En esta primera parte de este nuevo año escolar/académico en el que esperamos seguir reflexionando, seguir discutiendo y seguir (trans)formándonos como docentes (cada vez) más facilitadores de aprendizajes (cada vez) más significativos en nuestr@s estudiantes (cada vez) más autónomos; nos invitamos a releer, cada día, una de las entradas publicadas los años anteriores, como forma de volver a “ponernos” en tema. Para l@s que no las leyeron, éstas podrán ser un (nuevo) disparador para la reflexión y el análisis y para los que sí, es probable que las (re)pensemos desde otro lugar y nos inviten a, (nuevamente) pero de otra manera, reflexionar sobre nuestras prácticas y los aprendizajes.
La siguiente entrada fue publicada el Martes 12 de Agosto de 2014:
Los días 5 y 6 de Agosto se llevaron a cabo en la ciudad de Buenos Aires las X Jornadas de Material Didáctico y Experiencias Innovadoras en Educación Superior, en el marco de la celebración de los 30 años del Ciclo Básico Común (CBC), por estos días tan cuestionado y puesto en debate.
A priori la idea del Congreso, las actividades propuestas y la presentación de conferencistas y coordinadores como Carina Lion, Adriana Schnek o Isabel Aval de Hevia, nos permitían imaginar un escenario fértil para la (trans)formación individual y colectiva, sobre la que tanto insistimos desde este (intento de) espacio de comunicación.
El objetivo de esta entrada (en dos partes para que no sea tan larga) es contarles algunas ideas (por supuesto sesgadas y recortadas según nuestros intereses, nuestra trayectoria y nuestros posicionamientos) sobre las que se reflexionó en (por razones obvias) sólo algunas de las muchas actividades (conferencias, ponencias, posters, talleres, etc…) que ocurrían (a veces) simultáneamente en las aulas del Centro Universitario Regional Paternal, ubicado entre las Facultades de Agronomía y Veterinaria de la UBA.
Claro que no todas son rozas ya que muchas presentaciones distaron mucho de ser “relatos” de experiencias pedagógicas innovadoras o del desarrollo de materiales didácticos innovadores y se parecieron más a la clase en sí misma. Si l@s docentes no sabemos diferenciar entre el relato de una experiencia innovadora y la “replicación” in vivo de una parte de una clase (supuestamente) innovadora y somos incapaces de respetar el tiempo de una ponencia (supuestamente) preparada, tenemos un problema grave. Si bien, entre “clases de su disciplina” o relatos de los objetivos disciplinares, se presentaron algunos interesantes relatos de experiencia, muchos de ellos evidenciaron muy poco marco teórico y aún menos reflexión sobre las experiencias.
Como ya es costumbre en los eventos de esta naturaleza, la impuntualidad en el inicio de las sesiones y los oradores que no respetan los tiempos asignados, confirman lo difícil que es para algún@s docentes respetar las planificaciones. Otra cuestión que opacó en parte el desarrollo de las Jornadas es, como ocurrió en varios debates, que l@s docentes no se escuchan. Cada un@ dice algo que quería decir (o contar algo supuestamente valioso que está haciendo, con sobreutilización de la palabra “yo”), sin importar lo que se dijo ni el contexto de la discusión.
Respecto a las presentaciones lo primero que aparece como reflexión es la alegría de saber que hay mucha gente haciendo muchas cosas. Por supuesto, algunas mejores y otras peores, algunas con mayor rigor científico y otras con menor rigor científico, algunas planteadas desde posicionamientos que un@ comparte más y otras planteadas desde posicionamientos que un@ comparte menos. Pero es grato saber que son much@s l@s docentes (por supuesto no tod@s los asistentes al Congreso ni mucho menos) que están reflexionando e investigando sobre su prácticas.
También es interesante romper un poco con esa lógica de docentes que nos juntamos en Congresos de Educación a reflexionar sobre “lo mal que está la Educación”. En la mayoría de los Congresos de las demás disciplinas se juntan para mostrar sus éxitos y sus logros y ni se les ocurriría presentar todas las experiencias que no resultaron como esperaban. Si bien tenemos nuestros reparos sobre el hecho de pensar en la Educación como la causa y la solución (vaya paradoja) de todos los problemas de la sociedad y a pesar de ver con buenos ojos nuestra “clásica autocrítica docente”, celebramos que en estos encuentros también nos hagamos lugar para compartir aquello que sí nos está funcionando para cumplir con determinados objetivos o para reflexionar sobre los supuestos que subyacen a nuestras prácticas.
Ahora sí, nos metemos con las reflexiones más interesantes o más “radiales”, en términos de haber sido abordadas en varios espacios desde diferentes lugares, indicando que son cuestiones centrales del debate actual, al menos entre l@s docentes del CBC, que fueron la enorme mayoría de l@s asistentes al evento. La palabra más repetida a lo largo del Congreso no fue “Educación”, ni fue “aprendizajes”, ni fue “docente”, ni fue “docencia”. La palabra más repetida fue: “mediación”. Desde este humilde espacio, que pretende semanalmente invitar a la reflexión, nos alegramos profundamente de este hecho para nada menor, ya que consideramos que pensar la mediación (y el vínculo) que se construye entre los sujetos y con el conocimiento es una interesante puerta de entrada al análisis de situaciones más complejas. En este sentido, fueron varios los momentos de las reflexiones en que l@s disertantes nos invitaban a pensar las mediaciones y la distancia entre “lo que se enseña” y “lo que se aprende”.
La idea es profundizar estas (y otras) cuestiones y contarles algunos ejemplos de lo discutido en el evento pero para eso habrá que esperar a la entrega de la semana que viene…
CONTINUARA…
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