En este nuevo año escolar/académico en el
que esperamos seguir reflexionando, seguir discutiendo y seguir (trans)formándonos como docentes
(cada vez) más facilitadores de aprendizajes (cada vez) más significativos en
nuestres estudiantes (cada vez) más autónomes; tendremos una entrada nueva el último Martes de cada mes y, para no
aburrirnos entre una y otra, nos
invitamos a (re)leer, cada día, una de las
entradas publicadas los años anteriores. Para quienes no las leyeron, éstas
podrán ser un (nuevo) disparador para la reflexión y el análisis y para quienes
sí, es probable que las (re)pensemos desde otro lugar y nos inviten a,
(nuevamente) pero de otra manera, reflexionar sobre nuestras prácticas y los
aprendizajes.
La siguiente entrada fue publicada el Martes 23 de Septiembre de 2014:
Hace poco encontré un video en YouTube que me hizo pensar mucho en la falta de capacidad individual que se generó en los últimos tiempos, y la importancia que esto tiene en la formación de nuevas sociedades.
Si algún profesor entra al aula y ve a todos los alumnos amontonados, siempre resulta la misma secuencia de preguntas y respuestas. El profesor pregunta “¿Que hacen tan al fondo?” y la respuesta que obtiene siempre es “Es que hace frío” o “Nos queremos mucho”. Pero, ¿Se quieren mucho? ¿Se necesitan tanto?
Más pasan los años y cada vez más va desapareciendo la libertad o “auto dependencia” de los alumnos. Muchas veces, el profesor da algún ejercicio en clase, y los alumnos automáticamente se posicionan en grupos de trabajo, y muchas veces en lugar de recurrir al docente, recurren a sus compañeros. Esta actitud es muy buena para el fomento social y la transmisión de conocimientos de una persona a otra, pero llega un punto en el que se vuelve rutina. Es aquí cuando el docente debe saber decir que no. Mientras más va ocurriendo esto, luego pasará a ocurrir fuera del aula, donde los alumnos se piden las tareas y trabajos, no solo para “copiarse” (lo cual no estaría mal), sino para “entender”. Esto también es muy bueno, claro, pero el hecho de que el alumno no pueda hacer un trabajo por su cuenta por que no entiende algo que el profesor presuntamente dijo, da a conocer la falta de atención o mala explicación de estos mismos. Con este punto de vista, creamos una sociedad de “dependencia social”.
El mayor problema es, para mí, que todos mezclamos dos factores dentro del ámbito educativo: el aprendizaje y la socialización. La mayoría de las veces, los alumnos piden hacer los trabajos en conjunto por el simple hecho de poder seguir charlando con el compañero u otra cuestión, por lo que terminan dejando de lado el trabajo, y haciéndolo a las apuradas en las últimas instancias. Lo mismo puede pasar tranquilamente cuando uno posee una tarea individual, se puede quedar colgado haciendo otra cosa o simplemente dejarlo pasar, pero cuando uno se sienta a trabajar, “expone” sus propios conocimientos en todo su potencial (utópicamente hablando) y realiza una actividad exclusivamente suya (ya sea que la haya estudiado, leído en internet, copiado de otro, etc.), pero todo el mérito, ya sea académico o de valor intelectual se lo lleva él y el que aprende (o no) tanto los contenidos disciplinares como las herramientas que utilizó para aprender es él mismo. Otro factor que puede ser la causa de la escasez de trabajo individual que hay en el ambiente escolar, es la decisión de algunos profesores de reducir el número de trabajos a corregir.
Con este argumento quiero decir que, en el futuro, los alumnos deberán llevar a cabo sus propios trabajos, por más que el trabajo en equipo es algo muy importante para cualquier carrera que se escoja, siempre habrá un momento en el que un individuo deba trabajar por sí solo. Para estos casos, si una persona se formó de pequeña siempre trabajando en conjunto, no va a estar preparado para poder confrontar la realidad en un futuro.
No estoy diciendo que el trabajo en conjunto sea malo, al contrario, puede ser muy útil, más para formar un grupo, se requiere un conjunto de individuos.
En conclusión, los docentes (que aún no lo hacen) deberían empezar a hacer las clases más “mixtas” en cuanto a trabajo individual y grupal, ya que la función de la escuela es capacitar al alumno, no simplemente “aprobarlos a todos juntos”.
* Tomás Vichachi (@IamVichachiYeah) es un ex estudiante de la Escuela de Educación Técnico Profesional de nivel medio en Producción Agropecuaria y Agroalimentaria. Apasionado por el Cine, y aspirante a guionista. En su tiempo libre intenta escribir guiones e historias.
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