En este nuevo año escolar/académico en el
que esperamos seguir reflexionando, seguir discutiendo y seguir (trans)formándonos como docentes
(cada vez) más facilitadores de aprendizajes (cada vez) más significativos en
nuestres estudiantes (cada vez) más autónomes; tendremos una entrada nueva el último Martes de cada mes y, para no
aburrirnos entre una y otra, nos
invitamos a (re)leer, cada día, una de las
entradas publicadas los años anteriores. Para quienes no las leyeron, éstas
podrán ser un (nuevo) disparador para la reflexión y el análisis y para quienes
sí, es probable que las (re)pensemos desde otro lugar y nos inviten a,
(nuevamente) pero de otra manera, reflexionar sobre nuestras prácticas y los
aprendizajes.
La siguiente entrada fue publicada el Martes 10 de Octubre de 2017:
En sus primeras reflexiones, Sam nos recuerda la importancia de trabajar con l@s estudiantes no sólo los contenidos de la materia sino las herramientas que se pueden usar para aprenderlos. También pone de manifiesto la relevancia de la capacidad observadora de l@s docentes, necesaria para conocer a l@s estudiantes y “evaluarl@s” en un sentido más amplio que aquel que refiere sólo a la toma de exámenes.
- Sam, ¿Qué es para vos “ser docente”?
- Yendo un poco más allá de la definición de libro “quien se dedica a la enseñanza”, para mi ser docente se trata no sólo de transmitir correctamente la materia a dictar, sino también de presentar a los alumnos herramientas de estudio que le puedan servir para otras asignaturas. “Docente” también es quien acompaña y da palabras de apoyo al alumno para que no dé por perdida una materia, a pesar de la dificultad que le genere. Podríamos hacer una analogía con un guía turístico: te presenta y describe un nuevo mundo y cuida que no te pierdas en el camino.
- ¿Qué características creés que debería tener un docente para ser mejor como facilitador de los aprendizajes de l@s estudiantes?
- Ante todo un docente tiene que ser un buen observador, no tiene que quedarse con el resultado de un examen, eso no define al alumno ni a su rendimiento. Es un error frecuente escuchar docentes decir “no estudió por eso no aprobó” olvidando factores externos que pueden haber sido la razón por la cual el alumno “reprobó” el examen. Personalmente creo que en estos casos particulares, convendría que el docente preste una atención especial a esos detalles y ayudé a superar los obstáculos que impiden al alumno el exponerse ante un examen y ver de qué manera minimizar los factores externos que interfieran en su aprendizaje.
A la hora de relatar un episodio que haya sido significativo en su trayectoria educativa, Sam elige contar la manera en que fue cambiando su percepción sobre “l@s docentes” y nos invita a (re)pensar la manera en que, como docentes o como estudiantes, construimos (imaginamos, idealizamos, configuramos, representamos) esa relación docente/estudiante.
- ¿Podrías relatar un episodio significativo de tu experiencia como estudiante en relación a algún docente o a alguna práctica docente?
- Cuando comencé a estudiar en la universidad, veía a un profesor como alguien lejano a mí. Se trataba de una persona que me evaluaba constantemente y que, por su cargo y capacidad, estaba años luz de mi persona. En conclusión estaba ‘idealizando’ a los docentes. Al principio solo compartía mis dudas a los ayudantes y a la hora de rendir finales orales, sufría por tener que enfrentar a los docentes que tanto evitaba en clase. A medida que fui avanzando en la carrera, fui cruzándome con docentes que me ayudaron a “romper” esas barreras imaginarias que yo sola creaba, y comencé a darme cuenta que esa persona a la cual yo no podía enfrentar, era un ser humano más, como yo, que fue estudiante, luego ayudante y finalmente tomó el cargo de docente, en pocas palabras podría ser yo o cualquiera de mis compañeros/amigos en el futuro. Fue clave para mi avance en la carrera pensarlo de esta manera. Y hasta me sacó un peso de encima para rendir más cómoda los exámenes finales orales. Como estudiante, ayudante y futura docente, me gustaría no perder esa calidez con los alumnos, para que ellos se sientan en confianza para presentarme sus dudas y que no haya más “Samantas” que crean que el docente no es sólo quien dicta la clase y luego evalúa, sino quien además acompaña, escucha, sugiere, enseña y quiere que hoy seas alumno, quizás mañana ayudante y si lo desea hasta ser un excelente docente que siga haciendo girar la rueda del aprendizaje. Hoy en día estoy atravesando la aventura de dejar atrás estos miedos y me siento muy a gusto con todo lo recorrido, siempre digo que todo tiene un por qué. Me gusta contar esta anécdota porque me define en lo que quiero llegar a ser y en el deseo de ayudar a que mis futuros alumnos dejes atrás tabúes sobre la relación alumno/docente.
Cerrando la entrevista, Sam vuelve sobre la idea del docente como guía, como acompañante, como motivador y le agrega algo esencial: la contextualización de la Educación en el “mundo” y la importancia de que la Educación nos ayude a prepararnos para vivir mejor (en sociedad) y habitar el mundo de la mejor manera posible.
- Si tuvieras que recomendarle a l@s docentes un libro, una canción o una película que considerás “relevante” para mejorar la práctica docente, ¿qué libro, canción o película nos recomendarías y por qué?
- Como tengo amplio conocimiento en la cultura asiática, el primer título que me viene la cabeza es la novela drama y comedia japonesa Gokusen (basada en un manga). La historia de una joven maestra que tiene el desafío de enfrentar, como primera experiencia en el mundo de la docencia, una clase de alumnos desinteresados en el colegio por razones particulares pero que ella a lo largo de los diferentes episodios logra resolver y genera en los estudiantes el deseo de finalizar los estudios. Es interesante porque nos muestra que a veces no es un tema de comprensión o capacidad, sino de prioridades del alumno. También refleja el abismo que existe entre el mundo de los niños y los adultos.
- ¿Cuáles son y cuáles “deberían ser”, en tu opinión, los objetivos de la Educación?
- La pregunta es amplia y puedo llevarla a distintos rumbos. Desde chica consideré la importancia de una buena educación como puerta de inserción a la sociedad. También siempre fui muy crítica con respeto a los contenidos dictados. Mi experiencia en el secundario me dejó vacía de varias temáticas o prácticas básicas que de grande habría valorado de aprender en su momento, como por ejemplo el armado de un currículum vitae, clases de primeros auxilios, educación vial, etc. Resumiendo, creo que la educación nos debería preparar mejor para salir y enfrentar al mundo, aprovechar tantas horas de estudio para no solo las materias clásicas sino también para generar mejores ciudadanos listos para salir a enfrentar el mundo.
* Samanta Farías (www.xiahpop.com) es estudiante de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UBA, concurrente en la cátedra de Parasitología y aspira a dedicarse a la docencia e investigación. A la par de perseguir este sueño, también dedica tiempo desde el 2008 a su otra pasión, es una de las creadoras, administradora y periodista de XiahPop el primer Magazine online en español dedicado a la cultura y al entretenimiento de Asia, y productora organizadora de eventos culturales sobre Asia, por el que fue nombrada “Embajadora de la cultura coreana en Argentina” por la Embajada Coreana.
APLAUSOS de pie por más Samanta en todos los niveles de educación. Soy una estudiante adulta y como tal siempre pienso que detrás de una aprobado/desaprobado existe un humano que está atravesado por la vida. Me llena el alma de satisfacción leer tan lindos pensamientos.
ResponderEliminarGracias por el comentario! Samanta era estudiante de Vete y, luego de descubrir su vocación docente, se pasó al profesorado y allí está, (trans)formándose para realizar la tarea docente en el nivel medio de la mejor manera... Coincido con tus palabras... Gracias! Salu2!
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