Bienvenid@s de vuelta al Blog! Mientras iniciamos un nuevo año escolar/académico en el que esperamos seguir reflexionando, seguir discutiendo y seguir (trans)formándonos como docentes (cada vez) más facilitadores de aprendizajes (cada vez) más significativos en nuestr@s estudiantes (cada vez) más autónomos; nos invitamos a releer, cada día, una de las entradas publicadas los años anteriores, como forma de volver a “ponernos” en tema. Para l@s que no las leyeron, éstas podrán ser un (nuevo) disparador para la reflexión y el análisis y para los que sí, es probable que las (re)pensemos desde otro lugar y nos inviten a, (nuevamente) pero de otra manera, reflexionar sobre nuestras prácticas y los aprendizajes.
La siguiente entrada fue publicada el Martes 14 de Mayo de 2013:
Al comienzo de la entrevista, Miguel propone responsabilidades compartidas por docentes y estudiantes y pone de manifiesto el valor (pedagógico) de la duda y la relevancia del planteo de preguntas y de la búsqueda de respuestas.
·Miguel, ¿Cuáles son tus objetivos cuando comenzás una cursada?
·Los objetivos que yo tengo cuando comienzo una cursada son aquellos que me ayudan a que los alumnos entiendan la materia. Decir que los alumnos entiendan suena a que la responsabilidad de ese entendimiento recae en el alumno, pero no. En mi caso espero que salgan de la cursada (y de la materia) con algunas dudas claras y concretas. Las materias que yo dicto (Genética Básica y Virología Animal) son materias netamente básicas y que tienen un fuerte componente molecular y eso genera muchas incógnitas en los alumnos. Mis propósitos apuntan a que se planteen esas incógnitas y después buscar las maneras de contestarlas.
Uno de los aspectos que suele preocupar a los docentes es la relación y la proporción docentes/estudiantes y estas dos, a veces, van de la mano. Aunque no siempre es así, mejores proporciones docentes/estudiantes deberían facilitarnos el trabajo de construir mejores relaciones docentes/estudiantes (saliendo de lo que Miguel llama “un esquema muy chato y aburrido”) y logar así un vínculo basado en la confianza.
Al comienzo de la entrevista, Miguel propone responsabilidades compartidas por docentes y estudiantes y pone de manifiesto el valor (pedagógico) de la duda y la relevancia del planteo de preguntas y de la búsqueda de respuestas.
·Los objetivos que yo tengo cuando comienzo una cursada son aquellos que me ayudan a que los alumnos entiendan la materia. Decir que los alumnos entiendan suena a que la responsabilidad de ese entendimiento recae en el alumno, pero no. En mi caso espero que salgan de la cursada (y de la materia) con algunas dudas claras y concretas. Las materias que yo dicto (Genética Básica y Virología Animal) son materias netamente básicas y que tienen un fuerte componente molecular y eso genera muchas incógnitas en los alumnos. Mis propósitos apuntan a que se planteen esas incógnitas y después buscar las maneras de contestarlas.
A la hora de hablar de prácticas, herramientas o estrategias, surge un concepto central de la práctica docente: el (buen) humor. Miguel también reflexiona sobre uno de los recursos más efectivos para motivar a l@s estudiantes y captar su atención: el uso de objetos concretos y reales (como una cuerda) que sirvan para tratar de “ver” lo que estamos diciendo.
·¿Cuáles de tus propias prácticas, herramientas o estrategias resultan más exitosas como instrumentos facilitadores de los aprendizajes de tus estudiantes?
·Creo que dentro de mi práctica docente mi estrategia más exitosa es el uso del humor. Son medio payaso y logro que los alumnos presten atención por medio del humor. Yo sé que es un arma de doble filo porque puede desviarse la atención del alumno a la gracia y no a la información que planteo desde el humor. A la hora de explicar algún tema abstracto de genética trato de representarlo en el frente con la colaboración de los alumnos, por ejemplo: la explicación del superenrollamiento positivo de la doble hélice de DNA. Solía llevar al aula una cuerda y generaba una representación de las distintas enzimas y proteínas involucradas en el evento. Para ello, utilizaba alumnos en el papel de las enzimas y les preguntaba qué función tendrían en el evento (no sé, topoisomerasas, helicasa, etc.). De esa manera trataba de fijar los conceptos.
·Miguel, si pudieras agregar, quitar o cambiar aspectos concretos de tu práctica docente diaria, ¿qué cambiarías?
·Cambiaría la cantidad de alumnos por docente, no se llega a conocer a los alumnos y los alumnos no llegan a entrar en confianza (bien entendida) con el docente para bajar la guardia y relacionarse en forma concreta y relajada. La relación docente alumno es desigual, ellos esperan que nosotros le “demos” la información y nosotros esperamos que ellos la “tomen” y la “incorporen” y hasta la quieran en algunos casos. Bueno, ese esquema es muy chato y aburrido. Si pudiésemos charlar más y repetir menos información estaríamos generando una mejor transferencia de conocimiento.
·Si tuvieras que recomendarle a otr@s docentes un libro, una canción o una película que considerás “relevante” para mejorar nuestra práctica docente, ¿qué libro, canción o película nos recomendarías y por qué?
·No estoy muy seguro, pero considero que no dar las cosas por obvias mejoraría mucho nuestra práctica docente. En este sentido, alguna novela de intrigas de Chesterton, o Conan Doyle estarían bien. Tal vez, “El club de los negocios raros” de Chesterton. El humor, como ya dije, es un componente importante en mi actividad docente por lo que este tipo de novelas de sutil humor inglés pueden ayudar. Por otro lado, no dar por sentado o dar por obvio las cosas es un punto importante de la actividad docente, una película inteligente en ese aspecto puede ser “Los sospechosos de siempre”.
Para terminar, Miguel propone una idea más que interesante, que tiene que ver con trabajar dentro de un paradigma para romper sus propias estructuras. Un concepto que trabajamos varias veces en este Blog, con ejemplos como la trilogía de Matrix o la contracultura que hacen ciertos medios emergentes de comunicación. Esta cuestión tan clásica en las discusiones sobre Educación de la (deseable) tensión entre “lo que se conserva”, “lo que se destruye” y “lo que se transforma”.
·Miguel, ¿Cuáles son y cuáles “deberían ser”, en tu opinión, los objetivos de la Educación?
·El objetivo de la Educación es la formación de los individuos dentro del paradigma en el que viven en el momento en que son educados, y eso está bien, pero creo que“debería ser” favorecer el pensamiento crítico y la imaginación. Dicho pensamiento crítico, inevitablemente, también está dentro del paradigma. Romper esas estructuras a las que llamamos paradigma es fruto de la educación.
* Miguel Javier Huguet es Veterinario, egresado de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UBA el siglo pasado. Es Magister en Biotecnología y doctorando de la UBA y se encuentra cursando el segundo año de la Especialidad en Docencia Universitaria. Se desempeña como docente de las materias Genética Básica (desde 1994) y Virología Animal (desde 2008). En ambas cátedras también participa en diferentes proyectos de investigación. También es tutor académico de alumnos de primer año de la carrera de Veterinaria (UBA).
No hay comentarios:
Publicar un comentario