martes, 15 de septiembre de 2020

¿Cómo aprende Bianca? Deconstruyendo las formas de aprender.



En este 2020 el Blog espera, una vez más, incorporar nuevas maneras de reflexionar sobre la Educación y los aprendizajes. Además de las (ya habituales) notas de opinión, de las entrevistas (a docentes y estudiantes), de los textos escritos en colaboración, de las microentrevistas en video y de los #5Libros para tu (trans)formación, queremos seguir (re)pensándonos a partir de textos que reflexionen sobre “cómo aprendemos”.
Como dijimos en entradas anteriores, pareciera ser que muches docentes creemos (con las mejores intenciones) que debemos ser facilitadores de los aprendizajes y obramos o creemos que obramos (en consecuencia) con el objetivo de que nuestres estudiantes aprendan.
Sin embargo, no tenemos muy en claro “cómo se aprende”, qué hacen nuestres estudiantes para aprender o cómo hacen nuestres estudiantes para aprender en nuestras materias.
Es por eso que nos proponemos darle una vuelta de tuerca a esta reflexión a partir de relatos, en primera persona, que den cuenta de cómo aprendemos o cómo aprenden les estudiantes, con el objetivo de ser mejores facilitadores de esos aprendizajes (cada vez más significativos) en nuestres estudiantes, cada vez más autónomes. En este caso la reflexión es a partir del relato que gentilmente escribió Bianca Castellucci *.

Para empezar, Bianca reivindica un término que suele ser bastante atacado (y desde este Blog bastante defendido) que es la “memoria” y, como lo hará en el resto de la entrada empieza a criticar los modos de evaluación: “mi forma de aprender se basa en la memoria y no en el razonamiento. Cuando estudio, releo muchas veces el material para que se me vaya fijando, también me sirve contárselo a alguien y si estudia lo mismo que yo, mejor, así complementamos nuestros aprendizajes. Elijo aprender de memoria porque toda mi vida tuve mucha memoria para todo y sé que no me traiciona, además, algunos docentes buscan exactamente lo que está en el material de estudio y no lo que (en mi caso) la alumna realmente quiere demostrar de su conocimiento del tema a evaluar. Y también porque no me considero una persona que utilice la lógica y temo mucho que mi razonamiento sea erróneo”.

Cuando reflexiona sobre sus aprendizajes “no académicas”, Bianca pone el foco en la perseverancia y en la motivación que le genera el interés por lo que está aprendiendo: “cuando aprendí a andar en bicicleta mantuve, y mantengo, la perseverancia. Me invitan a aprender las cosas que me interesan. Me ambiento en el tema, lo pienso, y resalto en lo que quiero llevarme. Muchos aprendizajes de la vida son mucho más complejos que muchos aprendizajes académicos y para ambos, la perseverancia es un valor que rescato mucho. Pongo en jaque a la perseverancia constantemente para ver que tanto estoy interesada en el tema en particular, si deja de interesarme, dejo de persistir en ello, pero no es opción que sea de mi interés y dejar que mis emociones o circunstancias me desanimen a cumplir mi meta”.

Cuando compara aprendizajes “académicos” y “no académicos”, Bianca incorpora un término fundamental que es el de “experiencia” (aunque lo uso más como una “experimentación”) y profundizando un poco más en estas diferencias, y relacionándolas con la siempre controversial “evaluación”, Bianca vuelve a la carga contra lo que ella denomina “el sistema educativo”: “una de las diferenciases que encuentro es que para el aprendizaje escolar recurro a la memoria y para el aprendizaje de la vida, a la experiencia. No puedo experimentar qué se siente ser una función exponencial y sentir que estoy muy cerca de la asíntota, aunque jamás pueda tocarla (ojalá se pudiera, sería divertido) pero sí puedo experimentar el amor de una amiga, el enojo de mi hermano, el dolor al caerme por dar mis primeros movimientos en la bici o la frustración por no entender el punto isoeléctrico. Y, como mencioné, para los aprendizajes de la vida, en la medida que podemos, elegimos qué llevarnos a nosotros mismos para crecimiento personal mientras que para un parcial, no optas, tenés que incorporarlo aunque sea temporalmente, para que con una pregunta te evalúen si la asíntota de una función exponencial es vertical u horizontal y ya está, una vez pasada la prueba, al sistema educativo no le importa si lo sabés o no. ¡Con saberlo para el Martes 7 de Julio, ya lo sabés! El sistema educativo y la vida nos proponen contenidos para que nosotros, como seres alfabetos, los incorporemos y la diferencia principal entre ambos es que el sistema está lleno de pruebas y la vida de demostraciones de aprendizaje. Las pruebas sirven para que alguien que conozca una materia en especial, seleccione determinados temas y de ellos, las preguntas que a su criterio son las más relevantes plasmados en papel, que, en un breve período de tiempo, te dicen cuanto vales en ese tema. En cambio las demostraciones de aprendizaje sirven para que vos, sí, quién está leyendo esto, te enfrentes al menú variado que te ofrece la vida y mediante el aprendizaje y no un método forzado del mismo puedas experimentar lo que se vive, sin que nadie te esté evaluando ni te ponga un puntaje de ello y que, si alguien lo tiene que hacer, que seas vos bajo tu criterio personal de que realmente aprendiste la lección”.

Finalmente, Bianca nos deja una interesante reflexión (que le generó la propuesta de escribir este texto) para seguir (re)pensado(nos) y repensando nuestras prácticas de enseñanza y una interesante invitación a “deconstruir el aprendizaje”: “Hay una frase de la Universidad Abierta Interamericana que, por más que no esté de acuerdo totalmente con la educación privada, es oportuna al caso y dice ‘Aprender es mucho más que estudiar’. Pero ¿qué es aprender? Aprender es la acción que tiene cada individuo en procesar información, pensarla, analizarla y rescatar algo productivo en ello. Y ¿qué piensa la escuela del término? Que es la acción y el deber del estudiante en procesar como es una función exponencial, pensar la gráfica, analizar el crecimiento y rescatar que el dominio son todos los reales pero ¿no hay ahí un error de concepto? ¿Eso no es estudiar? ¿No es memorizar características de un tema? Nuestro deber, como estudiantes, o como docentes, no es declararle la guerra al sistema educativo sino deconstuir la forma de aprender, cambiarla, innovarla, pensarla, transformarla, para que sea eficiente y productiva”.


* Bianca Castellucci (biancastellucci en Instagram) es alumna de 6 año de la Escuela Agropecuaria de la UBA. Feminista y pensativa, le gusta mucho aprender y formarse todo el tiempo como persona y estudiante. Disfruta mucho de ver películas, leer, dormir la siesta, pasar tiempo con sus gatos, amigxs y familia. Quiere estudiar Biología Celular y trabajar en muchas investigaciones. En algún momento, le gustaría dar una charla TED sobre los errores de la educación secundaria y el impacto en el adolescente.


NdR: Esta entrada fue escrita (y editada) antes de la pandemia de covid-19, su publicación fue postergada por la situación sanitaria y, por eso, no hace referencias a la misma. Tal vez hoy sería escrita de otra forma y diría otras cosas.

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