jueves, 24 de abril de 2014

Un boomerang lleno de alegría, pasión y aprendizajes.


Bienvenid@s de vuelta al Blog! Mientras iniciamos un nuevo año escolar/académico en el que esperamos seguir reflexionando, seguir discutiendo y seguir (trans)formándonos como docentes (cada vez) más facilitadores de aprendizajes (cada vez) más significativos en nuestr@s estudiantes (cada vez) más autónomos; nos invitamos a releer, cada día, una de las entradas publicadas los años anteriores, como forma de volver a “ponernos” en tema. Para l@s que no las leyeron, éstas podrán ser un (nuevo) disparador para la reflexión y el análisis y para los que sí, es probable que las (re)pensemos desde otro lugar y nos inviten a, (nuevamente) pero de otra manera, reflexionar sobre nuestras prácticas y los aprendizajes.
 
La siguiente entrada fue publicada el Martes 17 de Septiembre de 2013:

Un boomerang lleno de alegría, pasión y aprendizajes. (Entrevista a Daniela Lin)

En su primera reflexión, Daniela resalta el valor formativo de la práctica docente en la (trans)formación integral del estudiante como persona y en la necesidad de que la formación universitaria incluya la mejor preparación para el mundo laboral.


  • Daniela, ¿Qué es para vos “ser docente”?
  • Para mí ser docente es transmitir los conocimientos de determinada disciplina, pero también es acompañar a los estudiantes en su crecimiento como persona. En el caso de los docentes universitarios, permitir que los estudiantes conozcan todos los campos de acción de su profesión y que puedan decidir a cuál de estos campos les gustaría dedicarse, así como ayudarlos dentro de lo posible en su inserción en el mundo laboral, ya que la mayoría empiezan la facultad sin haber trabajado nunca en ningún lugar, y muchos no conocen a otros profesionales de esa área que los ayuden a insertarse laboralmente.


A la hora de pensar en las características que hacen a l@s docentes mejores facilitadores de los aprendizajes de sus estudiantes, Daniela reflexiona sobre cuestiones como la experiencia, la capacidad de formar grupos de trabajo interdisciplinarios (algo que suele ser sumamente difícil pero que sería sin dudas más que útil), la motivación y la capacitación continua de l@s docentes.


  • ¿Qué características creés que debería tener un docente para ser mejor como facilitador de los aprendizajes de l@s estudiantes?
  • Creo que un docente debería tener experiencia en el área de la materia. Por ejemplo, un docente de Semiología debería dedicarse a la clínica y un docente de Nutrición debería trabajar con grandes animales (porque en nuestra facultad esa materia está muy orientada a la producción). Además, en materias que son más específicas de otras carreras, me gustaría que el equipo docente fuera interdisciplinario: integrado por profesionales de las carreras a las que corresponde la materia (Química, Física, Agronomía, etc…) porque podrían profundizar más en ciertos temas, y también por veterinarios que darían un enfoque aplicado a la carrera. Hablando con estudiantes de otras carreras, surge que en muchas facultades los docentes son egresados de la misma facultad en la que dictan clases, y por eso muchas veces saben únicamente los temas correspondientes al programa de la materia y no pueden resolver muchas de las dudas o inquietudes que surgen en los estudiantes. De todas maneras en estos casos está en cada uno de estos docentes buscar información sobre estos temas, capacitarse, intercambiar opiniones con otros profesionales y con docentes de otras facultades, para enriquecer sus clases lo máximo posible.


  • Si tuvieras que recomendarle a l@s docentes un libro, una canción o una película que considerás “relevante” para mejorar la práctica docente, ¿qué libro, canción o película nos recomendarías y por qué?
  • Estuve pensando mucho esta respuesta y, si bien no lo considero “relevante” para mejorar la práctica docente, se me ocurrió la canción “Como boomerang”, de Juan Carlos Baglietto. Elegí esta canción porque me parece que un docente que realmente ama la docencia, espera dar lo mejor de sí mismo para sus estudiantes, para que aprendan todo lo que puedan y para que lo apliquen en las situaciones que les surjan en el futuro (“A vos te presto mi corazón, llevalo por otros mundos y otras distancias y otros amores, llevátelo. A vos te doy mi mejor canción llevala para tu vida…”) y porque en mi experiencia con mis docentes, muchos de ellos estuvieron abiertos a que los ex-alumnos los volviéramos a buscar para consultar dudas, o para contarles alguna situación relacionada con lo que aprendimos con ellos, o simplemente para saludar, así como también muchos de ellos se ocupan de mandarnos mensajes a los ex-alumnos para preguntarnos cómo estamos y ofrecernos su ayuda (“Yo la esperaré despierto otra vez cuando ella quiera volver trayéndome nuevas historias para contar”). Estoy acostumbrada de toda la vida a tener una relación bastante horizontal con mis docentes y creo que eso facilitó mi aprendizaje. Para terminar con esta respuesta me gustaría repetir algo que nos dijo una vez un gran profesor ya jubilado a sus ex-alumnos, después de varios años de egresados: “el saber no es algo solemne y arduo, el saber también es alegría”. Porque estoy convencida de que con alegría durante el aprendizaje, todos aprendemos mucho mejor y buscamos aplicar esos conocimientos con pasión.


Cerrando la entrevista, Daniela vuelve sobre algunos aspectos centrales de la tarea docente y de los aprendizajes: la importancia de un ambiente alegre donde “la pasemos bien”, el cariño y el afecto, el buen clima grupal, el acompañamiento, la relación con otr@s, la motivación y el estímulo para aprender, la (trans)formación personal y profesional, la autonomía y la relevancia de la formación práctica.


  • ¿Cuáles de las prácticas, herramientas, estrategias de tus docentes resultaron más exitosas como instrumentos facilitadores de tus aprendizajes?
  • Básicamente cuando uno la pasa bien en clase y hay una buena relación con los docentes, aprende mejor. Siempre lo pensé y hace unos meses leí que se está estudiado que esto ocurre. Esta semana, estudiando para la facultad, busqué mis apuntes de materias de años anteriores para repasar algún tema y me di cuenta de que cuando la pasaba mejor en una materia, mis apuntes eran mucho más prolijos y completos que en las materias en las que no había tan buen clima grupal. En este tema se podría diferenciar el caso de los docentes de secundaria del caso de los docentes universitarios. Los estudiantes de secundaria tienen una variedad de materias que probablemente no les gusten y está en el docente estimularlos para que se interesen por determinado tema. También puede pasar que los estudiantes se encariñen con algún docente porque los acompaña en su crecimiento y el cariño al docente provoque que estas personas estudien con más ganas determinadas materias; o por el contrario, el rechazo por un docente se refleja en el rechazo hacia la materia que dicta esta persona. Como ejemplo, me acuerdo que el primer día de clases de inglés de 3° año, Pat, la profesora, nos preguntó si nos gustaba su materia. Como a mí no me gustaba, no contesté. Se dio cuenta de que no le había contestado, entonces me preguntó específicamente a mí y cuando le dije que no, me contestó “este año te va a gustar”. Al principio no le creí, pero después sus clases fueron muy entretenidas y su relación con nosotros era casi de amistad. A lo largo del año, Pat nos fue conociendo y fue viendo qué temas le interesaban a cada uno, y a todos nos “enganchaba” desde un tema que nos gustaba, por ejemplo a mí siempre me incentivó para que aprendiera más sobre animales. Con el paso del tiempo me di cuenta de que nunca aprendí tanto inglés como ese año. Algo parecido me pasó en la facultad: un docente casi todas las semanas me mandaba a buscar información sobre algún animal autóctono, para relacionarlo con su materia. Así pude integrar conceptos de distintas unidades de la materia, relacionándolos con un tema de mi interés y además se generó un buen clima grupal, lo cual hacía que yo estudiara la materia con más ganas y así me resultó muy fácil aprobar los parciales, a pesar del poco tiempo que tenía para estudiar.


  • Para terminar, ¿Cuáles son y cuáles “deberían ser”, en tu opinión, los objetivos de la Educación?
  • Como dije anteriormente, creo que los objetivos de la educación dependen del nivel del que se trate. En el caso de que se trabaje con menores de edad creo que es importante acompañarlos en su crecimiento, marcarles aspectos de su comportamiento que podrían afectar su relación con sus pares, estimularlos para que aprendan sobre temas que les interesan. En el caso de la educación universitaria el principal objetivo es formar profesionales, por lo tanto creo que la exigencia tiene que ser máxima (especialmente en carreras en las que directa o indirectamente el mal desempeño del profesional puede afectar a la salud de los demás o al medioambiente) y hay que estimular a los estudiantes para que busquen información por su cuenta, para que se informen sobre los ámbitos en los que se van a desarrollar como profesionales y, en el caso de materias más prácticas que teóricas, hay que enseñar bien las maniobras necesarias, por ejemplo para intubar o para poner un catéter. No alcanza con realizar una maniobra dos veces en un día o en un cuatrimestre, creo que ese tipo de cosas hay que practicarlas durante varios meses para poder realizarlas con éxito una vez recibidos.

*Daniela Lin es estudiante de Veterinaria en la UBA. Actualmente está cursando cuarto año y se desempeña como concurrente en las cátedras de QuímicaBiológica y de Semiología de esta Facultad.

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