martes, 26 de junio de 2018

¿Una escuela que no es escuela? Transformando la experiencia escolar.

En esta primera parte de este nuevo año escolar/académico en el que esperamos seguir reflexionando, seguir discutiendo y seguir (trans)formándonos como docentes (cada vez) más facilitadores de aprendizajes (cada vez) más significativos en nuestr@s estudiantes (cada vez) más autónomos; nos invitamos a releer, cada día, una de las entradas publicadas los años anteriores, como forma de volver a “ponernos” en tema. Para l@s que no las leyeron, éstas podrán ser un (nuevo) disparador para la reflexión y el análisis y para los que sí, es probable que las (re)pensemos desde otro lugar y nos inviten a, (nuevamente) pero de otra manera, reflexionar sobre nuestras prácticas y los aprendizajes.

La siguiente entrada fue publicada el Martes 8 de Agosto de 2017:


         El Miércoles 2 de Agosto se llevo a cabo, en el marco del Programa “Universidad de Buenos Aires para el siglo XXI” la conferencia magistral “¿Una escuela que no es escuela? Transformando la experiencia escolar”, a cargo de la Dra. Lila Pinto, en el aula CITEP.

         Luego de la presentación a cargo de la Secretaria de Asuntos Académicos de la UBA, la Dra. Catalina Nosiglia, y ya en el inicio de la charla (ante un auditorio repleto y muy interesado en la presentación) la Dra. Lila Pinto aclaró que si bien el título de la charla podía parecer provocador (y de hecho lo era) e incluso “confundir” el sentido de la presentación, ella quería “declararse” como “ferviente y apasionada convencida de que las escuelas son importantes”, aunque rápidamente (y antes de que vari@s salieran corriendo) que “estamos ante un momento histórico que nos demanda pensarla distinto”.

         Antes de compartir el caso de la escuela que dirige en MéxicoLila nos empezó a hacer pensar alrededor de algunas preguntas disparadoras:

¿Qué escuela resulta hoy emocional e intelectualmente convocante para docentes y alumnos? ¿Qué escuela somos capaces de imaginar en este tiempo histórico? ¿Cómo podemos orientar nuestros esfuerzos de cambio y mejora hacia nuevas experiencias escolares que conmuevan, convoquen e interpelen genuinamente el ser y el saber en el siglo XXI?

         A la hora de hacer una reflexión sobre “los profesionales del futuro”, Lila Pinto nos recordó el texto “Pulgarcita”, de Michel Serres, y nos mostró el video de un “focus group” de estudiantes de sexto grado respondiendo sobre cómo se imaginaban en el futuro. Cuando nos planteó la necesidad de ofrecerles a l@s docentes tiempos para planificar y repensar su tarea colaborativamente aclaró, de manera enfática, que “hay que ayudarl@s generando dispositivos de intervención relevantes” que contemplen que “las biografías escolares atraviesan la manera en que pensamos lo que hacemos en la Escuela”.

         La parte central de la presentación de la Dra. Pinto (que seguramente encuentren en breve para ver en el site del programa) giró alrededor de la propuesta de “cambiar una pregunta”: la propuesta de dejar de pensar “¿qué hacemos con la tecnología en la escuela?” y empezar a reflexionar sobre “¿qué hacemos con la escuela en una nueva era tecnológica?”. Mientras Lila nos contaba de las cinco dimensiones sobre las que decidieron trabajar la innovación en su Escuela (currículo, espacios, tiempos, evaluación y vínculos), y al igual que durante toda la charla, Cintia Guerrero realizaba una práctica de “facilitación gráfica” que culminó con esta verdadera obra de arte:


        
Finalmente, la Dra. Pinto contó acerca de cómo la reflexión sobre estas cinco dimensiones dieron lugar a cuatro dispositivos: el “Media Lab” (una especie de refundación de la biblioteca escolar), el “Maker Space” (en línea con el movimiento que pretende que l@s usuari@s se apropien de la tecnología y no sólo la consuman), el “Arquitecturas” (basado en la pregunta “¿qué está diciendo nuestro espacio escolar sobre todo lo que queremos hacer?”), y el “e-tolos”.

Antes de terminar la interesante, provocadora y motivadora conferencia, Lila nos dejó una reflexión con la que acordamos fuertemente y que queremos compartir con l@s lectores del #AsiFuimosAprendiendo, a modo de cierre de esta reseña:

“Construir una escuela intelectualmente desafiante y emocionalmente convocante es una escuela que despierta el deseo de enseñar y aprender!”

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