En este 2023 el Blog espera, una vez más,
incorporar nuevas maneras de reflexionar sobre la Educación y el estudio.
Además de las (ya habituales) notas de opinión, de las entrevistas (a docentes
y estudiantes), de los textos escritos en colaboración, los #CómoAprende, las
#MicroEntrevistas en video, #LoQueEl2020NosDejó, los #5Libros y los
#Parafraseando, entre otras “secciones”, queremos
incorporar textos que reflexionen sobre “cómo estudiamos”.
Es cierto que no
todes entendemos lo mismo por “estudio” y que este Blog tiene una posición
tomada al respecto, que no sólo no impedirá la expresión de voces en
direcciones contrarias, sino que las tomará como insumos para la discusión y la
reflexión y las pondrá en tensión con las teorías que sostienen nuestra
posición.
Es por eso que nos proponemos darle una vuelta de
tuerca a esta reflexión a partir de relatos,
en primera persona, que den cuenta de cómo estudiamos o cómo estudian les
estudiantes (que, efectivamente, estudian), sin ningún objetivo más que la
propia reflexión, en una metáfora (y, tal vez, una reivindicación) del estudio
por el estudio mismo. En este caso la reflexión es a partir del relato que
gentilmente escribió Agustina Di Sario *.
Cuando reflexiona sobre cómo estudia, Agus diferencia
dos “momentos”: uno de lectura (¿y estudio?), más en soledad, y otro de
“repaso” (“para” responder preguntas de exámenes), conversando y discutiendo
(¿lo estudiado?) con otres: “mi manera de estudiar
varía con el tiempo y conmigo, sin embargo hoy en día prefiero estudiar en las
mañanas, ya que encuentro el entorno más tranquilo y mi concentración al
máximo, con un café, que no me puede faltar. Aunque suelo estudiar sola en mi
escritorio o en la biblioteca de la facultad, a la hora de repasar,
especialmente para los finales (en cuya mayoría son orales) prefiero encontrar
un compañero de estudio con quien charlar y discutir”.
Siguiendo con la reflexión sobre sus “maneras” de
estudiar, Agus se da cuenta que el
estudio (la) sorprende, (la) asombra y (le) da ganas de compartir con otres eso
que (se) está estudiando: “lo que hago al estudiar
es leer e intentar entender, pero no en el sentido de entender las palabras en
sí, sino formar conceptos que pueda utilizar e informarme acerca de aquellos temas
que más me interesaron y hasta a veces compartirlos con el resto. Me suelo
asombrar de lo que aprendo y me da ganas de compartirlo”.
Como otres de les estudiantes que nos compartieron
sus ideas en esta “sección”, Agus
considera que estudiar “es un concepto versátil que
cambia con uno mismo, con el tiempo, y con la materia a estudiar; ya que uno no
solo estudia para la escuela o para la universidad sino también para aquellas
cosas que uno desea realizar”. Más allá de esto, Agus nos deja su propia sensación sobre “esto de estudiar” cuando
nos cuenta que “estudiar no es (solamente) sentarse
a aprender un resumen de memoria, sino que es parte de crecer como persona.
Además no solo incluye leer los libros del tema a estudiar sino también,
entenderlos, ampliar sobre éstos, buscar más información acerca del tema,
charlar sobre el tema con otros, incluye discutir y también repensar”. En
las palabras anteriores se advierte que, para Agus, “estudiar” tiene que ver (también) con algo más relacionado
con la “formación” y con el “crecimiento” como personas. Como refiere Jorge Larrosa al reflexionar sobre este tema, Robert Mc Clintok afirmaba que el concepto educativo fundamental es
el estudio (y no la enseñanza ni el aprendizaje) y añadía que “el estudio no tiene que ver con adquirir
conocimientos o competencias, o, en general, con el logro de aprendizajes, sino
con la formación del sujeto y con las transformación de su relación con el
mundo, es decir, con hacerla más atenta, cuidadosa, densa y profunda”. ¿Será que cuando Agus habla
de crecer como personas y de repensar sobre lo que se está estudiando se está
refiriendo, justamente, a esa nueva (más atenta, más cuidadosa, más densa y más
profunda) relación con el mundo?
Volviendo a la escena de estudio, Agus la detalla: “a la hora de estudiar solía utilizar un cuaderno y
lapiceras o fibrones, pero hoy en día utilizo una computadora, en la cual abro
archivos a leer, el temario, googleo términos que no entiendo, escribo archivos
o realizó tareas y a su vez una tablet, donde escribo y leo. Esta herramienta
me permitió tener varios libros a la vez para una sola la materia (además de
poder verlos al mismo tiempo y comparar), lo que encuentro muy útil a la hora
de estudiar”. Si bien el párrafo anterior ubica a la computadora (y a
los libros en formato digital) en un lugar central de esa escena (algo que ya
discutimos en otras entradas y que seguiremos poniendo en tensión), antes de
terminar y en línea con Fernando Bárcena,
que dijo que “la operación de escribir en
cuadernos como la de leer en papel, y no en formato electrónico, es una
operación de resistencia en un mundo hipertecnologizado”, Agus cierra así: “para mí es esencial tener un cuaderno (chico para llevar
conmigo) para anotar preguntas que se me van ocurriendo para releerlas luego”.
Esta idea del “cuaderno de notas” es una idea muy trabajada por Jorge Larrosa que dice que “si el libro es el material de
lectura, el cuaderno es el material de escritura” y que “estudiar es leer anotando o, de otra manera,
la nota de lectura, la notatio, es una de las modalidades de escritura propias
del estudiante” y valora particularmente que los cuadernos, como dice Agus, “se llevan encima”, van y vienen
en las mochila de les estudiantes. De ese modo, sugiere Jorge, “los cuadernos trascienden el tiempo y el espacio del aula”
y tienen algo de instantáneo (en un tiempo y un lugar) pero, también, algo del
orden de la rememoración, de la repetición y de la reflexión. Esa misma
reflexión a la que refiere Agus
cuando dice que “luego” re-lee lo que anotó en su cuaderno “de estudio”.
* Agustina Di Sario es estudiante de veterinaria
en la UBA, le apasionan los animales, su carrera y la ciencia. Es
vegetariana y le encanta aprender cómo funciona "todo".
Le gusta ayudar en todo lo que pueda
y tiene un perro llamado Baloo, al cual ama con todo su corazón.
A veces no sabe cuando callarse y le encanta conocer gente nueva.