martes, 22 de abril de 2014

¿Quién da el primer paso?


Bienvenid@s de vuelta al Blog! Mientras iniciamos un nuevo año escolar/académico en el que esperamos seguir reflexionando, seguir discutiendo y seguir (trans)formándonos como docentes (cada vez) más facilitadores de aprendizajes (cada vez) más significativos en nuestr@s estudiantes (cada vez) más autónomos; nos invitamos a releer, cada día, una de las entradas publicadas los años anteriores, como forma de volver a “ponernos” en tema. Para l@s que no las leyeron, éstas podrán ser un (nuevo) disparador para la reflexión y el análisis y para los que sí, es probable que las (re)pensemos desde otro lugar y nos inviten a, (nuevamente) pero de otra manera, reflexionar sobre nuestras prácticas y los aprendizajes.

La siguiente entrada fue publicada el Martes 3 de Septiembre de 2013:
 
¿Quién da el primer paso?
  
¿Cuántas veces te ocurrió como docente de pensar que las cosas son así y no pueden cambiar porque “las Instituciones” (no sólo educativas) así lo determinan? ¿Cuántas veces pensaste que l@s estudiante no acompañarían los cambios que soñás porque “las Instituciones” (no sólo educativas) así los condicionan? ¿Cuántas veces te imaginaste luchando sólo suponiendo que otr@s docentes no se sumarían porque “las Instituciones” (no sólo educativas) lo impedirían?

¿Cuántas veces te pasó como estudiante de pensar que las cosas no pueden ser de otra manera porque “las Instituciones” (no sólo educativas) así lo determinan? ¿Cuántas veces pensaste que l@s docentes no acompañarían los cambios que soñás porque “las Instituciones” (no sólo educativas) así los condicionan? ¿Cuántas veces te imaginaste luchando sólo suponiendo que otr@s estudiantes no se sumarían porque “las Instituciones” (no sólo educativas) lo impedirían?

Si tu respuesta es “muchas”, “unas cuantas” o (al menos) “algunas”, te invitamos a reflexionar un poco sobre esto y a intentar profundizar en el análisis de la cuestión a partir de una anécdota real que ocurrió hace poco.

Pero antes de la anécdota, es preciso adelantar algo: los sujetos “activos”, “concretos”y “reales” de todas las preguntas con las que iniciamos esta entrada(docentes, otr@s docentes, estudiantes y otr@s estudiantes) somos seres humanos (con algo así como la “condición humana”); con inquietudes, con emociones, con limitaciones, con sueños, con sentimientos y con capacidad de acción y de transformación. Mientas que “el sujeto abstracto” de todos los condicionamientos, los determinantes y los impedimentos de esas mismas preguntas pareciera ser “las instituciones”que, como tales, no pueden actuar si no es a través nuestro, a través de las personas que las integran, aunque a veces les demos una “entidad superior” y un poder al menos discutible. En este sentido, tal vez sea hora de demostrar(nos) que esto puede no ser tan así.

Ahora sí, la anécdota.

Hace poco al pie de las escaleras internas de una institución educativa, un estudiante y un docente charlaban sobre “la Educación”. Resulta ser que el estudiante se había mostrado interesado en la idea de las pedagogías alternativas (siempre resulta curioso esta idea de “alterativas”, ¿alternativas, a qué? y, más importante aún, ¿alternativas, por qué?) y el docente le había recomendado alguna bibliografía y algún que otro video disponible on line (de resultados siempre más “inmediatos” que nuestros queridos libros) con la propuesta de charlar luego para ver qué pensaba el estudiante sobre lo leído o lo visto y de intentar buscar acuerdos y desacuerdos.

A lo largo de la charla (interesante y enriquecedora por donde se la mire) parecía quedar claro algo: ambos se convencían, palabra a palabra y gesto a gesto, que las cosas no necesariamente “deben ser así” y que no son tan ciertos los presupuestos de las preguntas con las que abrimos este texto. Parecía quedar claro que, a pesar de lo complejo de la situación actual de las instituciones educativas y de sus “funciones” no siempre explicitadas ni siempre compartidas por tod@s (aspectos que ya abordamos ampliamente en entradas anteriores de este Blog), las instituciones (educativas) no eran (afortunadamente) tan efectivas en ese condicionamiento, en esas determinaciones, ni en esos impedimentos que presuponían las preguntas del inicio pero sí en el haber generado un (siempre nefasto) “sentido común” que nos hacía creer que efectivamente esto era así.

Afortunadamente no es cierto que “las instituciones” determinen todas nuestras prácticas docentes ni todas las prácticas de l@s estudiantes, ni es cierto que l@s estudiantes y l@s docentes no se sumarían a la (trans)formación de sus colectivos ni acompañarían los cambios que sueñan respectiva y mutuamente docentes o estudiantes. Y existen en el mundo sobrados ejemplos de que esto no es así y de la posibilidad que tenemos las personas que formamos “las Instituciones” de transformarnos y transformarlas.

Lo cierto es que en un momento de la charla, el estudiante (obviamente, ¿quién otro iba a ser?) hizo “la pregunta”:

- “está bien pero, entonces, ¿quién da el primer paso?”.

Y el docente (obviamente, ¿quién otro iba a ser?) se quedó perplejo ante semejante pregunta e intentó una respuesta:

- “Nosotr@s, la respuesta a esa pregunta siempre es nosotr@s”.

Y ese “nosotr@s” es un nosotr@s que nos incluye, nos compromete, nos incomoda, no nos deja dormir tranquil@s. Es como saber algo y no hacer nada, o peor aún, es como saber que ”nosotr@s” podemos hacer algo y no hacer nada.

Pero también ese “nosotr@s” es un nosotros que nos invita a romper con la lógica actual, a animarnos a demostrar(nos) que no es cierto que otr@s docentes y otr@s estudiantes no se sumarían y que no es cierto que “las Instituciones” (aún si se lo propusieran) puedan impedirlo. Es un“nosotr@s” que nos invita (y en algún punto nos obliga) a ser disruptivos y a transformar en actos nuestras ideas y nuestras palabras. Es un “nosotr@s” que nos propone intentarlo con el riesgo y el esfuerzo que eso supone pero con la promesa de la recompensa trasformadora de la realidad.

Entonces, ante semejante desafío, vuelve a surgir la misma pregunta: “¿quién da el primer paso?” y la respuesta a esa pregunta siempre es: “Nosotr@s!!!

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