En este nuevo año escolar/académico en el
que esperamos seguir reflexionando, seguir discutiendo y seguir (trans)formándonos como docentes
(cada vez) más facilitadores de aprendizajes (cada vez) más significativos en
nuestres estudiantes (cada vez) más autónomes; tendremos una entrada nueva el último Martes de cada mes y, para no
aburrirnos entre una y otra, nos
invitamos a (re)leer, cada día, una de las
entradas publicadas los años anteriores. Para quienes no las leyeron, éstas
podrán ser un (nuevo) disparador para la reflexión y el análisis y para quienes
sí, es probable que las (re)pensemos desde otro lugar y nos inviten a,
(nuevamente) pero de otra manera, reflexionar sobre nuestras prácticas y los
aprendizajes.
La siguiente entrada fue publicada el Martes 11 de Junio de 2013:
Ya
en su primera respuesta, Carlos deja en claro desde qué lugar habla y
en qué lugar se ubica para practicar la docencia: en el lugar de una
persona (incompleta) cuya tarea es acompañar a otra persona (también
incompleta).
·Carlos, ¿Qué es para vos “ser docente” y cuáles son tus objetivos cuando comenzás una cursada?
·Ser
docente es participar en la formación de una persona, como lo hace un
padre, un familiar, un amigo. Mis objetivos se basan en orientar a los
estudiantes para que ellos puedan hacerse del nuevo conocimiento,
acompañarlos en ese trayecto, mostrarles mis limitaciones y que ellos
descubran las suyas.
A
la hora de hablar de las características de l@s docentes que nos hacen
mejores facilitadores de los aprendizajes de nuestr@s estudiantes,
Carlos relativiza (en concordancia con lo que muchas veces planteamos en
este Blog) los conocimientos disciplinares o las aptitudes específicas
del campo de estudio de la materia para darle un lugar de relevancia y
centralidad al sentimiento, al compromiso, a la motivación y al vínculo
humano.
·¿Qué características creés que debería tener un docente para ser mejor como facilitador de los aprendizajes de l@s estudiantes?
·Antes
se esperaba que el docente fuera el más destacado en su labor
profesional y de investigación, el más antiguo, con más trayectoria, con
más cargo institucional. Creo que todas estas cualidades complementan
la labor docente pero no son las principales características a la hora
de facilitar aprendizajes. Considero que las características personales
son el principal motivo para poder cumplir con nuestra tarea. Quien
quiera involucrarse en la formación de una persona, primero lo tiene que
sentir como tal: tiene que estar convencido y comprometido con el reto
diario, debe ser auténtico, debe ser transparente (con todo lo que
implica este término), se le deben notar sus limitaciones, sus errores y
sus aciertos, sus alegrías y sus tristezas, se debe entregar todo, sin
prejuicios, sin máscaras, sin armaduras, sin hipocresía. Esto es básico y
elemental para poder involucrarte con las personas, y poder cosechar
frutos al final del día de labor docente.
Carlos
nos recuerda el valor de la mejora constante de nuestra práctica, un
eje que no debemos abandonar ya que es nuestra propia (trans)formación
permanente la que nos hace mejores a la hora de realizar la tarea de
facilitar la (trans)formación de nuestr@s estudiantes.
·Carlos, ¿Cuáles “deberían ser”, en tu opinión, los objetivos de la Educación?
·Mejorar
todos los aspectos cualitativos de la educación, garantizando los
parámetros más elevados, para conseguir resultados de aprendizajes
reconocidos y mensurables; especialmente en lectura, escritura,
matemática y competencias prácticas.
·Si
tuvieras que recomendarle a otr@s docentes un libro, una canción o una
película que considerás “relevante” para mejorar nuestra práctica
docente, ¿qué libro, canción o película nos recomendarías y por qué?
·Les recomendaría “Stand and deliver”. Esta película me hizo descubrir que lo que yo había elegido como trabajo en esta sociedad, era mi vocación.
Para
terminar Carlos, que es un experimentado docente con una vasta
formación en Ciencias de la Educación, nos propone repensar nuestras
prácticas apartir
de dos conceptos interesantes e importantes: los aprendizajes previos y
las analogías. Los aprendizajes previos como estructurantes de la
construcción (o como el propio Carlos dice: “re-estructuración” de los
conocimientos previos a partir de los nuevos) y el uso de analogías,
metáforas y ejemplos como elementos que facilitan los procesos
neurocognitivos que hacen a esa “re-construcción”.
·¿Cuáles
de tus propias prácticas, herramientas o estrategias resultan más
exitosas como instrumentos facilitadores de los aprendizajes de tus
estudiantes?
·A mí me sirve muchísimo trabajar desde la base de los conceptos sostén que darán apoyo a los nuevos aprendizajes sustentables; en
los que la información recogida, o parte de ella, es apropiada como un
nuevo conocimiento, aumentando la red de conocimientos previos. Esta
construcción nueva es, simultáneamente, una reestructuración de la
estructura cognitiva previamente existente, a través de la
(re)significación de aquellos conceptos sostén que sirvieron de nexo
para la incorporación del nuevo conocimiento. En base a esto, utilizo
mucho en mis prácticas docentes las comparaciones analógicas. La
utilización de las comparaciones en sus distintas modalidades
(metáforas, símiles, etc.), compone una actividad espontánea a la hora
de dar sentido a lo desconocido. El rito de “técnicas de abstracción”
tales como analogías, imaginería,experimentos
imaginarios y análisis de casos límite, han jugado un papel central en
la construcción de nuevas representaciones científicas. Fijate que los
“científicos” las emplean ordinariamente a la hora de elaborar y
presentar sus teorías y constituyen un recurso habitual del lenguaje
científico y cotidiano. Tal es así que mi padre espiritual docente es
David Paul Ausubel.
* Carlos Blasi es docente e investigador en la Universidad de Buenos Aires. Es Profesor Nacional de Ciencias Naturales (J.V. González), Médico Veterinario (UBA), Docente Autorizado de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UBA, Especialista en Docencia Universitaria y Magister en Docencia Universitaria (UTN). Se desempeña como profesor adjunto de Física Biológica en la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UBA y como profesor asociado de Física General y Biológica en la Facultad de Ciencias Agrarias de la UCA; es profesor secundario en la Escuela de Educación Técnico Profesional de nivel medio en Producción Agropecuaria y Agroalimentaria (UBA) y en el Colegio Pestalozzi.
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