeña clase de “Vigotskismo”sobre la relevancia de la construcción de puentes cognitivos entre aprendizajes previos y aprendizajes nuevos), Mariana deja en claro que no sólo espera poder entender los temas propuestos sino también espera poder establecer relaciones entre los temas nuevos y los previamente aprendidos y construir las bases para futuros aprendizajes.


  • ¿Cuáles son tus objetivos/propósitos/expectativas de logros cuando comenzás una cursada?
  • Espero entender lo que sea explicado en la materia, que los conceptos me queden claros y pueda relacionarlos con otros ya vistos en otras materias. Poder formar bases para futuras materias más complejas y así poder ir relacionando todo lo visto. En relación a los docentes, espero poder tener una buena relación alumna-docente; poder preguntar dudas y que sean importantes para él aclararlas. La enseñanza, sinceramente, espero que sea buena. Esa sencilla palabra abarca mucho. Espero que los temas sean bien explicados, con sencillez para el estudiante pero a la vez complejos para entender los temas completos.

  • Si tuvieras que recomendarle a l@s docentes un libro, una canción o una película que considerás “relevante” para mejorar la práctica docente, ¿qué libro, canción o película nos recomendarías y por qué?
  • “Mary Poppins” es una película que yo veía cuando era chiquita. En su momento me gustaba por las canciones porque era una película infantil básicamente. Pero a medida que fui creciendo entendí distintos puntos de la película. Creo que lo que más muestra son dos tipos de cómo vivir la vida. Se trataba de una familia, con un nivel económico muy bueno; el padre era banquero, y tenía con su esposa dos hijos, una niña y un varón. En un momento determinado contratan a una niñera, Mary Poppins. Ella lentamente le muestra a los chicos, como vivir una vida divertida, hablando, riendo y sobre todo no basándose en lo material. Hay una escena casi llegando al final, en donde el jefe del padre, el dueño del banco, lo intenta convencer al pequeño que en el mundo lo importante es la plata y las inversiones. Luego de una canción, él le saca al niño los dos peniques en frente de su padre. El niño quería usar esos dos peniques para comprar comida para dárselas a las palomas. El chico comienza a gritar que le den su plata, y los clientes del banco, luego de escucharlo, reclaman la suya, generando la quiebra de la institución. El padre se queda desempleado, y es ahí cuando entiende a lo que apuntaba Mary Poppins. Comienza a hablar con sus hijos, a pasar tiempo con ellos, enseñándoles sin tener que ser un padre estricto y distante. Creo que no siempre en el mundo las situaciones se rigen por lo monetario o netamente institucional. Muchas veces hablar, reír o divertirse es más importante en un ámbito, sea en el hogar, en el colegio o en la facultad, para mejorar muchos objetivos.

Cerrando la entrevista, Mariana retoma la importancia de poder aplicar y relacionar los conocimientos aprendidos y plantea la necesidad de que existan instancias de consulta (en distintas bandas horarias) donde l@s estudiantes puedan discutir sus dudas con el equipo docente y de (un reclamo recurrente en l@s estudiantes de Veterinaria) prácticas con animales desde los primeros años de la carrera, por el valor formativo que éstas tienen y por la motivación y el interés que generan en l@s estudiantes.


  • Si tuvieras que hacer una propuesta de cambio concreto que pudiera aumentar el compromiso, la motivación y la participación tuya y de tus compañer@s, ¿qué propondrías y por qué?
  • Propondría que aquellas materias que tienen un teórico introductorio extracurricular, esté en las tres bandas horarias, así todas las personas tienen la oportunidad de ir, sin dejar de faltar al trabajo o a otras materias. También considero que todas las materias y ayudas, como horarios de consulta, deben estar en las tres bandas horarias. Otro cambio concreto es que debería haber materias desde primer año con animales. Ya que, además de incentivar al alumno con la carrera, permitiría lentamente aprender a tratar al animal y aprender a manejarlo. Creo que mejoraría muchísimo la calidad de profesionales y además ayudaría a mostrarles a los alumnos en el ámbito en que pueden llegar elegir trabajar.

  • Para terminar, ¿Cuáles son y cuáles “deberían ser”, en tu opinión, los objetivos de la Educación?
  • Los objetivos de la educación deberían ser varios. Primero podría ser que el alumno pueda adquirir la capacidad de poder leer y entender en gran parte el contenido del texto. Segundo la capacidad de poder aplicar todo lo visto, gradualmente, e ir relacionando los temas.

*Mariana Kliewer es docente de apoyo escolar de Biología y Química, y alumnade la Facultad de Ciencias Veterinarias,Universidad de Buenos Aires. Estudió en el Colegio Alemán Ciudad Jardín y en el Colegio Juan XXIII de Ramos Mejía, orientación a ciencias naturales.

martes, 26 de abril de 2016

#CDU2013: Un Congreso en Docencia Universitaria y una Universidad que reflexiona sobre sus prácticas docentes (Segunda Parte).


En esta primera parte de este nuevo año escolar/académico en el que esperamos seguir reflexionando, seguir discutiendo y seguir (trans)formándonos como docentes (cada vez) más facilitadores de aprendizajes (cada vez) más significativos en nuestr@s estudiantes (cada vez) más autónomos; nos invitamos a releer, cada día, una de las entradas publicadas los años anteriores, como forma de volver a “ponernos” en tema. Para l@s que no las leyeron, éstas podrán ser un (nuevo) disparador para la reflexión y el análisis y para los que sí, es probable que las (re)pensemos desde otro lugar y nos inviten a, (nuevamente) pero de otra manera, reflexionar sobre nuestras prácticas y los aprendizajes.

La siguiente entrada fue publicada el Martes 5 de Noviembre de 2013:

Como les contamos la semana pasada, las tres ideas centrales, que en nuestra humilde opinión y según nuestra (necesariamente) sesgada lectura, fueron las más discutidas en el Congreso fueron la (falta de) formación docente (y las reconfiguraciones del rol del docente Universitario), la contextualización de la Universidad como actor social (y de la Educación, entonces, como hecho profundamente político) y la heterogeneidad de l@s nuev@s estudiantes (y de los nuevos contextos) como necesarios condicionantes y determinantes de nuestras prácticas docentes.

Respecto al primer punto, la (falta de) formación docente, fueron varias las presentaciones que abordaron este tema, varias las preguntas en esta dirección y muchas las referencias a esta cuestión a la hora de debatir temas muy diversos. En este sentido quedó clara la preocupación de l@s docentes universitari@s por su propia (trans)formación no sólo (en la Universidad o en Institutos de Formación Docente) previa a la práctica docente sino durante el ejercicio de la misma. En su presentación Juan Antonio Huertas dedicó un buen rato a desarrollar los programas de formación docente, los programas de innovación (con convocatorias y fondos específicos) y los sistemas para evaluar la calidad docente. En relación a esto, Liliana Sanjurjo planteó “la formación como trayectoria (biografía escolar, formación inicial, socialización profesional y desarrollo profesional)” y la necesidad de instancias de “reflexión sistematizada, constante y rutinaria”, como forma de la“capacitación” docente en la práctica. A lo largo de los dos días, aparecieron en reiteradas situaciones lo que Flavia Teriggi denominó en su presentación las “áreas de vacancia” reconocidas en la formación docente, que incluyen fuertes críticas a la formación didáctica. Obviamente que en este aspecto habría que diferenciar a l@s docentes de escuelas medias de l@s docentes de nivel superior pero, en ambos casos, surge la pregunta: lo que no se aprendió en la etapa de “formación docente”, ¿dónde se aprende? Flavia Teriggi planteó posibles respuestas como “en la práctica, de los colegas, de la propia experiencia, en la capacitación” y alertó del riesgo que tiene esto, en tanto existe la posibilidad de que enfatice el carácter reproductivo de la Educación. Apareció en varias discusiones una preocupación que ya planteamos en el Blog en otras oportunidades: cuando la “formación docente” (entendida ésta en su significado más formal, como las “Carreras Docentes”, Especialidades en Docencia, Educación Continuada y otros espacios formales de capacitación docente) es deficiente(como ocurre en no pocos casos), los dos factores que cobran mayor importancia en la toma de decisiones docentes sonla propia trayectoria escolar (o educativa) y la cultura institucionalde la comunidad educativa en la que el docente se inserta y no es difícil imaginar hacia donde se dirigen (o suelen dirigirse) estos dos factores.

En cuanto a las otras dos cuestiones mencionadas, el ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni abrió el Congreso recordándonos que “los alumnos nuevos que tenemos, no estaban en la Universidad”, que la Educación es “una tarea política y social”, que “un educador no es neutral”y que nuestra práctica (y nuestra reflexión) “tienen que tener un componente ético”. En este sentido, Marco Antonio Rodriguez Diaz fue más que claro en sus críticas a los sistemas de competencias del proceso de Bologna o a los ranking internacionales de Universidades y dejó en clara su posición al decir que “la calidad debe ir de la mano con la pertinencia y con las necesidades de la sociedad”, al recordar las palabras de Salvador Allende sobre “una Universidad al servicio de la sociedad”.En relación al cambio en las características de nuestr@s estudiantes (y la enorme cantidad de “primera generación de estudiantes universitari@s, sobre todo en las Universidades del conourbano y de las provincias”), Villagra de Burgos habló de cómo “la diversidad de las poblaciones que llenan las aulas choca contra una propuesta homogeneizadora”. Esto habla de una total falta de contextualización de las didácticas, como lo remarcó Elsa Meinardi, al invitarnos a cambiar la pregunta “¿Cómo se enseña Química?” por la pregunta “¿Cómo se enseña Química a Quien?” y nosotr@s iríamos un paso más allá, dejando de lado la enseñanza, y nos preguntaríamos “¿Cómo hacer para que estos “sujetos de derechos” (con sus contextos, sus inquietudes, sus intereses, sus motivaciones, sus características) aprendan Química?”. Al respecto, Livia García Labandal abrió su presentación con una frase de Carlos Skliar (retomando la idea de Lévinas) que plantea el concepto de “hospitalidad” en la construcción del vínculo con “el otro”, algo que (también) ya abordamos varias veces en este espacio. Tal vez se trate de volver a escuchar la presentación de Ken Bain sobre el aprendizaje profundoy sobre la “reconstrucción de modelos” pero no pensando en cómo harán nuestr@s estudiantes para aprender nuestras disciplinas de manera profunda (cambiando sus modelos de representación) sino en cómo haremos nosotr@s para aprender a ser mejores facilitadores de los aprendizajes que esperamos en nuestr@s estudiantes. Seguramente para ello tengamos que cambiar varios de nuestros modelos mentalesy eso, como dijo Bain, no se logra sin esfuerzo, sin deseo, sin compromiso, sin interés y sin motivación. Tal vez no estaba hablando de nuestr@s estudiantes, estaba hablando de nosotr@s!!! O, como él mismo dijo (motivando la risa generalizada), “no de nosotr@s, de otr@s docentes”.

Más allá de estas reflexiones hay dos “situaciones” que nos gustaría (respetuosamente) criticar: la primera es la falta de respeto al cumplimiento de los tiempos destinados a las exposiciones y la segunda es la excesiva valoración de las calificaciones (muchas veces) como(casi única) forma de evaluación de procesos complejos. Respecto al primer punto resulta increíble que docentes experimentad@s, formadores de formadores, “expert@s” en didáctica, tengan que“saltear” 10 o 15 slides porque no llegan y aún así se pasen del tiempo. A veces pareciera ser que están usando presentaciones que tenían preparadas para otra ocasión o que no practicaron sus exposiciones ni una vez. Algo parecido ocurrió en algunas mesas de debate, la casi totalidad del tiempo que había para discutir se usó en presentarse y “contar” los proyectos presentados, a pesar de los esfuerzos de quienes coordinaban las mesas por hacerles entender “cuánto duran tres minutos”. El otro aspecto llamativo es la necesidad de evaluar las innovaciones u otras categorías de la compleja práctica docente respondiendo a la (única) pregunta “¿Hubo un mayor porcentaje de estudiantes aprobad@s?”. Lamentablemente esta (cuantitativa) necesidad de “más aprobad@s” (además de poner en evidencia algunos supuestos y algunas concepciones sobre la Educación que no compartimos) incurre en dos errores que no podemos dejar pasar: el primero es la suposición de que las calificaciones (a las que Ken Bain se encargó de destrozar en la charla inaugural del Congreso) reflejan de alguna manera lo aprendido y el segundo es el reduccionismo que se hace de procesos complejos a un único elemento a evaluar (los aprendizajes disciplinares de l@s estudiantes) como si no se tratará de procesos multifactoriales y como si la investigación cualitativa (como podría ser la investigación/acción en Educación) pudiera reducir su análisis a los datos cuantitativos de porcentaje de aprobados o promedio de calificaciones de tal o cual curso. Varias veces este Blog se ha posicionado en el “paradigma de la complejidad” y estamos convencid@s de que la evaluación (de las innovaciones, de los procesos de enseñanza, de los procesos de aprendizajes, de la heterogeneidad de l@s nuev@s estudiantes universitari@s, de los nuevos contextos o de los vínculos que se construyen en el aula) debe necesariamente ser abordada entendiendo estos procesos como complejos y multifactoriales. Como dijo Marta Souto en su presentación,“con multirreferencialidad teórica y complejidad, con heterogeneidad metodológica pero respetando los principios y las teorías de cada aporte”.

Desde este Blog celebramos y celebraremos la reflexión sobre la práctica docente, sobre los aprendizajes y sobre la Educación y alentamos a docentes de todos los niveles educativos a que participen de todos los espacios de vínculo y comunicación posible. Estamos convencid@s del valor de este tipo de encuentros en los que podemos compartir experiencias, ideas y reflexiones, y enriquecer nuestros pensamientos (y nuestras acciones) con los aportes de colegas de diferentes lugares y variadas trayectorias. Sin embargo, y como reflexión última pero no final (de este texto), estamos igual de convencid@s del valor que también tiene la reflexión de cada docente en su práctica diaria, de cada equipo docente y de cada institución, puertas adentro, que sin necesidad de viajar cientos de kilómetros ni de participar de eventos de estas características será la base para fundamentar los cambios que nos conduzcan a una Educación más equitativa, a una práctica docente más innovadora que esté a la altura de los tiempos que nos tocan y a ser verdader@s facilitadores de aprendizajes cada vez más significativos en estudiantes cada vez más autónomos.

lunes, 25 de abril de 2016

#CDU2013: Un Congreso en Docencia Universitaria y una Universidad que reflexiona sobre sus prácticas docentes (Primera Parte).


En esta primera parte de este nuevo año escolar/académico en el que esperamos seguir reflexionando, seguir discutiendo y seguir (trans)formándonos como docentes (cada vez) más facilitadores de aprendizajes (cada vez) más significativos en nuestr@s estudiantes (cada vez) más autónomos; nos invitamos a releer, cada día, una de las entradas publicadas los años anteriores, como forma de volver a “ponernos” en tema. Para l@s que no las leyeron, éstas podrán ser un (nuevo) disparador para la reflexión y el análisis y para los que sí, es probable que las (re)pensemos desde otro lugar y nos inviten a, (nuevamente) pero de otra manera, reflexionar sobre nuestras prácticas y los aprendizajes.

La siguiente entrada fue publicada el Martes 29 de Octubre de 2013:

Los días 17 y 18 de Octubre se llevó a cabo en la ciudad de Buenos Aires el Congreso en Docencia Universitaria “Una mirada reflexiva sobre los procesos educativos en las Universidades. Los desafíos actuales que afronta la docencia”, organizado por la Universidad de Buenos Aires, a través de su Secretaría de Asuntos Académicos. Con la presencia de más de 1600 docentes acreditad@s, se trató del encuentro sobre Educación Superior más grande de la Argentina.

A priori la idea del Congreso, las actividades propuestas y la presentación de conferencistas de la talla de Ken Bain (autor del famoso “What the best collegue teachers do”), Mario Rueda Beltrán, Juan Antonio Huertas o Angel Diaz Barriga, nos permitían imaginar un escenario fértil para la (trans)formación individual y colectiva, sobre la que tanto insistimos desde este (intento de) espacio de comunicación.

El objetivo de esta entrada (en dos partes para que no sea tan larga) es contarles algunas ideas (por supuesto sesgadas y recortadas según nuestros intereses, nuestra trayectoria y nuestros posicionamientos) sobre las que se reflexionó en (por razones obvias) sólo algunas de las muchas actividades (conferencias, mesas debate, simposios, paneles, etc…) que ocurrían simultáneamente en siete espacios (entre las facultades de Medicina, Económicas, Farmacia y Bioquímica, Odontología, la sede de Rectorado de Uriburu y ADUBA) durante casi doce horas cada día.

La idea del Congreso fue reflexionar, discutir y compartir experiencias en torno a 5 ejes:

Eje 1. La profesión académica entre la tradición y el cambio.

Eje 2. Las perspectivas y los debates sobre el curriculum universitario.

Eje 3. Las nuevas condiciones para los estudios universitarios, nuevos desafíos para la docencia.

Eje 4. Los nuevos escenarios educativos con disposición tecnológica.

Eje 5. Escenarios de enseñanza y de aprendizaje en la Universidad.

Para ser justos debemos empezar diciendo que el Congreso comenzó, efectivamente, mucho antes del primer encuentro “cara a cara”ya que previamente l@s participantes pudimos encontrarnos en la “Comunidad Virtual”, diseñada para tal fin en el site del Congreso, que tuvo más de 3000 usuari@s registrad@s. Sin embargo, si bien nos pareció excelente la idea de empezar los debates de las (más de 70) mesas de comunicaciones en estos foros (para evitar perder tiempo en presentarnos o contar nuestros trabajos en el –lógicamente acotado- tiempo de las mesas) la verdad es que no fueron muchas las interacciones que se dieron de esta manera, un poco porque los foros se abrieron a pocos días del Congreso y“un mucho” (suponemos nosotr@s) porque no tod@s l@s participantes estaban dispuest@s a utilizar tiempo previo al Congreso para empezar este tipo de intercambios.

Párrafo aparte merece el site del Congreso, excelentemente diseñado para encontrar rápidamente lo que un@ buscara, para seguir las presentaciones on line o para verlas luego. Esto no es menor ya que en un Congreso de estas características son muchas las actividades que un@ se pierde por complicaciones horarias o por estar presenciando una actividad (a veces participando en la propia mesa de debate) que ocurre al mismo tiempo que alguna conferencia de interés. En ese sentido todavía nos estamos encontrando en el site y podemos ver aquellas actividades que no pudimos presenciar. En el site también pudimos conocer a nuestr@s compañer@s de debate en las mesas, pudimos leer breves biografías de los expositores, pudimos seguirnos en Twitter (al momento del cierre del Congreso ya se habían registrado más de 1500 menciones en Twitter con el hashtag #CDU2013, que ahora serán muchas más) y formar verdaderas comunidades virtuales de intercambio y reflexión para compartir experiencias desde trayectorias diversas.

Respecto a los trabajos presentados en las mesas de debate, lo primero que aparece como reflexión es la alegría de saber que hay mucha gente haciendo muchas cosas. Por supuesto, algunas mejores y otras peores, algunas con mayor rigor científico y otras con menor rigor científico, algunas planteadas desde posicionamientos que un@ comparte más y otras planteadas desde posicionamientos que un@ comparte menos. Pero es grato saber que son much@s l@s docentes (por supuesto no tod@s los asistentes al Congreso ni mucho menos) que están reflexionando e investigando sobre sus prácticas. Lamentablemente fueron much@s l@s docentes (de la UBA) que no se mostraron interesad@s en este evento y fue notable la ausencia de vari@s de l@s decan@s, vicedecan@s, secretari@s y (sobre todo) profesores titulares, asociad@s o adjunt@s de las cátedras de las unidades académicas de la UBA.

También es interesante romper un poco con esa lógica de docentes que nos juntamos en Congresos de Educación a reflexionar sobre “lo mal que está la Educación”. En la mayoría de los Congresos de las demás disciplinas se juntan para mostrar sus éxitos y sus logros y ni se les ocurriría presentar todas las experiencias que no resultaron como esperaban. Si bien tenemos nuestros reparos sobre el hecho de pensar en la Educación como la causa y la solución (vaya paradoja) de todos los problemas de la sociedad y a pesar de ver con buenos ojos nuestra “clásica autocrítica docente” y el planteo de la necesidad de ayuda mutua (algo que el ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, definió en el acto inaugural de este Congreso como “un acto de humildad” ya que “estamos exponiéndonos y reconociendo que solos no podemos”), celebramos que en estos encuentros también nos hagamos lugar para compartir aquello que sí nos está funcionando en el logro de determinados objetivos o para reflexionar sobre los supuestos que subyacen a nuestras prácticas más exitosas.

La segunda reflexión tiene que ver con el rol que han venido a ocupar las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TICs) en nuestras prácticas docentes, en las prácticas de aprendizaje y en la Vida en general. Como quedó más que claro en el “Encuentro UBATIC” del año pasado, la Educación Superior (en general) y la Universidad de Buenos Aires (en particular) no sólo no están ajenas a la implementación de estas nuevas TICs sino que representan espacios donde ocurren interesantes innovaciones pedagógicas (que involucran las nuevas TICs) que transforman nuestras prácticas y reconfiguran no sólo la tarea docente sino los modos de (enseñar y) aprender.

Otra cuestión interesante es que se trató de un Congreso “en docencia”. Decimos esto porque su “antecesor”, el (muy interesante) “Primer Congreso Internacional de Pedagogía Universitaria”,realizado en la Facultad de Derechode la UBA, en el año 2009, se centró (como su nombre hacía suponer) en el aspecto pedagógico de la Educación Superior y en este caso se “abrió el juego” a cuestiones como la extensión universitaria, los programas tutoriales, la (trans)formación docente o las condiciones de la tarea docente, entre otras.

Ahora sí, nos metemos con las reflexiones más interesantes o más “radiales”, en términos de haber sido abordadas en varios espacios desde diferentes lugares, indicando que son cuestiones centrales del debate actual.

Las tres cuestiones, en nuestra humilde opinión y según nuestra (necesariamente) sesgada lectura, más discutidas en el Congreso fueron la (falta de) formación docente (y las reconfiguraciones del rol del docente Universitario), la contextualización de la Universidad como actor social (y de la Educación, entonces, como hecho profundamente político) y la heterogeneidad de l@s nuev@s estudiantes (y de los nuevos contextos) como necesarios condicionantes y determinantes de nuestras prácticas docentes.

La idea es profundizar estas (y otras) cuestiones y contarles algunos ejemplos de lo discutido en el evento sobre estas líneas de reflexión pero para eso habrá que esperar a la entrega de la semana que viene…

Porque este relato sobre lo ocurrido en el Congreso en Docencia Universitaria (#CDU2013)…

CONTINUARA…

viernes, 22 de abril de 2016

Una “dinamita” para lograr ser (más) libres y (más) felices. Entrevista a Guillermo Wiemeyer *


En esta primera parte de este nuevo año escolar/académico en el que esperamos seguir reflexionando, seguir discutiendo y seguir (trans)formándonos como docentes (cada vez) más facilitadores de aprendizajes (cada vez) más significativos en nuestr@s estudiantes (cada vez) más autónomos; nos invitamos a releer, cada día, una de las entradas publicadas los años anteriores, como forma de volver a “ponernos” en tema. Para l@s que no las leyeron, éstas podrán ser un (nuevo) disparador para la reflexión y el análisis y para los que sí, es probable que las (re)pensemos desde otro lugar y nos inviten a, (nuevamente) pero de otra manera, reflexionar sobre nuestras prácticas y los aprendizajes.

La siguiente entrada fue publicada el Martes 8 de Octubre de 2013:


Desde el inicio, Guille deja en claro algunos de sus posicionamientos al ubicar al docente en el rol del facilitador pero va más allá y se ubica en un lugar de facilitador de una (trans)formación que no necesariamente tenga el “resultado esperado” ni llegue al mismo lugar del que él mismo partió: se trata de aceptar que “el otr@” pueda formarse (con nuestra ayuda) pero no en la dirección que nosotr@s imaginamos, se trata de “habilitar”una (trans)formación superadora, incluso de nuestras premisas. También resalta la importancia de la formación docente continua y de la evaluación de la tarea docente, no sólo como autoevaluación (dentro de los equipos docentes) sino por parte de l@s estudiantes, como forma de retroalimentar el análisis y la reflexión sobre la tarea.


  • Guille, ¿Qué es, para vos, “ser docente”?
  • Me gusta la idea del “docente facilitador”; un docente que permite acortar el camino hacia el objetivo pero no por dar a los estudiantes el alimento masticado y digerido, sino por permitirles acceder a rutas, algoritmos y criterios que nadie antes les había propuesto. No puedo considerarme docente si no facilito a mis estudiantes razonamientos y argumentos que a mí me costó horrores encontrar. Creo que nuestra felicidad es saber que podemos ayudar al estudiante a hacer ese click que a nosotros tanto nos costó, mostrarles ese medio vaso lleno para saciar la sed y llegar aun mas lejos de lo que nosotros hemos llegado. Si no estoy dispuesto a formar a otro para que sea mejor que yo (y a la vez diferente a mí), no debería dedicarme a enseñar.

  • Si pudieras agregar, quitar o cambiar aspectos concretos de tu práctica docente diaria, ¿qué cambiarías y por qué?
  • Eliminaría la “toma de asistencia” ya que es una formalidad que no justifica nada; estimularía la capacitación continua del docente para evitar el estancamiento; participaría del hospital a los estudiantes en etapas más iniciáticas de la carrera para que vean e incorporen conceptos de aplicación práctica durante el ciclo de formación común; incorporaría en cada cursada una evaluación de los estudiantes a los docentes, para tener también una visión del ida y vuelta que existe durante el proceso de formación, registrando qué casos, modalidad de enseñanza, temas o incluso qué profesores despertaron más entusiasmo y aceptación.

En la siguiente respuesta, Guille retoma la idea de “no limitar” las construcciones de aprendizajes que hagan nuestr@s estudiantes y pone el énfasis en las herramientas que les “enseñemos” (dicho aquí como sinónimo de “mostremos”) pero también en “mostrárselas” en un ámbito que les brinde la libertad necesaria para decidir usar o no esas herramientas, o para decidir usarlas de una manera diferente a la manera en que, hasta acá, las usamos “nosotr@s”.


  • ¿Qué características creés que debería tener un docente para ser mejor como facilitador de los aprendizajes de l@s estudiantes?
  • Creo básicamente que un docente tiene que tener la entereza y la humildad necesaria para facilitarles a los estudiantes herramientas que los hagan mejores que uno. La docencia es dinamita, bien ejercida es bárbara, abre puertas, cabezas y construye cosas mejores, pero también puede ser malinterpretada o desvirtuada en el ejercicio del poder y de la autopreservación del mediocre. Si yo me capacito al máximo de mis posibilidades para luego pretender “clonarme” y formar droides que sólo ejecuten según mi criterio (bueno o malo) soy un pseudo-docente realmente peligroso que lejos de estimular el pensamiento crítico, favorece el adulamiento y empobrece el panorama.

Actualmente la Educación superior está incorporando (lentamente) el uso de tecnologías facilitadoras de los aprendizajes, como el uso de simuladores. Se trata de transformar las TICs (tecnologías de la información y la comunicación) en TACs (tecnologías del aprendizaje y la comunicación). Guille cuenta el éxito que tuvieron en la construcción y el uso de un simulador para el aprendizaje de las maniobras de RCP y las dificultades (como la necesidad de capacitación constante) que tiene la incorporación real de estas prácticas.


  • ¿Cuáles de tus propias prácticas, herramientas o estrategias resultan más exitosas como instrumentos facilitadores de los aprendizajes de tus estudiantes?
  • Tuvimos una gran experiencia de aprendizaje facilitado mediante el uso de simuladores. Descubrimos con frustración que en ningún momento de la carrera aprendíamos a hacer RCP. Luego de imitar sin éxito las maniobras de las películas comenzamos a estudiar, capacitarnos y desarrollamos un maniquí para entrenar algunas maniobras de reanimación en el servicio. El efecto fue buenísimo y su uso nos permitió alcanzar un diagnóstico inicial de conocimientos previos, trabajar sobre el cómo y el por qué de cada procedimiento, y una vez comprendido, ponerlo en práctica y evaluar los progresos. Un resultado muy alentador. También es verdad, que para aprovecharlo al máximo el simulador debe ser utilizado con asiduidad. Eso es lo que mas nos cuesta, mantenernos en entrenamiento y capacitación constante.

  • Si tuvieras que recomendarle a otr@s docentes un libro, una canción o una película que considerás “relevante” para mejorar nuestra práctica docente, ¿qué libro, canción o película nos recomendarías y por qué?
  • Dos canciones de León Gieco: primero “Encuentros” (Por favor, Perdón y Gracias, 2005). Muestra de una manera muy palpable, el cambio inmenso y positivo que puede sufrir quien aprende. La segunda, “Soy un pobre agujero” (Pensar en Nada, 1981). Más allá de las interpretaciones por el contexto histórico, es un elogio a la contemplación de la simpleza. A todos y cada uno de los docentes que hoy recuerdo con una sonrisa, los recuerdo por cosas sencillas, actitudes, detalles, coherencia, gestos que marcaron la diferencia, sin importar especialmente el tema que me estaban enseñando sino el modo.

En la última respuesta, Guille no ahorra en críticas al sistema educativo o a la ya conocida concepción de Althusser de “la Escuela como aparato ideológico del Estado” pero tampoco ahorra en optimismo o esperanza al ubicarla, también, como un “lugar de resistencia”,fundamentalmente como posibilidad de luchar (nada más ni nada menos que) por la libertad y la felicidad.

  • Guille, ¿Cuáles son y cuáles “deberían ser”, en tu opinión, los objetivos de la Educación?
  • La educación formal e institucionalizada de la cultura occidental en el siglo XXI podría ser interpretada como una herramienta de autopreservación del sistema capitalista que formatea las cabezas con el manual del Juego de la Vida. Siendo más “naive”, creo que cuando pensamos en el sentido positivo de la educación buscamos transmitir o incorporar conceptos, actitudes y capacidades que nos hagan libres, conscientes, respetuosos, determinados y, en lo posible, felices.

*Guillermo Wiemeyer es Veterinario. Se desempeña como médico de planta con funciones docentesen los servicios de Enfermería, Emergencias e Internación del Hospital Escuela de Pequeños Animales (FCV-UBA) y como Veterinario del Jardín Zoológico de la Ciudad de Buenos Aires. Se está especializando en Docencia Universitaria y al mismo tiempo es doctorando en Ciencias Veterinarias (UBA).

jueves, 21 de abril de 2016

¿De qué hablamos cuando hablamos de “calidad educativa”?


En esta primera parte de este nuevo año escolar/académico en el que esperamos seguir reflexionando, seguir discutiendo y seguir (trans)formándonos como docentes (cada vez) más facilitadores de aprendizajes (cada vez) más significativos en nuestr@s estudiantes (cada vez) más autónomos; nos invitamos a releer, cada día, una de las entradas publicadas los años anteriores, como forma de volver a “ponernos” en tema. Para l@s que no las leyeron, éstas podrán ser un (nuevo) disparador para la reflexión y el análisis y para los que sí, es probable que las (re)pensemos desde otro lugar y nos inviten a, (nuevamente) pero de otra manera, reflexionar sobre nuestras prácticas y los aprendizajes.

La siguiente entrada fue publicada el Martes 1 de Octubre de 2013:


En la actualidad, en nuestro país, se está dando un interesante debate sobre la Educación Pública, en general, y sobre la Educación Pública Superior, en particular.

Pero no se trata de “un debate más” ni de “el mismo debate de siempre” (sobre el cual en este Blog ya tomamos posición más de una vez), sino que se trata de un debate que no ocurre (por las coyunturas histórico-político-sociales) desde hace más de medio siglo y que nos interesa particularmente porque nos interpela desde otro lugar. Hablamos deldebate por la “calidad educativa”. Algun@s podrán decir que nunca dejamos de discutir sobre “calidad educativa” pero créannos que éste es, definitivamente, “otro debate”.

Como consecuencia de las políticas públicas de la última década y de la activa presencia y participación del Estado Nacional, asistimos hoy a una situación inédita que ni aquell@s que más detestan al actual gobierno nacional pueden negar, una situación que parecía imposible hace sólo quince años y que molesta mucho a quienes entienden a“la Educación” como un bien o un servicio (o incluso como un negocio) y no como un derecho.

En la actualidad tenemos más escuelas públicas que nunca, más chic@s asistiendo a esas escuelas que nunca, más universidades públicas que nunca, más estudiantes “primera generación de universitari@s” que jamás en toda nuestra historia y el presupuesto para Educación (en términos absolutos y como porcentaje del PBI) más alto que jamás pudimos imaginar. Esto por nombrar sólo algunas cuestiones, a las que se suman la asignación universal por hijo (de enorme impacto educativo), programas como “Conectar Igualdad” (que incluye la entrega de netbooks a estudiantes secundarios de todo el país), los canales “Paka Paka” y “Encuentro” (y sus excelentes producciones educativas nacionales, pensadas desde “nuestra propia cultura”) o el Plan FinEs (como sólo un ejemplo de los muchos pensados para quienes no tenían su secundario terminado), entre tantos otros.

Ante semejante panorama surge una crítica, que no por venir de donde viene, debemos desoír:la (falta de) calidad de “esta”Educación “para tod@s”.

Escuchamos a l@s expert@s de siempre decir que todo lo mencionado anteriormente es cierto pero que “el costo” (la terminología económica siempre les provee de algún vocablo que les resulta cómodo) es la baja calidad de esas instituciones y de la Educación que reciben quienes asisten a “esas Escuelas” o “esas Universidades”. Dicen esto como si les preocupara en algo la Educación que reciben miles de “otr@s” pero nosotr@s(a quienes sí nos preocupa y nos ocupa esto) no podemos dejar pasar la crítica por eso ni perdernos esta oportunidad de reflexionar sobre esta cuestión.

Tenemos que dar(nos) ese debate sobre la “calidad educativa” pero tenemos que dar(nos) ese debate desde nuestras plataformas. Nadie podría negar que l@s chic@s pobres que asisten a una Escuela Pública de las comunas 8 ó 9 de la Ciudad de Buenos Aires no reciben “la misma Educación” que l@s chic@s ric@s que asisten a una Escuela (también Pública) de la Comuna 2. Sin embargo, sería un error tan grave“ignorar” la crítica a la “calidad educativa” de una “Educación para tod@s” por venir de donde viene, como levantar el guante y dar(nos) ese debate en los términos que “ell@s” proponen. Ni una cosa ni la otra. Tenemos que dar un paso más allá (o mejor dicho, más acá) y dar(nos) ese debate pero desde nuestras propias plataformas porque no tod@s entendemos lo mismo por “calidad educativa” y en lo que entendemos por este concepto están incluidas nuestras concepciones sobre la Educación, el aprendizaje, el conocimiento y el rol del Estado, entre otras.

Claro que nos preocupa (y nos ocupa) la calidad de la Educación pero para nosotr@s la inclusión es el primer paso de una calidad educativa que no se mide con los estándares de PISA (para las escuelas primarias y secundarias) ni con los criterios basados en “competencias” de las Universidades de acuerdo al proceso de Bolonia (tan “bien” representado por “nuestra” CONEAU). Para nosotr@s la calidad educativa tiene que ver, fundamentalmente, con la calidad de (trans)formación de las personas y de las sociedades, con la construcción de sociedades más justas, más equitativas y con mayor igualdad de derechos y de oportunidades.

Un conocido “sociólogo de la Educación” (con el que solemos acordar en varias de sus concepciones didáctico-pedagógicas y con el que solemos diferir en la mayoría de sus posicionamientos político-ideológicos) dijo hace poco en una conferencia, en relación a la creación de Universidades en el conurbano bonaerense y en las provincias más pobres: “ahora, HASTA cada provincia tiene su propia Universidad”. Sí, cada provincia tiene al menos una Universidad porque eso (también) es calidad educativa. ¿Esto significa que no nos importa el tipo de (trans)formación personal y disciplinar que ocurre en “esas Universidades” (o en las muchas Escuelas Públicas, siempre tan denostadas)? No. ¿Esto significa que no nos importa la “calidad” de “esa Educación”? No. Significa que estos logros nos permiten ahora dar(nos) un debate sobre la calidad educativa pero desde nuestras propias plataformas (y con nuestro propio vocabulario), desde un posicionamiento que considera (y tiene en cuenta) a la Educación como un derecho, a la igualdad (no como una meta sino como un punto de partida), a la inclusión, a la interculturalidad, a la equidad y que es consciente del rol social de la Educación (no como causa de todos los males de la sociedad ni como solución mágica a todos los problemas sociales) sino como un instrumento más de (trans)formación individual y colectiva en esta lucha por la igualdad de derechos, que presupone (fundamentalmente) la inclusión real (y absolutamente necesaria) de los sectores históricamente postergados.

El desafío es ahora dar(nos) ese debate sobre la “calidad educativa” pero desde nuestras propias plataformas. Allá vamos!!!