En este nuevo año escolar/académico en el
que esperamos seguir reflexionando, seguir discutiendo y seguir (trans)formándonos como docentes
(cada vez) más facilitadores de aprendizajes (cada vez) más significativos en
nuestres estudiantes (cada vez) más autónomes; tendremos una entrada nueva el último Martes de cada mes y, para no
aburrirnos entre una y otra, nos
invitamos a (re)leer, cada día, una de las
entradas publicadas los años anteriores. Para quienes no las leyeron, éstas
podrán ser un (nuevo) disparador para la reflexión y el análisis y para quienes
sí, es probable que las (re)pensemos desde otro lugar y nos inviten a,
(nuevamente) pero de otra manera, reflexionar sobre nuestras prácticas y los
aprendizajes.
La siguiente entrada fue publicada el Martes 7 de Agosto de 2012:
En la primera parte de esta entrega,
nos propusimos empezar a reflexionar sobre la manera en que propiciamos
(o no) la (trans)formación de nuestr@s estudiantes en estudiantes (cada
vez) más autónomos y responsables de sus aprendizajes (cada vez) más
significativos y terminamos planteando una pregunta: ¿Cómo
esperamos que nuestr@s estudiantes reflexionen sobre sus aprendizajes y
sobre las estrategias que utilizaron para aprender, si nosotr@s no les
proponemos ninguna actividad que tenga esos objetivos?
Aclarando que este Blog no tiene la más mínima intención de dar recetas (ni soluciones mágicas), fundamentalmente porque no cree que existan, y que estamos convencidos que el meta-aprendizaje es algo que se construye (y se ejercita) constantemente y que se propicia en todo momento (dentro y fuera del aula), en este texto y en el próximo reflexionaremos sobre una actividad/propuesta (más puntual pero no exclusiva ni aislada) que nos sirvió para pensar sobre las estrategias de aprendizaje que utilizan nuestr@s estudiantes y para ponerlas en evidencia, para que ell@s mismos puedan repensarlas.
Para una de las primeras clases de la cursada les propusimos a l@s estudiantes una actividad obligatoria que consistía en leer y estudiar un tema (que era presentado en sólo 2 páginas del libro que usarían mayoritariamente en la cursada) y realizar de manera optativa las siguientes actividades:
· Subrayar o resaltar las ideas principales del tema leído.
· Anotar lo que no se entiende y buscarlo en otras fuentes bibliográficas complementarias.
· Hacer un resumen integrador de media carilla de los conceptos leídos.
· Pensar y redactar 5 preguntas integradoras cuyas respuestas serían un completo resumen del tema.
· Hacer un mapa conceptual (con palabras clave y conectores) que resuma lo leído.
· Escribir un resumen de lo leído, de una carilla, utilizando lenguaje coloquial y palabras propias.
· Copiar una determinada figura del texto y redactar un texto de media carilla que la explique.
· Preparar el tema leído como para exponerlo oralmente.
· Responder una serie de 10 preguntas bien puntuales (tipo cuestionario guía).
· Responder una serie de 5 preguntas bien integradoras.
En la clase evaluamos, de manera grupal, los aprendizajes de contenidos conceptuales para poner en evidencia lo mucho que l@s estudiantes habían “aprendido del tema”, para pasar luego a discutir cómo lo habían logrado: ¿cuáles
de las consignas optativas habían realizado? ¿Cuáles les habían
resultado más útiles y por qué? ¿Qué ventajas y desventajas le
encontraban a las diferentes propuestas?
Por
supuesto que hubo quienes hicieron todas las propuestas (como quien,
para volver a la analogía de la entrega pasada, probó todos los gustos
de helado) y tenían mucho más para aportar, hubo quienes usaron
directamente las estrategias (que por sus propias trayectorias y
experiencias) saben que son las que les resultan más eficientes y hubo
quienes sólo “leyeron” y “estudiaron” el tema pero tenían que pensar, de
todas maneras, cómo lo habían hecho. Entre todos pensamos en la utilidad, personal y colectiva, de estas estrategias y pusimos el tema en evidencia. La
decisión del equipo docente de destinar un tiempo de la clase a una
actividad como ésta ya demostraba, desde un principio, una toma de
posición al respecto.
Para no entrar en cómo se continuó esta actividad en las clases siguientes, les contamos cómo se cerró esa clase: se les pidió a l@s estudiantes que, de manera optativa y anónima, respondieran a las siguientes consignas:
¿Qué sensaciones les dejó esta actividad?
¿Qué utilidad o sentido le encuentran a esta actividad?
Un
primer dato no menor es que el 70% de l@s estudiantes se quedó
(bastante pasada la hora de finalización de la clase) a responder estas
consignas. Para no hacer este post aún más largo y para generar
suspenso, a la manera de los programas de televisión que dejan cosas
para “después del corte”, dejamos las (muy interesantes) respuestas de l@s estudiantes para la tercera parte de este, ya largo, texto.
Continuará…
No hay comentarios:
Publicar un comentario