En esta primera parte de este nuevo año escolar/académico en el que esperamos seguir reflexionando, seguir discutiendo y seguir (trans)formándonos como docentes (cada vez) más facilitadores de aprendizajes (cada vez) más significativos en nuestr@s estudiantes (cada vez) más autónomos; nos invitamos a releer, cada día, una de las entradas publicadas los años anteriores, como forma de volver a “ponernos” en tema. Para l@s que no las leyeron, éstas podrán ser un (nuevo) disparador para la reflexión y el análisis y para los que sí, es probable que las (re)pensemos desde otro lugar y nos inviten a, (nuevamente) pero de otra manera, reflexionar sobre nuestras prácticas y los aprendizajes.
La siguiente entrada fue publicada el Martes 2 de Diciembre de 2014:
En este 2014 el Blog espera, una vez más, incorporar nuevas maneras de reflexionar sobre la Educación y los aprendizajes. Además de las (ya habituales) notas de opinión, de las entrevistas (a docentes y estudiantes) y de los textos escritos en colaboración, queremos incorporar textos que reflexionen sobre “cómo aprendemos”.
Como dijimos en una entrada anterior pareciera ser que much@s docentes creemos (con las mejores intenciones) que debemos ser facilitadores de los aprendizajes y obramos o creemos que obramos (en consecuencia) con el objetivo de que nuestr@s estudiantes aprendan.
Sin embargo, no tenemos muy en claro “cómo se aprende”, qué hacen nuestr@s estudiantes para aprender, cómo hacen nuestr@s estudiantes para aprender los contenidos (disciplinares, actitudinales y de procedimientos) de nuestras materias.
Es por eso que nos proponemos darle una vuelta de tuerca a esta reflexión a partir de relatos, en primera persona, que den cuenta de cómo aprendemos o cómo aprenden l@s estudiantes, con el objetivo de ser mejores facilitadores de esos aprendizajes (cada vez más significativos) en nuestr@as estudiantes, cada vez más autónomos. En este caso la reflexión es a partir del relato que gentilmente escribió Federico Arballo *.
Cuando Feder eflexiona sobre cómo aprende contenidos escolares nos cuenta que “creo que la metodología y el tiempo de estudio varía mucho respecto a los contenidos, en mi caso por ejemplo las materias relacionadas con humanidades tienen cierto atractivo que hace que me resulten más fáciles de asimilar”.Fede insiste con una idea que se repitió en todos los casos de estudiantes que nos contaron “cómo aprenden”: no se estudian (ni se aprenden) igual contenidos disciplinares diferentes y pone como ejemplo las materias “exactas”:“El problema surge con las materias exactas, aquí las metodologías son específicas y “exactas” valga la redundancia, no hay matices, para lo cual solo conozco una forma de estudiar: practicar y practicar ejercicios. Este es un problema porque todo el tiempo que no le dedico al estudio de las materias sociales tengo que dedicárselo a las materias exactas”. Para ayudarnos a aprender o a facilitar aprendizajes en otr@s, Fede nos da algunas pistas y nos invita a hacernos algunas preguntas, “Algo que sugiero es plantearse la siguiente pregunta: ¿cómo memorizo?, al momento de tratar de recordar algo, ¿surge un sonido,una imagen o un concepto? Esto es algo vital porque nos da pistas sobre cómo funciona nuestro cerebro en particular, todos recordamos en todas las formas, solo que algunos nos destacamos en una más que en otra. Yo tengo memoria visual, por lo cual las redes conceptuales y el hecho de copiar y “pasar en limpio” las carpetas resultan ser los métodos más efectivos para estudiar”.
En las palabras anteriores se advierte el valor que tiene para Fede la posibilidad de recordar como parte del aprendizaje y la importancia de reflexionar sobre nuestros propios modos de aprender, es decir, de practicar cierto meta-aprendizaje. ¿Cuántas de nuestras propuestas didácticas o de las actividades que (habitualmente) les proponemos a nuestr@s estudiantes involucran la reflexión sobre sus propios aprendizajes?
A la hora de reflexionar sobre sus métodos de estudio, Fede resalta el valor que él le da a la concentración y a la atención en clase, como instancia central en sus aprendizajes y hace, de paso, una crítica al “sistema educativo”, cuando nos cuenta que: “Mi principal método de estudio es tan simple como eficaz: la concentración en clase. En lo personal creo que uno de los grandes problemas del sistema de educación actual es la falta de concentración de gran parte de los cursos (lo cual lleva al resto a “distraerse” y a los profesores a perder tiempo“retándolos”). Estudio en el momento que tengo al profesor en frente, pregunto todo y cuanto me parece conveniente o confuso y trato de participar lo más posible para seguir el hilo de la clase”. ¿Qué quiere decir “estudio en el momento que tengo al profesor en frente”? ¿Por qué atender y participar en clase facilita aprendizajes en algún@s estudiantes y en otr@s no? ¿Podemos pensar estrategias que hagan que l@s estudiantes se concentren más, atiendan más y participen más en clase?
Cuando Fede compara los aprendizajes “escolares” (o académicos) y “no escolares” (o no académicos), aparece la “curiosidad”, el interés y una motivación que los contenidos escolares no siempre generan en l@s estudiantes pero también algo clásico de las estrategias que usamos para aprender contenidos bien escolares: la repetición: “En la vida uno siempre se topa con cierta actividad que, a primera vista, resulta altamente atractiva y genera unagran curiosidad. Automáticamente el cerebro pasa a un estado de aceleración (algo así como un modo esponja) donde intenta asimilar todos los conceptos y entender todos los pasos en un día. Obviamente a menos que seamos súper dotados (sin saberlo) nos encontraremos con el hecho de que no lo somos y que no podemos aprender todo en un solo día, esto podrá frustrarnos y por eso yo trato controlar este impulsonatural y de canalizar y dosificaresta energía. En mi opinión y para mi caso el principal método para aprender algo nuevo como tocar la guitarra, hacer malabares o andar en skate, es el de la práctica repetitiva y periódica”.
Finalmente, Fede nos deja una reflexión interesante que demuestra que los aprendizajes que la Escuela facilita (o intenta facilitar) debieran incluir aprendizajes de herramientas que luego puedan transpolarse a otras situaciones (de aprendizaje) y faciliten la autonomía así como la relevancia que tienen l@s otr@s en nuestros aprendizajes: “Para mí el cerebro es como un músculo, que debe trabajarse de forma periódica y por períodos de tiempo que no excedan las dos o tres horas (en las primeras practicas). Quiero decir además, que una de las herramientas que me dejo el colegio secundario fue la de la atención en clase. La única diferencia se halla en que las clases que tomo para aprender cosas nuevas y extracurricularmente son virtuales. Existen millones detutoriales de millones de personas diferentes, y de todo tipo de deporte y actividad, esto me dio la posibilidad de elegir y poder aprender desde YouTube cosas que luego podía volcar de una forma segura y más controlada en la vida real. Como parte de este pensamiento quiero agregar y denotar que todo conocimiento se aprende e incrementa a ritmos sumamente superiores si se incorporan con otra persona siguiendo nuestros pasos y hasta algunas veces guiándonos gracias a su experiencia y consejo”.
* Federico Arballo es (@D_Fe_De_D) estudiantede cuarto año de la Escuela de Educación Técnico Profesional de nivel medio en Producción Agropecuaria y Agroalimentaria (Facultad de Ciencias Veterinarias – UBA), tiene 17 años y es oriundo de General San Martin (AMBA). Guitarrista, aikidoca, fanático de las ciencias y de la lectura de todo tipo, historiador free lance y paleontólogo de jardín, scout de toda la vida, gamer hasta la muerte y futuro YouTuber. Futuro título incierto (digamos que puede ser tanto astronauta como profesor de historia).
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