En este 2014 el Blog espera, una vez más,
incorporar nuevas maneras de reflexionar sobre la Educación y los aprendizajes.
Además de las (ya habituales) notas de opinión, de las entrevistas (a docentes
y estudiantes) y de los textos escritos en colaboración, queremos incorporar textos que reflexionen sobre “cómo aprendemos”.
Como dijimos en una entrada anterior
pareciera ser que much@s docentes
creemos (con las mejores intenciones) que debemos ser facilitadores de los
aprendizajes y obramos o creemos que obramos (en consecuencia) con el objetivo
de que nuestr@s estudiantes aprendan.
Sin embargo, no
tenemos muy en claro “cómo se aprende”, qué hacen nuestr@s estudiantes para
aprender, cómo hacen nuestr@s estudiantes para aprender los contenidos
(disciplinares, actitudinales y de procedimientos) de nuestras materias.
Es por eso que nos proponemos darle una vuelta de
tuerca a esta reflexión a partir de relatos,
en primera persona, que den cuenta de cómo aprendemos o cómo aprenden l@s
estudiantes, con el objetivo de ser mejores facilitadores de esos aprendizajes
(cada vez más significativos) en nuestr@as estudiantes, cada vez más autónomos.
En este caso la reflexión es a partir del relato que gentilmente escribió Federico Arballo *.
Cuando Fede
reflexiona sobre cómo aprende contenidos
escolares nos cuenta que “creo que la metodología y el
tiempo de estudio varía mucho respecto a los contenidos, en mi caso por ejemplo las materias
relacionadas con humanidades tienen cierto atractivo que hace que me resulten
más fáciles de asimilar”.
Fede insiste con una idea que se
repitió en todos los casos de estudiantes que nos contaron “cómo aprenden”: no se estudian (ni se aprenden) igual
contenidos disciplinares diferentes y pone como ejemplo las materias “exactas”:
“El problema surge con las materias exactas, aquí las
metodologías son específicas y “exactas” valga la redundancia, no hay matices,
para lo cual solo conozco una forma de estudiar: practicar y practicar ejercicios. Este es un problema porque todo
el tiempo que no le dedico al estudio de las materias sociales tengo que
dedicárselo a las materias exactas”. Para ayudarnos a aprender o a facilitar
aprendizajes en otr@s, Fede nos da
algunas pistas y nos invita a hacernos algunas preguntas, “Algo que sugiero es plantearse la siguiente pregunta: ¿cómo memorizo?, al momento de tratar
de recordar algo, ¿surge un sonido,
una imagen o un concepto? Esto es algo vital porque
nos da pistas sobre cómo funciona
nuestro cerebro en particular, todos recordamos en todas las formas,
solo que algunos nos destacamos en una más que en otra. Yo tengo memoria
visual, por lo cual las redes conceptuales y el hecho de copiar y “pasar en limpio” las carpetas
resultan ser los métodos más efectivos para estudiar”.
En las palabras anteriores se advierte el valor
que tiene para Fede la posibilidad
de recordar como parte del aprendizaje y la importancia de reflexionar sobre
nuestros propios modos de aprender, es decir, de practicar cierto
meta-aprendizaje. ¿Cuántas de nuestras
propuestas didácticas o de las actividades que (habitualmente) les proponemos a
nuestr@s estudiantes involucran la reflexión sobre sus propios aprendizajes?
A la hora de reflexionar sobre sus métodos de
estudio, Fede resalta el valor que
él le da a la concentración y a la atención en clase, como instancia central en
sus aprendizajes y hace, de paso, una crítica al “sistema educativo”, cuando
nos cuenta que: “Mi principal método de estudio es tan
simple como eficaz: la concentración en
clase. En lo personal creo que uno de los grandes problemas del sistema
de educación actual es la falta de concentración de gran parte de los cursos
(lo cual lleva al resto a “distraerse” y a los profesores a perder tiempo
“retándolos”). Estudio en el momento que tengo al profesor en frente, pregunto todo y cuanto me parece
conveniente o confuso y trato de
participar lo más posible para seguir el hilo de la clase”. ¿Qué quiere decir “estudio en el momento que tengo al profesor en
frente”? ¿Por qué atender y participar en clase facilita aprendizajes en algún@s
estudiantes y en otr@s no? ¿Podemos pensar estrategias que hagan que l@s
estudiantes se concentren más, atiendan más y participen más en clase?
Cuando Fede
compara los aprendizajes “escolares” (o académicos) y “no escolares” (o no
académicos), aparece la “curiosidad”, el interés y una motivación que los
contenidos escolares no siempre generan en l@s estudiantes pero también algo clásico
de las estrategias que usamos para aprender contenidos bien escolares: la
repetición: “En la vida uno siempre se topa con
cierta actividad que, a primera vista, resulta altamente atractiva y genera una
gran curiosidad. Automáticamente
el cerebro pasa a un estado de
aceleración (algo así como un modo esponja) donde intenta asimilar todos
los conceptos y entender todos los pasos en un día. Obviamente a menos que
seamos súper dotados (sin saberlo) nos encontraremos con el hecho de que no lo
somos y que no podemos aprender todo en un solo día, esto podrá frustrarnos y
por eso yo trato controlar este impulso
natural y de canalizar y dosificar
esta energía. En mi opinión y para mi caso el principal método para aprender
algo nuevo como tocar la guitarra, hacer malabares o andar en skate, es el de
la práctica repetitiva y periódica”.
Finalmente, Fede
nos deja una reflexión interesante que demuestra que los aprendizajes que la
Escuela facilita (o intenta facilitar) debieran incluir aprendizajes de
herramientas que luego puedan transpolarse a otras situaciones (de aprendizaje)
y faciliten la autonomía así como la relevancia que tienen l@s otr@s en
nuestros aprendizajes: “Para mí el cerebro es como un músculo, que debe trabajarse de forma periódica y
por períodos de tiempo que no excedan las dos o tres horas (en las
primeras practicas). Quiero decir además, que una de las herramientas que me
dejo el colegio secundario fue la de la atención
en clase. La única diferencia se halla en que las clases que tomo para
aprender cosas nuevas y extracurricularmente son virtuales. Existen millones de
tutoriales de millones de
personas diferentes, y de todo tipo de deporte y actividad, esto me dio la
posibilidad de elegir y poder aprender desde YouTube cosas que luego podía
volcar de una forma segura y más controlada en la vida real. Como parte de este
pensamiento quiero agregar y denotar que todo conocimiento se aprende e incrementa a ritmos sumamente
superiores si se incorporan con otra persona siguiendo nuestros pasos y
hasta algunas veces guiándonos gracias a su experiencia y consejo”.
* Federico Arballo es (@D_Fe_De_D) estudiante
de cuarto año de la Escuela de Educación Técnico
Profesional de nivel medio en Producción Agropecuaria y Agroalimentaria (Facultad de Ciencias
Veterinarias – UBA), tiene 17 años y es oriundo de General San Martin (AMBA). Guitarrista, aikidoca, fanático de las ciencias y de la lectura de todo tipo, historiador free lance y paleontólogo de jardín, scout de toda la vida, gamer hasta la muerte y futuro YouTuber. Futuro título incierto
(digamos que puede ser tanto astronauta como profesor de historia).