En esta primera parte de
este nuevo año
escolar/académico en el que esperamos seguir
reflexionando, seguir discutiendo
y seguir (trans)formándonos como
docentes (cada vez) más facilitadores de aprendizajes (cada vez) más
significativos en nuestr@s estudiantes (cada vez) más autónomos; nos invitamos a releer, cada día, una
de las entradas publicadas los años anteriores,
como forma de volver a “ponernos” en tema. Para l@s que no las leyeron, éstas
podrán ser un (nuevo) disparador para la reflexión y el análisis y para los que
sí, es probable que las (re)pensemos desde otro lugar y nos inviten a,
(nuevamente) pero de otra manera, reflexionar sobre nuestras prácticas y los
aprendizajes.
La siguiente entrada fue publicada el Martes 4 de Julio de 2017:
En sus primeras reflexiones, Sofi nos recuerda que el rol del docente lejos de ser el tradicionalmente aceptado “rol del enseñar” y algo más cerca de ser el “rol de acompañar en los aprendizajes”, parece tener más que ver con el de conmover (enternecer, provocar emociones, perturbar, inquietar, estremecer, hacer temblar, mover fuertemente) y (trans)formar a l@s estudiantes.
- Sofi, ¿Qué es para vos “ser docente”?
- Para mí el docente es aquel que logra llegarles a los chicos. Es esa persona que logra que salgamos distintos cuando toca el timbre, que nos hace crecer, pensar. Docente no es el que está recibido, o el que tiene linda letra en el pizarrón. Docente es el que nos mira a los ojos y nos enseña esas cosas que tanto hacen falta; la curiosidad, el deseo de aprender, de mejorar, pero no por uno mismo, al contrario. El deseo de ser mejores por el resto, por la sociedad, por el futuro. Cambia en cada uno de nosotros la forma de ver el mundo y eso, afortunadamente, es irreversible.
- ¿Cuáles son tus objetivos/propósitos/expectativas de logros cuando comenzás una cursada?
- Mis objetivos en general tienden a ser prácticos; me gusta encontrarle una aplicación en el mundo real (si es que se le puede decir así) a los conocimientos que adquiero en el aula. Disfruto salir de ésta pensando en lo que acabo de ver, y haciendo mis propias conjeturas. Siento que me saltee una parte que considero obvia pero no por eso menos fundamental que es la de mí deseo de aprender. Aprender es, sin lugar a dudas, mi mayor expectativa siempre que comienzo una cursada.
A la hora de pensar en las características que deberíamos tener l@s docentes, Sofi rescata la paciencia como un indicador de vocación y el pensamiento crítico como una invitación (aunque suene redundante) al pensamiento crítico.
- ¿Qué características creés que debería tener un docente para ser mejor como facilitador de los aprendizajes de l@s estudiantes?
- Un docente debe ser paciente, crítico y debe tener una mente abierta. La paciencia es una característica que admiro mucho y que considero que demuestra mucha vocación. El interés de que un chico aprenda, no importa si tarda una hora, un día o un año, es un valor que siempre me sorprende. Ser crítico siento que es importante para lograr lo mismo en el alumno, instalar un pensamiento que incite a reflexionar. Y la mente abierta se podría llamar también aceptación, el alumno debe poder confiar en su docente y saber que no va a ser juzgados si no comprendidos.
Cerrando la entrevista, Sofi profundiza sobre un tema que nos (pre)ocupa y sobre el que ya discutimos (y seguiremos discutiendo) mucho en este Blog: la evaluación. Esa evaluación que lejos de servir para mejorar los procesos de enseñanza, para ajustar expectativas, para reflexionar sobre los aprendizajes, estandariza, clasifica y estigmatiza a l@s estudiantes al mismo tiempo que deforma todo el proceso de enseñanza cuando éste se somete a la lógica de la evaluación actual perdiendo de vista los sentidos del hecho educativo.
- Si tuvieras que hacer una propuesta de cambio concreto que pudiera aumentar el compromiso, la motivación y la participación tuya y de tus compañer@s, ¿qué propondrías y por qué?
- Aunque modifiquemos todo el sistema de enseñanza, si mantenemos la forma de evaluación, me atrevo a decir, arcaica que existe hoy en día es imposible que avancemos mucho. Un alumno se siente definido, encasillado por su nota, que es obtenida de una prueba estandarizada en la que no se tiene en cuenta sus capacidades, sino que se evalúa con un criterio general. Hay una frase que a mí me gusta mucho que es “Todos somos genios, pero si juzgas a un pez por su habilidad de trepar árboles vivirá toda su vida pensando que es un inútil”. Esa frase resume todo, el sistema de educación actual no se concentra en averiguar e incentivar el potencial de cada chico, sino que los moldea, los acomoda, los recorta, para que sean y piensen de una determinada manera. Así, un chico extremadamente creativo pero muy malo en matemática no es considerado inteligente, aunque en la misma situación pero a la inversa sí lo es. Tal vez deberíamos comenzar a plantearnos como sociedad que es lo que consideramos inteligente, y fundamentalmente que es lo que consideramos aprender.
- ¿Cuáles son y cuáles “deberían ser”, en tu opinión, los objetivos de la Educación?
- Actualmente los objetivos de la educación que observo son la producción (sí, producción) de adultos que sean “funcionales” en el mundo que viene luego de la educación. Ahora, considero que los objetivos deberían ser la formación y transformación de los niños en adultos independientes, creativos, felices. Creo que el objetivo principal de la educación es darle a las futuras generaciones las herramientas para cambiar la sociedad, para mejorarla, para superarnos a nosotros mismos. Debería inculcar no competencia e individualismo sino un sentimiento de sociedad, de hermandad.
* Sofía Zibecchi (@sofi_zibecchi) tiene 16 años y es alumna del Colegio Federico García Lorca. Actualmente cumple el rol de presidenta del Centro de Estudiantes. Se considera una fanática de la política, los libros, la música y la fotografía. Disfruta mucho de sentarse a escribir (http://paisdelasalegorias.blogspot.com.ar/), así como también de ponerse a cocinar. Se define como una empedernida feminista y peronista.
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