Al igual que el año anterior, en este 2014 seguimos con la publicación de entrevistas realizadas a
docentes y a estudiantes, como insumos
para la reflexión sobre nuestras prácticas y sobre los aprendizajes. Las
respuestas de docentes y estudiantes, sujetos directamente involucrados en las
prácticas sobre las cuales nos proponemos reflexionar en este Blog resultan
fundamentales para profundizar el grado
de análisis. Claro que podemos estar de acuerdo o no, claro que podemos
disentir con determinadas apreciaciones y reconocer
en las respuestas (y en las preguntas) posicionamientos pedagógicos e
ideológicos compartidos o no pero de cualquier manera, los relatos en primera persona son siempre insumos de gran valor para construir y
(re)pensar nuestros propios posicionamientos. En este caso es un placer
publicar la entrevista que gentilmente respondió Karina Alleva *.
Desde el inicio de la entrevista, Karina deja en
claro que la tarea docente no la realizamos “solos” y resalta la importancia
del trabajo en equipo (docente) y de disfrutar el aprendizaje. También hace
hincapié en algo sobre lo que volverá en otra respuesta y que, en este Blog,
consideramos fundamental: la relevancia del “registro” de aquello que se
aprende. Más adelante relata la experiencia que están realizando en la cátedra
de Física de la Facultad de Farmacia y Bioquímica (UBA), en la que se están
“animando” a cambiar, a experimentar y a reflexionar sobre la trae docente que
realizan y a (tras)formarse al transformarla.
· Karina, ¿Cuáles son tus objetivos
o expectativas de logros cuando comenzás una cursada?
· La docencia universitaria
en general se caracteriza por ser llevada adelante en equipo, por eso me
atrevería a hablar de “nuestros” objetivos y expectativas que son siempre
parecidos: disfrutar el cuatrimestre logrando que nuestros alumnos disfruten
aprender, generar en ellos curiosidad, responsabilidad y registro de que se
aprende mejor con otros. También pretendemos transmitir la importancia que para
nosotros tiene la educación pública. Cada apertura de cursos nos enfrenta con
alumnos diferentes y eso es un desafío.
· Si tuvieras que hacer una
propuesta de cambio concreto que pudiera aumentar el compromiso, la motivación
y la participación de l@s estudiantes, ¿qué propondrías y por qué?
· Justo estamos en la
cátedra dándonos el inmenso placer de rediseñar nuestra materia en este
sentido. Hicimos un diagnóstico y ahora se viene el cambio. Basta de clases
teóricas, donde un docente habla y nuestros alumnos escuchan, apostamos a los
talleres. Creo que el taller es el formato ideal. Si pudiera, cambiaría las
aulas con sillas fijas por aulas con sillas móviles, pondría pizarrones en las
cuatro paredes, el movimiento es esencial en el momento de aprender. Por
supuesto pondría plena conectividad a internet, con computadoras pero también
con wifi accesible para que los alumnos usen sus notebooks o sus teléfonos. Es
fundamental poder navegar, buscar, registrar, hacer, escribir colaborativamente
mientras se aprende.
En la siguiente respuesta Karina plantea la
necesidad de una sólida formación docente, no sólo disciplinar, sino
(fundamentalmente) en pedagogía y vuelve sobre otra cuestión que consideramos
central: la relevancia de la conciencia de l@s docentes respecto a nuestro rol
en la Educación Pública, entendiendo la dimensión ético-política de nuestra
tarea y la (enorme) responsabilidad que esto significa.
· ¿Qué características creés
que debería tener un docente para ser mejor como facilitador de los
aprendizajes de l@s estudiantes?
· Sin duda un docente debe
ser ante todo una persona con responsabilidad y compromiso. Debe manejar la
disciplina pero a su vez debe tener una formación lo más completa posible, no
alcanza con ser un experto en el área, hay que formarse en pedagogía, en
epistemología, ser crítico, y muy respetuosos con su trabajo, con el de sus
compañeros y sobre todo con sus alumnos. Pero además hay que ser un profesional
con conciencia de lo que la educación pública representa en nuestro país, no es
un trabajo más. Como siempre digo, hace daño a la universidad pública, que se
tenga el cargo docente como un plan b en la vida.
A la hora de pensar en las prácticas o estrategias
que le han resultado más exitosas como facilitadoras de aprendizajes de sus
estudiantes, Karina pone el eje en “la atención”, en “el estar atent@s”, en una
especie de “disponibilidad” de l@s docentes a las necesidades de l@s
estudiantes y en la importancia de realizar planificaciones flexibles que den
cuenta de sentidos y significados compartidos por el equipo docente y l@s estudiantes.
· ¿Cuáles de tus propias
prácticas, herramientas o estrategias resultan más exitosas como instrumentos
facilitadores de los aprendizajes de tus estudiantes?
· Creo que es fundamental
estar todo el tiempo atentos. Nuestras clases de laboratorio, son de tres horas,
esas tres horas la atención está puesta en los alumnos. Esto no es estar encima
de ellos todo el tiempo, es estar viéndolos, observándolos, para saber cuándo
es el momento justo de actuar, de hacer un comentario, de reunirlos para una
explicación, de alentarlos, de marcarles el ritmo de la clase. Lo mismo en las
clases más expositivas. No se puede entregarse a la explicación sin más,
perdiendo el registro del aula. Un ojo siempre está mirando qué pasa, qué
gestos hacen, qué expresiones muestran, si comprenden, si se aburren, si están
entusiasmados. Me gusta, con el equipo docente, diseñar cada clase en función
de la anterior. Esto es, hay una planificación que está dada por los
contenidos, pero sobre esa planificación, se piensa la estrategia de aula
apuntando a fortalecer lo que estamos censando que necesita ser reforzado,
reamamos grupos para potenciar las interacciones entre nuestros alumnos,
organizamos interrupciones para reflexionar, etc. Creo que esto funciona. Pero
es eso, plena atención, durante toda la clase.
· Si tuvieras que
recomendarle a otr@s docentes un libro, una canción o una película que
considerás “relevante” para mejorar nuestra práctica docente, ¿qué libro,
canción o película nos recomendarías y por qué?
· Sin duda recomendaría “Cinco
Obstrucciones”, de Lars von Triar. La hemos usado en nuestra escuela de
formación, es excelente para trabajar el tema de cómo dar clases durante años,
siempre los mismos temas, pero no caer en lo que yo llamo “el surco”. El surco
es lo que uno se imagina, esa huella en el camino, donde la rueda de la
bicicleta se ve compelida a no salir, donde cuesta pasar hacia fuera. Dar
siempre las mismas clases tiene ese riesgo, el manejo consciente de
obstrucciones (vean la película y van a ver de que hablo!) nos obliga a
mejorar, a dar más cada vez.
Para terminar, Karina relata un episodio que
resultó significativo en su trayectoria y experiencia docente y que puede
servirnos para (re)pensar nuestras propias prácticas docentes y para seguir
construyendo equipos de trabajo que potencien las capacidades de cada un@ y que
nos permitan crecer y (trans)formarnos colectivamente con una (seria) formación
docente continua, a partir no sólo de la lectura “teórica” sino también a
partir de situaciones de nuestra práctica aúlica.
· Cuando empecé como docente
universitaria, entré como entramos la mayoría: cursé una materia que me gustó
(la materia de la que ahora soy profesora) y pedí ser ayudante. Al año
siguiente con unos pocos encuentros de formación, me incorporaron a un equipo
docente que tenía a cargo una comisión de trabajos prácticos. Eramos tres
ayudantes de segunda, en una aula con aproximadamente 25 alumnos. Tres
comisiones funcionaban a la vez, nosotras éramos el equipo docente de una de
ella. Es decir, tres comisiones, en un mismo horario, cada una con unos 20 a 30
alumnos. Y en cada una ayudantes. Pero un solo jefe de trabajos prácticos para
todos, que rara vez venía a dar clases. Un día, mediando el cuatrimestre, llegó
el momento del tema más complejo para dar. En ese momento todo se daba en el
laboratorio, no solo el práctico, también dábamos lo que serían las
introducciones teóricas que duraban casi 2 horas de exposición! Como el tema
era difícil, ninguna de las tres ayudantes queríamos darlo. Pero mi responsabilidad
exagerada hizo que me ofreciera. Imaginen la situación: alumna del segundo año
de la carrera! Casi sin capacitación más que mi propia cursada y mi voluntad.
Empecé con el tema y en un momento mi confusión, frustración y autoconciencia
de no estar a la altura de las circunstancias fue tal que me puse a llorar en
frente de mis alumnos. No pude terminar
la clase. Mis alumnos, casi compañeros, ya que éramos de la misma edad,
comprendieron. Fueron demasiado amables y tolerantes con lo que había sido una gran
falta de respeto hacia ellos. Estaban ahí para aprender, y la Universidad les
ofrecía algo que no se merecían, desidia de algunos docentes que quedaban
porque no había otros, falta de estructura, falta de cargos para que los que
tenían que estar ahí en ese momento estuvieran. Durante algún tiempo me sentí
culpable por no haber podido preparar mejor esa clase. Luego con el tiempo
entendí que ningún auxiliar docente puede cubrir el hueco que toda una institución
deja sin cubrir. Esta experiencia me marcó. Pasó el tiempo, sigo en la misma
cátedra. Me ocupé de armar (no sola, con otros claro!) una escuela de ayudantes
seria, lo más seria posible, de transmitir esto de la responsabilidad. Mi idea
de equipos de trabajo docente está más viva que nunca. Desde mi lugar de
profesora, y con los profesores con los que comparto cátedra, logramos que
ninguna comisión esté a cargo de alguien con poca experiencia. Tanto por
respeto a los alumnos, como al docente en formación. La cátedra tiene ahora una
cantidad genial de Jefes de Trabajos Prácticos, que además de ejercer sus
profesiones o hacer sus doctorados, se
capacitan en pedagogía constantemente, que reflexionan sobre sus prácticas en
continuo. Nos queda mucho por hacer, pero me juré que jamás en la cátedra en la
que yo fuera docente, un ayudante estaría sólo con sus alumnos en una situación
de desamparo para ambos.
*
Karina Alleva (@karinaalleva) es Bioquímica
y Doctora en Biofísica de la Universidad
de Buenos Aires. Desde hace 18 años es docente universitaria, actualmente
ocupa el cargo de Profesora Ajunta
de Física en la Facultad de Farmacia y Bioquímica (UBA). En su trabajo de
investigación tiene el cargo de Investigadora Adjunta del CONICET. Como
formación complementaria es Diploma
Superior en Enseñanza de las Ciencias (FLACSO),
Diploma Superior en Educación y Nuevas
Tecnologías (FLACSO) y desde el
2008 está llevando adelante un Doctorado
en Filosofía e Historia de la Ciencia (UNTREF).
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