En la primera parte de esta entrega, nos
propusimos empezar a reflexionar sobre la manera en que propiciamos (o no) la
(trans)formación de nuestr@s estudiantes en estudiantes (cada vez) más
autónomos y responsables de sus aprendizajes (cada vez) más significativos y
terminamos planteando una pregunta: ¿Cómo esperamos que nuestr@s estudiantes
reflexionen sobre sus aprendizajes y sobre las estrategias que utilizaron para
aprender, si nosotr@s no les proponemos ninguna actividad que tenga esos
objetivos?
Aclarando que este
Blog no tiene la más mínima intención de dar recetas (ni soluciones
mágicas), fundamentalmente porque no cree que existan, y que estamos
convencidos que el meta-aprendizaje es
algo que se construye (y se ejercita)
constantemente y que se propicia en
todo momento (dentro y fuera del aula), en este texto y en el próximo reflexionaremos
sobre una actividad/propuesta (más
puntual pero no exclusiva ni aislada) que nos sirvió para pensar sobre las estrategias de aprendizaje que utilizan nuestr@s
estudiantes y para ponerlas en evidencia,
para que ell@s mismos puedan repensarlas.
· Subrayar o resaltar las ideas principales del tema leído.
· Anotar lo que no se entiende y buscarlo en otras fuentes
bibliográficas complementarias.
· Hacer un resumen integrador de media carilla de los conceptos
leídos.
· Pensar y redactar 5 preguntas integradoras cuyas respuestas serían
un completo resumen del tema.
· Hacer un mapa conceptual (con palabras clave y conectores) que
resuma lo leído.
· Escribir un resumen de lo leído, de una carilla, utilizando
lenguaje coloquial y palabras propias.
· Copiar una determinada figura del texto y redactar un texto de
media carilla que la explique.
· Preparar el tema leído como para exponerlo oralmente.
· Responder una serie de 10 preguntas bien puntuales (tipo
cuestionario guía).
· Responder una serie de 5 preguntas bien integradoras.
En la clase evaluamos,
de manera grupal, los aprendizajes de
contenidos conceptuales para poner en evidencia lo mucho que l@s
estudiantes habían “aprendido del tema”, para pasar luego a discutir cómo lo habían logrado: ¿cuáles de las consignas optativas habían
realizado? ¿Cuáles les habían resultado más útiles y por qué? ¿Qué ventajas y
desventajas le encontraban a las diferentes propuestas?
Por supuesto que hubo quienes hicieron todas las
propuestas (como quien, para volver a la analogía de la entrega pasada, probó
todos los gustos de helado) y tenían mucho más para aportar, hubo quienes
usaron directamente las estrategias (que por sus propias trayectorias y
experiencias) saben que son las que les resultan más eficientes y hubo quienes
sólo “leyeron” y “estudiaron” el tema pero tenían que pensar, de todas maneras,
cómo lo habían hecho. Entre todos
pensamos en la utilidad, personal y colectiva, de estas estrategias y pusimos
el tema en evidencia. La decisión del equipo docente de destinar un tiempo
de la clase a una actividad como ésta ya demostraba, desde un principio, una
toma de posición al respecto.
Para no entrar en cómo se continuó esta actividad
en las clases siguientes, les contamos
cómo se cerró esa clase: se les pidió a l@s estudiantes que, de manera
optativa y anónima, respondieran a las siguientes consignas:
¿Qué sensaciones les dejó
esta actividad?
¿Qué utilidad o sentido le
encuentran a esta actividad?
No hay comentarios:
Publicar un comentario