En este 2020 el Blog espera, una vez más, incorporar
nuevas maneras de reflexionar sobre la Educación
y los aprendizajes. Además de las
(ya habituales) notas de opinión, de las entrevistas (a docentes y
estudiantes), de los textos escritos en colaboración, de las microentrevistas
en video y de los #5Libros para tu (trans)formación, queremos seguir (re)pensándonos a partir de textos que reflexionen
sobre “cómo aprendemos”.
Como dijimos en entradas anteriores, pareciera ser
que muches docentes creemos (con las
mejores intenciones) que debemos ser facilitadores de los aprendizajes y
obramos o creemos que obramos (en consecuencia) con el objetivo de que nuestres
estudiantes aprendan.
Sin embargo, no
tenemos muy en claro “cómo se aprende”, qué hacen nuestres estudiantes para
aprender o cómo hacen nuestres estudiantes para aprender en nuestras materias.
Es por eso que nos proponemos darle una vuelta de
tuerca a esta reflexión a partir de relatos,
en primera persona, que den cuenta de cómo aprendemos o cómo aprenden les
estudiantes, con el objetivo de ser mejores facilitadores de esos
aprendizajes (cada vez más significativos) en nuestres estudiantes, cada vez
más autónomes. En este caso la reflexión es a partir del relato que gentilmente
escribió Bianca Castellucci *.
Para empezar, Bianca
reivindica un término que suele ser bastante atacado (y desde este Blog
bastante defendido) que es la “memoria” y, como lo hará en el resto de la
entrada empieza a criticar los modos de evaluación: “mi
forma de aprender se basa en la memoria y no en el razonamiento. Cuando
estudio, releo muchas veces el material para que se me vaya fijando, también me
sirve contárselo a alguien y si estudia lo mismo que yo, mejor, así
complementamos nuestros aprendizajes. Elijo aprender de memoria porque toda mi
vida tuve mucha memoria para todo y sé que no me traiciona, además, algunos
docentes buscan exactamente lo que está en el material de estudio y no lo que
(en mi caso) la alumna realmente quiere demostrar de su conocimiento del tema a
evaluar. Y también porque no me considero una persona que utilice la lógica y
temo mucho que mi razonamiento sea erróneo”.
Cuando reflexiona sobre sus aprendizajes “no
académicas”, Bianca pone el foco en
la perseverancia y en la motivación que le genera el interés por lo que está
aprendiendo: “cuando aprendí a andar en bicicleta
mantuve, y mantengo, la perseverancia. Me invitan a aprender las cosas que me
interesan. Me ambiento en el tema, lo pienso, y resalto en lo que quiero
llevarme. Muchos aprendizajes de la vida son mucho más complejos que muchos aprendizajes
académicos y para ambos, la perseverancia es un valor que rescato mucho. Pongo
en jaque a la perseverancia constantemente para ver que tanto estoy interesada
en el tema en particular, si deja de interesarme, dejo de persistir en ello,
pero no es opción que sea de mi interés y dejar que mis emociones o
circunstancias me desanimen a cumplir mi meta”.
Cuando compara aprendizajes “académicos” y “no
académicos”, Bianca incorpora un
término fundamental que es el de “experiencia” (aunque lo uso más como una
“experimentación”) y profundizando un poco más en estas diferencias, y
relacionándolas con la siempre controversial “evaluación”, Bianca vuelve a la carga contra lo que ella denomina “el sistema
educativo”: “una de las diferenciases que encuentro
es que para el aprendizaje escolar recurro a la memoria y para el aprendizaje
de la vida, a la experiencia. No puedo experimentar qué se siente ser una
función exponencial y sentir que estoy muy cerca de la asíntota, aunque jamás
pueda tocarla (ojalá se pudiera, sería divertido) pero sí puedo experimentar el
amor de una amiga, el enojo de mi hermano, el dolor al caerme por dar mis
primeros movimientos en la bici o la frustración por no entender el punto
isoeléctrico. Y, como mencioné, para los aprendizajes de la vida, en la medida
que podemos, elegimos qué llevarnos a nosotros mismos para crecimiento personal
mientras que para un parcial, no optas, tenés que incorporarlo aunque sea
temporalmente, para que con una pregunta te evalúen si la asíntota de una función
exponencial es vertical u horizontal y ya está, una vez pasada la prueba, al
sistema educativo no le importa si lo sabés o no. ¡Con saberlo para el Martes 7
de Julio, ya lo sabés! El sistema educativo y la vida nos proponen contenidos
para que nosotros, como seres alfabetos, los incorporemos y la diferencia
principal entre ambos es que el sistema está lleno de pruebas y la vida de
demostraciones de aprendizaje. Las pruebas sirven para que alguien que conozca
una materia en especial, seleccione determinados temas y de ellos, las
preguntas que a su criterio son las más relevantes plasmados en papel, que, en
un breve período de tiempo, te dicen cuanto vales en ese tema. En cambio las
demostraciones de aprendizaje sirven para que vos, sí, quién está leyendo esto,
te enfrentes al menú variado que te ofrece la vida y mediante el aprendizaje y
no un método forzado del mismo puedas experimentar lo que se vive, sin que
nadie te esté evaluando ni te ponga un puntaje de ello y que, si alguien lo
tiene que hacer, que seas vos bajo tu criterio personal de que realmente
aprendiste la lección”.
Finalmente, Bianca
nos deja una interesante reflexión (que le generó la propuesta de escribir este
texto) para seguir (re)pensado(nos) y repensando nuestras prácticas de
enseñanza y una interesante invitación a “deconstruir el aprendizaje”: “Hay una frase de la Universidad Abierta Interamericana
que, por más que no esté de acuerdo totalmente con la educación privada, es
oportuna al caso y dice ‘Aprender es mucho más que estudiar’. Pero ¿qué es
aprender? Aprender es la acción que tiene cada individuo en procesar
información, pensarla, analizarla y rescatar algo productivo en ello. Y ¿qué
piensa la escuela del término? Que es la acción y el deber del estudiante en
procesar como es una función exponencial, pensar la gráfica, analizar el
crecimiento y rescatar que el dominio son todos los reales pero ¿no hay ahí un
error de concepto? ¿Eso no es estudiar? ¿No es memorizar características de un
tema? Nuestro deber, como estudiantes, o como docentes, no es declararle la
guerra al sistema educativo sino deconstuir la forma de aprender, cambiarla,
innovarla, pensarla, transformarla, para que sea eficiente y productiva”.
* Bianca Castellucci (biancastellucci en
Instagram) es alumna de 6 año de la Escuela Agropecuaria de la UBA.
Feminista y pensativa, le gusta mucho aprender y formarse todo el tiempo como
persona y estudiante. Disfruta mucho de ver
películas, leer, dormir la siesta, pasar tiempo con sus gatos, amigxs y familia.
Quiere estudiar Biología Celular y trabajar en muchas investigaciones. En
algún momento, le gustaría dar una
charla TED sobre los errores de la educación secundaria y el impacto en el
adolescente.
NdR: Esta entrada fue escrita (y editada) antes de la pandemia de covid-19, su publicación fue postergada por la situación sanitaria y, por eso, no hace referencias a la misma. Tal vez hoy sería escrita de otra forma y diría otras cosas.
NdR: Esta entrada fue escrita (y editada) antes de la pandemia de covid-19, su publicación fue postergada por la situación sanitaria y, por eso, no hace referencias a la misma. Tal vez hoy sería escrita de otra forma y diría otras cosas.
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