Los días 10 al 13 de Octubre se llevó a cabo en Buenos Aires el Cuarto Congreso Latinoamericano de Filosofía de la Educación “Desafíos
de la filosofía de la Educación en América Latina: memoria y prospectiva”,
con los auspicios de la Facultad de Ciencias de la Educación (Universidad
Nacional de Entre Ríos), la Facultad de Humanidades (Universidad Nacional de
Salta), la Facultad de Ciencias Humanas (Universidad Nacional del Centro de la
Provincia de Buenos Aires) y Noveduc (Editorial Novedades Educativas).
A priori la idea del Congreso, las actividades
propuestas y la presentación de conferencistas de la talla de Carlos Skliar, Fernando Bárcena o Carlos
Cullen, nos permitían imaginar un escenario
fértil para la (trans)formación individual y colectiva, sobre la que tanto
insistimos desde este (intento de) espacio de comunicación.
El objetivo de esta entrada es contarles algunas
ideas (por supuesto sesgadas y recortadas según nuestros intereses, nuestra
trayectoria y nuestros posicionamientos) sobre las que se reflexionó en (por
razones obvias) sólo algunas de las muchas actividades (conferencias, mesas de
trabajo, seminarios, talleres, actividades culturales) que ocurrían
simultáneamente en varios espacios del Campus
de la Universidad de San Martín (UNSAM) durante más de 10 horas cada día.
La presentación
del Congreso estuvo a cargo de Renato
Huarte Cuellar (presidente de ALFE) y Carlos
Greco (Decano de la Escuela de Humanidades de UNSAM) quien dio la
bienvenida en nombre de esta institución (del conurbano bonaerense) que está
cumpliendo 25 años y tiene una matrícula de 22000 estudiantes, que incluye un
75% de “primea generación de universitari@s”.
Párrafo aparte merece el campus de la UNSAM: un hermoso lugar (limpio y cuidado) que presenta
estructuras recicladas (que aún conserva en tornavías original de los talleres
ferroviarios) combinadas con modernos edificios y laboratorios de investigación
y hasta una carpa de circo. Cada vez que nos ha tocado ir, nos han tratado de
maravilla y se respira un clima de alegría y respeto en toda la comunidad universitaria
que se advierte no sólo en el cuidado del espacio sino también en los rostros
de estudiantes y docentes que, sentados en el pasto, en los bancos, en las aulas,
caminando por los pasillos o estudiando en la (moderna) biblioteca, llenan de Vida
el lugar.
La conferencia
de apertura (“Entre el arraigo y el éxodo, la filosofía de la Educación, en
nuestra América”) estuvo a cargo del Dr.
Carlos Cullen y dejó tantas reflexiones tan interesantes para (re)pensar(nos)
y repensar nuestra práctica que serán presentadas en una próxima entrada.
Respecto a las presentaciones de las mesas de
trabajo lo primero que aparece como reflexión es la alegría de saber que hay mucha gente haciendo (y pensando) muchas
cosas. Por supuesto, algunas mejores y otras peores, algunas con mayor
rigor científico y otras con menor rigor científico, algunas planteadas desde
posicionamientos que un@ comparte más y otras planteadas desde posicionamientos
que un@ comparte menos. Pero es grato saber que son much@s l@s docentes o los “actores”
vinculad@s con el campo educativo que están reflexionando e investigando sobre
su prácticas.
También es interesante romper un poco con esa lógica de docentes que nos juntamos en Congresos
de Educación a reflexionar sobre “lo mal que está la Educación”. En la
mayoría de los Congresos de las demás disciplinas se juntan para mostrar sus
éxitos y sus logros y ni se les ocurriría presentar todas las experiencias que
no resultaron como esperaban. Si bien no coincidimos con esa idea de pensar en
la Educación como la causa y la solución (vaya paradoja) de todos los problemas
de la sociedad y a pesar de ver con buenos ojos nuestra “clásica autocrítica
docente”, celebramos que en estos encuentros también nos hagamos lugar para reflexionar sobre los supuestos que
subyacen a nuestras prácticas.
Ahora sí, nos metemos con las reflexiones más
interesantes o más “radiales”, en términos de haber sido abordadas en varios
espacios desde diferentes lugares, indicando que son cuestiones centrales del debate actual en relación con la filosofía de
la educación en nuestra América. La palabra más repetida a lo largo del
Congreso no fue “Educación”, ni fue “aprendizajes”, ni fue “docente”, ni fue
“filosofía”. La palabra más repetida
fue: “Otro”. Desde este humilde espacio, que pretende semanalmente invitar
a la reflexión, nos alegramos profundamente de este hecho para nada menor, ya
que consideramos que todo lo que hace a
nuestra práctica docente y, por ende, a los aprendizajes de nuestr@s
estudiantes está determinado por una cierta manera de construir al Otro y de
darle al Otro “un lugar”.
Dos ideas aparecieron, abordadas desde diferentes
lugares, a lo largo de varias actividades, indicando que son cuestiones centrales del debate actual
(al menos en el campo de la filosofía de la Educación): la dimensión ético-política de la tarea docente y la construcción del otro en tanto otro.
Así fue como en una de las muchísimas “mesas de trabajo” Alex Cárdenas Guenel (de Chile) nos habló de “El diálogo como fundamento ético de la Educación” y Facundo Giuliano (de Argentina) nos presentó
su trabajo “El totalitarismo de la razón
evaluadora en Educación. Una introducción filosófico-educativa: por un desvío
ético-político”. En el mismo, Facundo nos invitó, con claras referencias a
Hanna Arendt, Carlos Cullen, Jacques Ranciere y Carlos Skliar, a pensar en un desvío que desnaturalice la “dualidad”
educación/evaluación y a concebir la
evaluación como “un acontecimiento que invite a la escucha y permita la
aparición de otro original”. Algo parecido ocurrió en los talleres, como el
taller “La pregunta: instrumento y posibilidad
en la formación docente”, organizado por docentes y estudiantes del Instituto de Enseñanza Superior Alicia Moreau
de Justo, en el que nos invitaron (con interesantes y muy preparadas
actividades) a pensar las posibilidades del diálogo y los “usos” de las
preguntas a partir de una hermenéutica ontológica Gadameriana. Así fue como
pensamos en las “preguntas posibilitadoras y auténticas” (sin respuestas
prefijadas que pueden dar lugar a conocimientos nuevos para los dialogantes) como
“apertura de la Otredad” y en el diálogo “logrado” como un “espacio” en el que hay un conocimiento del Otro pero también
un conocimiento de uno mismo.
El cierre
del Congreso no podía haber sido mejor. El Viernes al mediodía arrancó con la conferencia de cierre “Preguntas y
enseñanzas que vienen de antaño (elogio de una vida filosófica)”, a cargo
de Fernando Bárcena y Carlos Skliar pero nos tenía preparada una sorpresa que nos conmovería a tod@s.
Durante la conferencia Fernando y Carlos nos invitaron a pensar ¿qué preguntas antiguas aún podemos
preguntar(nos)? y así fue como llegaron a tres líneas de preguntas que aún
debieran orientar nuestras reflexiones en el campo de la filosofía de la
Educación:
- ¿Quién sostiene, de verdad, que sin Educación no hay sujeto?
- ¿Cómo y quién sostiene que educar significa salir al mundo (no al mercado) para allí, en esa travesía, aprender el difícil arte de vivir (no de ganarse la Vida)?
- ¿Qué figuras del profesor alimentan esta búsqueda?
Probablemente, como sugirió Carlos Skliar, somos “los que
vamos al aula todos los días” los que sostenemos “esa” Educación y la figura del “maestro” (del Educador)
debería ser “una figura que recupera la
alteridad (del maestro), la anterioridad (no de pasado ni de la herencia pero
si de ese “hemos estado antes en el mundo”) y la conversación (como una conversación
que se aleja del diálogo instrumental y se pregunta, de repente, ¿de qué
estábamos hablando?)”. Pero como les adelantamos, nos aguardaba una hermosa sorpresa: Fernando y Carlos (nos)
habían preparado un cierre de lujo que combinó música, literatura, poesía,
lectura y canción y que provocó la emoción de tod@s l@s que allí estábamos
confirmando eso de la experiencia compartida y del acontecimiento que conmueve y
del que no salimos igual que como entramos porque nos afectó (desde los
afectos) y nos transformó. Pero contarlo
sería inútil y l@s invitamos a que lo vean (y lo disfruten) en este link.
Desde este Blog celebramos y celebraremos la
reflexión sobre la práctica docente, sobre los aprendizajes y sobre la
Educación y alentamos a docentes de todos los niveles educativos a que
participen de todos los espacios de vínculo y comunicación posible. Estamos
convencid@s del valor de este tipo de encuentros en los que podemos compartir
experiencias, ideas y reflexiones, y enriquecer nuestros pensamientos (y
nuestras acciones) con los aportes de colegas de diferentes lugares y variadas
trayectorias. Sin embargo, y como reflexión última pero no final (de este
texto), estamos igual de convencid@s del
valor que también tiene la reflexión de cada docente en su práctica diaria, de
cada equipo docente y de cada institución, puertas adentro, que sin necesidad
de viajar cientos de kilómetros ni de participar de eventos de estas
características será la base para
fundamentar los cambios que nos conduzcan a una Educación más equitativa, a una
práctica docente más innovadora que esté a la altura de los tiempos que nos
tocan y a ser verdader@s facilitadores de aprendizajes
cada vez más significativos en estudiantes cada vez más autónomos.
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