En este 2015 el Blog espera, una vez más,
incorporar nuevas maneras de reflexionar sobre la Educación y los aprendizajes.
Además de las (ya habituales) notas de opinión, de las entrevistas (a docentes
y estudiantes) y de los textos escritos en colaboración, queremos seguir (re)pensándonos a partir de textos que reflexionen
sobre “cómo aprendemos”.
Como dijimos en entradas anteriores, pareciera ser
que much@s docentes creemos (con las
mejores intenciones) que debemos ser facilitadores de los aprendizajes y
obramos o creemos que obramos (en consecuencia) con el objetivo de que nuestr@s
estudiantes aprendan.
Sin embargo, no
tenemos muy en claro “cómo se aprende”, qué hacen nuestr@s estudiantes para
aprender, cómo hacen nuestr@s estudiantes para aprender en nuestras materias.
Es por eso que nos proponemos darle una vuelta de
tuerca a esta reflexión a partir de relatos,
en primera persona, que den cuenta de cómo aprendemos o cómo aprenden l@s
estudiantes, con el objetivo de ser mejores facilitadores de esos
aprendizajes (cada vez más significativos) en nuestr@as estudiantes, cada vez
más autónomos. En este caso la reflexión es a partir del relato que gentilmente
escribió Daniela Pinchetti *.
Para empezar, Daniela
nos cuenta su “técnica” para aprender que incluye tres etapas muy claramente
definidas, nos habla de la relevancia de “poder contarle las cosas a otro” y de
la importancia de poder relacionar los nuevos aprendizajes con conocimientos
previos o con otros temas: “el aprendizaje de los
contenidos en la escuela y/o en la universidad en mi opinión tiene tres etapas.
Primero, el docente ofrece el tema a aprender, te acerca al conocimiento, te
marca los puntos que considera más importantes e intenta que uno comprenda los
distintos conceptos claves. Segundo, el alumno debe enfrentarse a los apuntes y
a los libros, leer, relacionar e intentar comprender por sí mismo. En este
punto, debemos seleccionar lo que nos parezca más importante. Personalmente,
suelo realizar resúmenes, cuadros, esquemas que me permitan ir fijando los
nuevos conocimientos y tener el material organizado para poder luego estudiarlo.
Y tercero, debemos sentarnos con los apuntes, notas y libros a interiorizar los
contenidos, memorizar aquellas palabras claves y terminar de entender los
temas. Considero que se alcanza el máximo aprendizaje cuando se es capaz de
contarle a otro aquello aprendido y que el otro lo entienda. Además, debemos
ser capaces de relacionar los temas y si es posible conectarlos con
conocimientos previos”. Cuando reflexiona sobre sus aprendizajes “no
académicas”, Daniela reivindica dos
cuestiones, que son la figura de un “Otro” (que guía, orienta, impulsa, apoya,
colabora, incentiva, ayuda y “en algún
punto hasta obliga”) y la idea de la voluntad, el esfuerzo y la perseverancia
como características indispensables para aprender: “andar
en bicicleta, atarme los cordones, jugar al tenis, manejar, nadar, tocar la
guitarra son todas cosas que aprendí tanto por mi propio esfuerzo como el de
otros, como mis papás. Ellos me impulsaron a aprender, me hicieron practicar,
quizás en algún punto hasta me obligaron a animarme a hacer cosas. Por ejemplo,
odiaba que me enseñaran a nadar pero a pesar de mis lágrimas de cocodrilo me insistieron
y lograron que ahora sepa nadar. O cuando me regalaron mi primera bicicleta y
de a poco me fueron aflojando las rueditas hasta que un día pude sin ellas. Es bueno escuchar a aquellos que ‘saben’ de
los temas, prestarle atención a los consejos, tener la mente abierta para
aprender otra forma de hacer las cosas y aceptar a quienes las hagan
distinto. Me gustaría destacar de estos
aprendizajes que todos requirieron un esfuerzo, perseverancia, voluntad de
aprenderlos y sobre todo repetición hasta el hartazgo. Además, personas que con
amor impulsan, apoyan, colaboran e incentivan”.
Daniela vuelve sobre estas dos cuestiones
cuando compara aprendizajes “académicos” y “no académicos” y en ambos destaca
la figura de “Otros” así como el esfuerzo, la perseverancia, la responsabilidad,
la voluntad y la capacidad para organizarse: “todas
las cosas para aprenderlas requieren de esfuerzo, perseverancia,
responsabilidad, voluntad y de organizarse para tener tiempo para repetir ya
sea algo manual/mecánico como un concepto que se quiere memorizar o ejercicios
que practicar. Creo que tanto un docente que acompañe el aprendizaje
facilitando el abordaje de los temas, como padres, hermanos, amigos, familiares
que apoyen, estimulen y faciliten el aprendizaje de lo no académico son muy
importantes. Hasta en ciertos casos esenciales. Sostengo que hay ciertos conocimientos
que solo se pueden pasar de persona a persona y hay otros que la única manera
de interiorizarlos es sentándonos con un libro a leer, entender y memorizar.
Además, considero que no hay conocimiento que este demás y que todos tenemos
que luchar por alcanzar aquellos objetivos que con criterio (porque sabemos que
los podemos lograr) nos propusimos”.
Finalmente, Daniela
nos deja una interesante reflexión (que le generó la propuesta de escribir este
texto) para seguir (re)pensado(nos) y repensando nuestras prácticas de
enseñanza y de aprendizaje: “al escribir sobre cómo
aprendemos recordé aquellas instancias de aprendizaje que tuve en mi vida, ya
sea, aquellas de conocimientos no académicos como académicos. Recordar a
aquellos profesores que hicieron grandes esfuerzos por enseñarme, a mis padres
que también lo hicieron con esfuerzo y dedicación. Además de recordar todos los
días que he estudiado, con esfuerzo y perseverancia hasta alcanzar mis
objetivos. Siempre intentando superarme a mí misma y alcanzar aquellos
objetivos que puedo alcanzar. Estos pueden ser mayores o menores a los de otros
estudiantes; lo importante, es dar el máximo que uno pueda dar. Creo que una
posible respuesta a como aprendemos es que lo hacemos tras horas de observar,
escuchar, leer, practicar, memorizar y que esto se logra cuando uno realmente
lo quiere y se lo propone”.
* Daniela Pinchetti (@danipinchetti) es estudiante de Veterinaria de la Facultad
de Ciencias Veterinarias de la UBA.
Además es alumna concurrente de la
cátedra de Química Biológica y adiestradora canina.
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