martes, 9 de octubre de 2018

Hannah Arendt, el mundo, la Vida, los niños y la Educación.



En lo que va de este 2018 tuve la suerte poder de leer más de una docena de libros sobre Educación, sobre aprendizajes o sobre cuestiones relacionadas con la tarea docente. Es bastante común entre l@s que disfrutamos la lectura de textos sobre una temática específica que, mientras leemos dos o tres libros, nos encontremos con que en capítulos diferentes, autores diferentes, hablando de temas diferentes, hacen referencia a una misma cuestión, nos “llevan” a un mismo lugar o nos hacen pensar en una misma idea, pero lo que me ocurrió este año fue (aún) más extraño o particular.

Más de la mitad de los libros que tuve la suerte de leer en lo que va de este año citaban en algún lugar una misma frase de Hannah Arendt. Algunos la utilizaban debajo del título de algún capítulo antes de comenzarlo, otros la elegían para abrir una serie de ideas, otros la incluían como fundamento de alguna argumentación y otros la citaban para (intentar) cerrar un posicionamiento.

Se trata de una frase muy famosa (entre l@s que disfrutamos la lectura de libros o textos de filosofía de la Educación) y, evidentemente, muy citada (entre l@s que disfrutan la escritura de libros o textos de filosofía de la Educación) en la que Hannah Arendt nos interpela a partir de una cierta idea sobre “la Educación”, una cierta idea sobre “los niños”, una cierta idea sobre “la Vida” y una cierta idea sobre “el mundo”.


Es una frase que por su simpleza y su potencia siempre conmueve, emociona, moviliza y que, incluso para l@s que ya la leímos muchas veces, cada nueva lectura nos invita a relerla (una vez más), a repensarla, a repensarnos a nosotr@s mism@s y a repensar nuestra propia práctica docente.

Como estoy bastante seguro de que la mayoría de l@s lectores de #AsíFuimosAprendiendo no están (todavía) entre l@s que disfrutamos la lectura de libros o textos de filosofía de la Educación, ni son (todavía) de l@s que disfrutan la escritura de libros o textos de filosofía de la Educación, me pareció una buena idea, después de leerla y releerla tantas veces este año, compartir con ustedes esta frase que Hannah Arendt escribió en su libro “Entre el pasado y el futuro” (1961) y que dice así:

“La Educación es el punto en el cual decidimos si amamos al mundo lo suficiente como para asumir una responsabilidad por él, y de esa manera salvarlo de la ruina inevitable que sobrevendría si no apareciera lo nuevo, lo joven. Y la Educación también es donde decidimos si amamos a nuestros niños lo suficiente como para no expulsarlos de nuestro mundo y dejarlos librados a sus propios recursos, ni robarles de las manos la posibilidad de llevar a cabo algo nuevo, algo que nosotros no previmos, si los amamos lo suficiente para prepararlos por adelantado para la tarea de renovar un mundo común“.

Nada. Eso. Nada más. Ni nada menos. Hannah Arendt. Una cierta idea sobre “el mundo”. Una cierta idea sobre “la Vida”. Una cierta idea sobre “los niños”. Una cierta idea sobre “la Educación”.

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