En este 2019, el
Blog #AsíFuimosAprendiendo incorpora una nueva “sección” en la que referentes
del campo educativo, docentes y estudiantes nos invitan a leer 5 libros que les
(trans)formaron, les conmovieron, les ayudaron a repensar sus prácticas o que,
por algún motivo, creen que estaría bueno que otres docentes (y otres
estudiantes) preocupades por “la Educación” y los aprendizajes, los leamos.
En esta entrada es
un placer publicar “los 5 libros para tu (trans)formación” de Mariana
Ferrarelli *.
Me
gusta pensar en los libros como una oportunidad para pensar con otros, para
meternos en la cabeza y en los pensamientos del que escribe y encontrar ideas
que no se me ocurrieron o no sé cómo poner en palabras. Los textos siempre
funcionan como una puerta de entrada a un mundo infinito de preguntas,
movimientos, búsquedas. Creo que la lectura es un motor creativo muy potente
que permite transitar caminos a los que no llegaríamos por otros medios. No
somos la misma persona antes que después de leer un libro… al leer se produce
necesariamente una transformación y ya no hay vuelta atrás. Por supuesto que en
algunos casos esa transformación es más profunda y radical que en otros, pero
trato de que haya algún aspecto de lo que leo que me permita hacerme preguntas
sobre mi propia práctica o sobre las ideas que subyacen a mis actividades en
diversos ámbitos. Para quienes trabajamos en educación esta búsqueda permanente
por el sentido de lo que hacemos se enriquece cotidianamente a partir de la
construcción dialógica y la tarea compartida con colegas y alumnxs. Hay una
dimensión política del ser docente que inevitablemente nos pide decisiones y
nos llama a la acción. Aquí es donde algunas lecturas pueden operar no sólo
como disparadores de ideas sino también como inspiración para impulsarnos hacia
el trabajo con otros, un movimiento para acompañar y ser acompañadxs en la
tarea cotidiana, un saber-hacer de artesanxs que se recrea en las palabras y en
los hechos.
“La evaluación como oportunidad”, de Rebeca
Anijovich y Graciela Cappelletti (2017).
Se trata de un libro
profundamente inspirador escrito de manera clara y muy ameno para leer. En él,
tanto Rebeca Anijovich como Graciela Cappelletti nos instan a repensar el lugar
de la evaluación en cualquier nivel educativo en el que trabajemos. Me interesa
particularmente la idea de oportunidad con que las autoras nos invitan a
repensar la evaluación: oportunidad para que lxs alumnxs demuestren comprensión
de maneras diversas y cercanas a sus modos de construir conocimiento; pero
también oportunidad para que lxs docentes nos animemos a transitar caminos
diferentes de los que circulamos en nuestra propia biografía escolar. Aquí el
desafío (¡y la oportunidad!) consiste en desmenuzar y desandar la impronta que
nos deja nuestra escolaridad, para ser otrxs junto a nuestrxs alumnxs, y
dejarnos moldear por la experiencia colectiva junto con ellxs y lxs colegas que
quieran sumarse. Todo esto por supuesto en el marco de una enseñanza que busca
la equidad y el respeto por la heterogeneidad constitutiva de las personas. En
contraste con otras corrientes de trabajo con diversidad que buscan incluir
para uniformizar, las autoras proponen un tipo de enseñanza diferenciadora (más
que diferenciada) que incluye para diversificar, para aprovechar pedagógicamente
las diferencias entre los sujetos; por eso la evaluación es contemplada como
oportunidad para todos y todas, docentes y alumnxs.
“El paréntesis de Gutenberg”, de Alejandro
Piscitelli (2010).
Este es un libro corto que
ya tiene unos años pero cuyo profundo análisis de la cultura digital tanto
dentro como fuera de la escuela sigue vigente. Alejandro Piscitelli nos lleva
por los debates más actuales sobre el rol de la escuela y lxs maestrxs en un
mundo que ha dejado de creer en los libros y en la autoridad del mundo letrado.
Con la cultura digital volvemos a la polifonía y la lógica colectiva de la
cultura oral; al igual que en la era preimpresa, nuevamente es válido
reapropiarnos de textos ajenos, transformarlos y compartirlos con otros para
que la rueda de variaciones y remezclas siga girando. Piscitelli nos recuerda
que con los medios masivos mirábamos y escuchábamos, pero ahora con los medios
post-masivos participamos, o al menos existen canales para hacerlo. La tesis
del Paréntesis de Gutenberg fue formulada originalmente en la Universidad de
Dinamarca del Sur, pero Piscitelli le da una vuelta de tuerca al conectarla con
las prácticas sociales del momento actual y creo que su planteo es en extremo
relevante porque como educadores no podemos estar ajenxs a los modos en que
nuestrxs alumnxs se vinculan y aprenden en la cultura digital.
“rEDUvolution.
Hacer la revolución en la educación”, de María Acaso (2013).
Creo que este libro es la
versión educativa de “Destroza este diario”, de Keri Smith. En él María Acaso
nos propone una serie de pasos y movimientos que nos permiten corrernos del
modelo educativo clásico. La revolución en realidad es silenciosa y ocurre
cuando las prácticas transformadoras se adhieren a los microsespacios en donde
lxs docentes ejercemos nuestra tarea. Para Acaso la verdadera emancipación de
lxs alumnxs ocurre cuando los docentes renunciamos al modelo transmisivo
tradicional pero para eso primero hay que rastrearlo en nuestra biografía y
desarmarlo, desactivarlo. Cada capítulo es una invitación para repensar nuestro
lugar en el aula y recordar que aprender no es lo mismo que estudiar, que
podemos dar clase ‘con la boca cerrada’, desde un lugar periférico, y que la
evaluación, más que herramienta de medición, debe ser un medio para que el
aprendizaje suceda.
“El
año del desierto”, de Pedro Mairal (2005).
¿Qué pasaría si la gran
ciudad que nos cobija comenzara a retroceder en el tiempo hasta convertirse de
nuevo en el poblado vacío y precario que fue originalmente? ¿Cómo sobreviviríamos
en un país devastado por la intemperie que pulveriza edificios, valores y
vínculos sociales? El año del desierto nos ofrece un relato por momentos
disparatado y por momentos trágico de la argentinidad en crisis permanente. A
veces duele mucho ser argentinx. Además de un regalo muy preciado de mi colega
y amiga Lucía De Gennaro, lo considero transformador porque frente al panorama
de abandono que presenta y la extinción de las seguridades más básicas sigo
creyendo que la educación es una herramienta esencial para mantener la
esperanza, la chispa de que el mundo puede ser un poquito mejor a pesar de todo.
“Pedagogías de las diferencias”, de Carlos Skliar (2017).
Creo que Skliar además de
pedagogo es un gran poeta y en este libro confluyen los dos talentos. Desde el
interior mismo de la educación inclusiva se anima a desconfiar de las palabras
y de las categorías con que se nombra lxs sujetxs y se hace referencia a los
propósitos de la educación. Y nos hace una advertencia muy pertinente para
quienes trabajamos dentro de enfoques inclusivos que consiste en tener cuidado
con las trampas de la diferenciación para no prolongar las distancias que
separan el “nosotros” del “ellos”. El principal riesgo de la inclusión es
invisibilizar los conflictos y las tensiones que emergen en el escenario
educativo y en el encuentro con la heterogeneidad. Por eso Skliar nos propone
pensar en clave de alteridad, cuidado del otro, receptividad, atención y
hospitalidad a fin de “generar espacios de libertad y de igualdad donde ir hacia
el encuentro, escuchar, percibir, atender, permanecer y construir una formación
acerca de lo común” (p. 46). Este libro es más bien un tratado sobre cómo ir al
encuentro con la humanidad del otro, cómo sacarnos las máscaras que nos ponemos
para habitar el sistema y acercarnos a colegas y alumnxs desde los afectos,
desde la solidaridad, y compartiendo lo que somos realmente.
* Mariana Ferrarelli (@FerrarelliM) es licenciada en Ciencias de la
Comunicación (UBA) y profesora de
educación media. Se desempeña como facilitadora
tecnológica en el colegio Barker
y dicta cursos de formación docente
en la Universidad de San Andrés y el
Instituto Nacional de Formación Docente
(INFoD).
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