Hace tiempo que intento
escribir sobre el 2020 y las vivencias docentes vinculadas. Creo que nos
llevará tiempo pensar los acontecimientos, volver sobre lo vivido, interrogar
las experiencias docentes para aprender, enriquecer, capitalizar... Y la
experiencia de la que hablo es la experiencia que Jorge Larrosa nombra como
aquello del ámbito de lo común, de lo cotidiano y que por alguna razón se
destaca, se vuelve excepcional. La pandemia vino a destacar situaciones que ya
venían pasando, reveló una desigualdad que ya existía y durante este tiempo la
escuela adquirió una presencia social y cultural que ya venía sucediendo pero
en estos tiempos se acrecentó.
Nos hemos visto en escenas de enseñanza nunca antes pensadas, buscamos variadas maneras de llegar a las, los y les estudiantes. Hemos experimentado el uso de herramientas que antes no conocíamos o desestimábamos. Nos ha interpelado profundamente la necesidad de cautivar, convocar, conquistar a nuestras/os/es estudiantes al vínculo pedagógico. En cuarentena se complicó vincularnos, nos sentimos desafiados en nuestras formas de enseñar y aprender. Y tomo las palabras de Andrea Alliaud cuando expresa que logramos vincularnos prescindiendo de la presencia física con sentimiento, con amorosidad. Antes los vínculos estaban asegurados y sostenidos institucionalmente, en presencia física y con el lazo institucional del edificio de la escuela. En cuarentena los docentes hicimos escuela sin el edificio, sin el encuentro físico. Aprendimos que esos vínculos pueden ser creados, convocados, generados, sostenidos y renovados desde quehaceres cotidianos como responder consultas por whatsapp, llamar a la familia de algún, alguna, algune estudiante distante.
En mi práctica como docente de nivel medio, el desafío de este tiempo estuvo marcado por la búsqueda de caminos de enseñanza aprendizaje que convoquen a mis estudiantes, estuvo centrado en cómo presentar o preparar los contenidos, cómo convocar en este escenario nuevo y diverso. La no presencialidad en el aula y los distintos accesos a las tecnologías de mis estudiantes me llevaron a armar múltiples formas de prácticas de enseñanza. En mi práctica en formación docente, el foco fue acompañar a profesores y profesoras que buscaban capacitación para la emergencia para ellos pensar en cómo convocar a sus estudiantes. En ambos espacios se hizo necesario aceptar la incertidumbre, buscar nuevos caminos para convocar, acompañar y hasta en algunos casos sostener. Y se hizo más fácil cuando el esfuerzo fue colectivo. La experiencia siempre se enriquece cuando se encuentra con otrxs. Otrx para contarle, otrx que nos inspire. Y en estos tiempos fueron las experiencias colectivas y solidarias las que nos fortalecieron, creando juntxs, contando experiencias, cooperando. El desafío está en capitalizar colectivamente lo vivido, ojalá nos demos ese tiempo.
*
Constanza Miscione (@constanzamisc)
es Licenciada
en Psicología (UBA) con especialidad en Educación. Se desempeña
como docente en colegios de nivel medio, asesora pedagógica digital en
GCBA y formación docente en Escuela de Maestros (CABA), INFoD
y OEI.
No hay comentarios:
Publicar un comentario