En este 2023 el Blog espera, una vez más,
incorporar nuevas maneras de reflexionar sobre la Educación y el estudio.
Además de las (ya habituales) notas de opinión, de las entrevistas (a docentes
y estudiantes), de los textos escritos en colaboración, los #CómoAprende, las
#MicroEntrevistas en video, #LoQueEl2020NosDejó, los #5Libros y los
#Parafraseando, entre otras “secciones”, queremos
incorporar textos que reflexionen sobre “cómo estudiamos”.
Es cierto que no
todes entendemos lo mismo por “estudio” y que este Blog tiene una posición
tomada al respecto, que no sólo no impedirá la expresión de voces en
direcciones contrarias, sino que las tomará como insumos para la discusión y la
reflexión y las pondrá en tensión con las teorías que sostienen nuestra
posición.
Es por eso que nos proponemos darle una vuelta de tuerca a esta reflexión a partir de relatos, en primera persona, que den cuenta de cómo estudiamos o cómo estudian les estudiantes (que, efectivamente, estudian), sin ningún objetivo más que la propia reflexión, en una metáfora (y, tal vez, una reivindicación) del estudio por el estudio mismo.
En este caso la reflexión es a partir del relato que
gentilmente escribió Candela Corvalan *.
Cuando Cande
reflexiona sobre cómo (y dónde) estudia, nos cuenta que “mi espacio de estudio es mi habitación, sentada frente a
mi escritorio hasta que mi espalda empieza a doler y me transporto a la cama.
Para prepararme para la actividad me hago un té (en el que dejo el saquito
dentro de la taza y cuando termino de tomarlo lo reutilizo y me hago un segundo
té), cierro la ventana y la puerta para aislar ruidos y desactivo la red WiFi
del celular de forma que las notificaciones no llegan. Los momentos de mayor
concentración y facilidad para retener datos son durante la madrugada, cuando
todos en la casa están durmiendo y dejan la casa sin movimiento alguno capaz de
perturbarme”.
En las palabras anteriores se advierte la
importancia que tiene la concentración (y la atención) en el “estudio” y la
conciencia del efecto que tienen las “notificaciones” que llegan al celular (todo
el tiempo), generando distracciones e impidiendo el estudio.
Insistiendo con la relevancia de la concentración (y la atención) en el “estudio” y de los efectos de las distracciones sobre el mismo, Cande agrega que: “soy propensa a distraerme con facilidad, la mayoría de las veces son por agentes externos, aunque también reconozco que mi mente es capaz de volar muy alto en momentos en los que no debería. La concentración es mi un punto débil junto con intentar dividir mi atención. Solamente puedo concentrarme en una cosa a la vez”.
Por los mismos motivos, Cande nos cuenta que no suele juntarse a estudiar con amigues ni
estudia “en un Meet” (si es que una reunión “por Meet” puede considerarse un “espacio
de estudio”) porque: “mis amigos son sinónimo de
adrenalina, diversión y tiempo libre, por eso siempre que me invitan a estudiar
con ellos termino rechazando la oferta. No puedo estudiar con tanta efectividad
en un Meet de Google con ellos, que cuando estoy yo sola (excepto por la gata
que duerme en mi cama a espaldas del escritorio)”.
Finalmente, Cande
nos deja su propia concepción del “estudio”
y nos cuenta que: “estudiar podría definirlo de
varias maneras porque mi concepción de ella varía dependiendo de la materia,
del momento en que la practique, del motivo por el cual estoy estudiando, la
forma en que lo hago, con qué elementos y con quiénes. Cualquiera de estas
variantes que sean, todas coinciden en que estudiar es la adquisición de
conocimiento”.
* Candela Corvalan es la más grande de su grupo de amigos y a la vez la más petisa. Tiene 18 años
y va a la Escuela Agropecuaria de la
UBA. Cuando tenía 8 años dijo que
quería ser “doctora de animales”, pero desde hace un par de años se visualiza siendo ingeniera agrónoma,
estando casada, teniendo una bibliotequita llena de libros en el
living de su casa y criando 2 gatos.
Sus amigos le dicen que llegaría a la fama si se hiciera un canal de YouTube,
sostienen firmemente que con su gracia y sentido del humor entretendría con
facilidad a los visualizadores. Posiblemente algún día les cumpla el deseo si
es que encuentra el tiempo y las herramientas adecuadas para hacerlo. En cuanto
a crecimiento personal está tratando de
mejorar sus habilidades sociales. Es por esto que a continuación les deja
su Instagram por si le quieren escribir, seguir o al menos conocer su cara:
@cande.corva.